Las inversiones extranjeras directas (IED) son el motor que estimula el desarrollo económico de los países, como señala la UNCTAD, son «la savia del desarrollo sostenible». Sin embargo, en los últimos años, el Perú no ha sido el destino preferido por los grandes inversores. Aunque en 2022 se alcanzó una cifras destacable al igual que otros países de la región, en 2023 la caída a pique refleja serias dudas por parte de los inversores sobre el entorno nacional, sin duda, la inestabilidad política.
Un análisis de las inversiones en el sector de las energías renovables muestra una alarmante brecha. Entre 2015 y 2022, los flujos de IED en este sector se dirigieron principalmente a Brasil (32%), Chile (54%) y México (13%), posicionándose entre los diez países líderes en la atracción de estas inversiones. ¿Por qué el Perú, con su enorme potencial en energía solar en el sur y energía eólica en la costa norte, no figura en esta clasificación?
La respuesta radica en los escasos incentivos regulatorios y un marco institucional insuficiente para promover las energías sostenibles. La falta de IED en energías renovables no solo evidencia la carencia de políticas claras, sino que también denota el retraso en la modernización de sectores productivos esenciales. El Perú sigue siendo dependiente de sectores tradicionales, como la minería y los hidrocarburos, lo que limita su capacidad de diversificación económica. Urge una política estatal que fomente la innovación y la sostenibilidad como base para atraer flujos de IED de calidad.
Un país de fantasía presentado en Davos
El reciente viaje de Dina Boluarte al Foro Económico Mundial en Davos trae consigo algunas novedades. A diferencia de su exposición en 2022, que generó escepticismo incluso entre los mismos peruanos, el discurso de 2025 atrajo la atención de importantes actores como el fondo de inversión BlackRock. Según el ministro de Economía y Finanzas, José Arista, «los logros de las reuniones en Davos se resumen en el compromiso de los inversionistas de visitar el país y evaluar las posibilidades de inversión a largo plazo.» Sin embargo, cabe preguntarse: ¿realmente el discurso refleja el Perú real o uno ficticio? Si en 2022 Boluarte espantó a los inversores, este año los sedujo con una visión fantástica del país. Los inversionistas decidirán luego de la visita y de la evaluación.
Para que una IED genere efectos positivos en un país, debe estar dispuesta a establecerse por al menos siete años en territorio nacional. De otro modo, se corre el riesgo de fomentar la especulación en lugar del desarrollo sostenible. Además, factores como el desarrollo del recurso humano, la estabilidad social y la lucha contra la inseguridad ciudadana son imprescindibles para atraer inversiones sólidas y sostenibles, hacen parte de la evaluación.
BlackRock: el gigante financiero detrás de las inversiones estratégicas
BlackRock, liderado por Larry Fink, es un referente global en el manejo de inversiones, ha invertido en México, Colombia, China, Japón, Corea del Sur, Singapur, Taiwán, Hong Kong, Francia, Alemania y Brasil. Bajo su dirección, la compañía ha impulsado proyectos estratégicos en sectores clave, como:
- Grupo Prysmian: que contribuye a la transición hacia una nueva economía energética.
- HPS Investment Partners: una firma de inversión crediticia reconocida por su enfoque innovador.
- Inteligencia artificial: servicios de gestión de activos utilizando tecnologías avanzadas de inteligencia artificial.
La trayectoria de BlackRock, con un historial de inversiones de largo plazo y compromiso con sectores estratégicos, marca un estándar que Perú debería aspirar a alcanzar si busca atraer capitales serios y responsables. No obstante, para que este tipo de compromisos se materialicen, el país debe ofrecer garantías en términos de estabilidad económica, transparencia y políticas públicas orientadas al desarrollo humano.
¿Hay tiempo para parchar la situación peruana?
Es precisamente esta visión de altos estándares la que los peruanos debemos pretender. No podemos permitir que los criterios de inversión se acomoden a una realidad de opresión ciudadana, bajo nivel educativo, pobreza difusa y una ciudadanía que, sumida en la inseguridad que configura el “terrorismo urbano”, evada la realidad pensando en emigrar. Países con estas características atraen inversiones de regímenes autárquicos que desprecian los derechos ciudadanos y pueden silenciar a su población en cualquier momento.
Un ejemplo de esta desconexión con estándares ciudadanos se evidencia en el manejo de nuestros recursos marítimos. La presencia de flotas pesqueras chinas dentro de las 200 millas del mar peruano es un claro símbolo de esta vulnerabilidad. Mientras pescadores peruanos intentan sobrevivir con barcos rudimentarios, estas flotas internacionales operan con tecnología avanzada, asegurando su ventaja y sin el uso del Sistema de Seguimiento Satelital (Sisesat).

Cruzan las 200 millas sin oposición, llevándose la pota que ellos transforman en alimento para sus piscifactorías en China, alimentando así a una ‘superpoblación’ de peces destinados a su consumo interno chino. Este hecho no solo afecta directamente a los pescadores locales, quienes carecen de los medios para competir, sino que también revela la débil capacidad del Estado para regular y proteger sus recursos estratégicos. Este tipo de desprotección, sumado a la falta de estándares claros, puede atraer solo a inversores sin escrúpulos y perpetuar el rezago de sectores clave como las energías renovables.» ¿Por qué el gobierno no actúa con firmeza? Es un claro ejemplo de regímenes que priorizan la explotación por encima de la sostenibilidad.
Una oportunidad que no se puede desperdiciar
El viaje a Davos de funcionarios del gobierno peruano con Boluarte a la cabeza, quienes son servidores públicos al servicio de la ciudadanía, debe ser un llamado para que los peruanos y peruanas exijamos un compromiso real de parte, en este caso, de este gobierno. La participación de Boluarte en paneles como el «Nuevo acuerdo sobre plásticos» o «Energías renovables» evidenció una desconexión alarmante. No presentó avances nacionales, ni analizó legislaciones que pudieran servir de inspiración, o un programa educativo medioambiental en favor de los niños. Su intervención, en ambos paneles, se redujo a una lista de deseos sin base real siempre invitando a la gente al país, ¿a fin que compruebe cuánta fantasía tiene?
La audiencia internacional no se impresiona fácilmente, y menos aún, cuando se conoce que Perú carece de la infraestructura básica necesaria para materializar las promesas anunciadas. Hablar de vehículos eléctricos, por ejemplo, resulta incoherente cuando no se ha resuelto siquiera el problema del tráfico automotriz y la alta contaminación. Asimismo, en el ámbito de las energías renovables, ¿por qué Perú no logra atraer inversiones como las que han llegado a Brasil, Chile o México, a pesar de su evidente potencial en energía solar y eólica? Una oportunidad que no se puede desperdiciar.
La falta de sustancia en estos discursos no solo compromete la credibilidad del gobierno, sino, además, aleja a posibles inversionistas serios. Hablar de cambio climático y energías limpias sin ejemplos locales concretos equivale a vender un producto que no existe.
En lugar de limitarse a discursos vacíos, el gobierno peruano debe presentar un plan concreto para mejorar la educación, la seguridad ciudadana y la sostenibilidad económica. La estabilidad y el progreso social son pilares fundamentales para atraer inversiones responsables y generar un impacto positivo en la población.
En este contexto, es crucial que se fomente la transparencia en el manejo de los recursos públicos y en la distribución del gasto. Las ganancias provenientes de las inversiones extranjeras pertenecen a todos los peruanos, derivan de la extracción de los recursos naturales. Por lo tanto, deben estar destinadas a mejorar sus recursos humanos y garantizar un desarrollo equitativo. De lo contrario, seguiremos siendo un país que pierde oportunidades y se conforma con inversiones que solo benefician a unos pocos mientras se perpetúa la desigualdad. ¿Dónde está la transformación de la sociedad? La creación de una ola de nuevos ricos que pasaron por el gobierno estatal no nos debe satisfacer. Para nada.