En mayo del 2015 tuvo inicio la investigación del sector del comercio electrónico, considerando que uno de los principales elementos de la estrategia del mercado único digital es garantizar un mejor acceso de los consumidores y las empresas a los bienes y servicios.
El objetivo era permitir a la Comisión detectar posibles problemas de competencia en los mercados de comercio electrónico europeos, ha recabado datos de casi 1,800 empresas que operan en el comercio electrónico de bienes de consumo y contenidos digitales, se han analizado alrededor de 8,000 contratos de distribución.
El informe identifica prácticas comerciales que pueden plantear problemas de competencia, a su vez confirma la creciente importancia del comercio electrónico. En 2015 más de la mitad de los consumidores adultos de la UE encargaron bienes o servicios por internet, cifra que se eleva a más de ocho de cada diez personas en algunos Estados miembros. El comercio electrónico es un importante motor de transparencia y competencia de los precios, ya que aumenta las posibilidades de elección de los consumidores y su capacidad para encontrar las mejores ofertas. Esta transparencia también funciona del lado de la oferta: el informe considera, por ejemplo, que más de la mitad de los minoristas sigue los precios de los competidores y que la gran mayoría de ellos responde a las variaciones de los precios de la competencia. También identifica una serie de prácticas comerciales que pueden limitar esta competencia en línea. El informe debería hacer reflexionar a las empresas sobre la conveniencia de revisar sus actuales contratos de distribución para hacerlos conformes a las normas de competencia de la UE, si es que no lo son.
Venta de bienes de consumo en línea
Los fabricantes han reaccionado al crecimiento del comercio electrónico adoptando una serie de prácticas encaminadas a controlar mejor la distribución de sus productos y el posicionamiento de sus marcas, los fabricantes venden cada vez más sus productos a los consumidores directamente en línea, asimismo, recurren cada vez más a las restricciones de venta contractuales en sus acuerdos de distribución.
El estudio considera que:
- más de dos de cada cinco minoristas sufren alguna forma de restricción o recomendación de precios por parte de los fabricantes;
- casi uno de cada cinco minoristas tiene restringida por contrato la venta en los mercados en línea;
casi uno de cada diez minoristas tiene restringida por contrato la presentación de ofertas en los sitios web de comparación de precios; - más de uno de cada diez minoristas señalan que sus proveedores les imponen restricciones contractuales a las ventas transfronterizas.
Todos estos tipos de restricciones contractuales a las ventas pueden, en determinadas circunstancias, dificultar las compras transfronterizas o las compras en línea en general y, en última instancia, perjudican a los consumidores, pues les impiden beneficiarse de mayores posibilidades de elección y de precios más bajos en el comercio electrónico.
El informe llega a la conclusión de que los acuerdos de licencia de derechos de autor son complejos y, a menudo, exclusivos. En los acuerdos se prevén los territorios, las tecnologías y las ventanas de explotación que pueden utilizar los proveedores de contenidos digitales.
El informe preliminar está siendo objeto ahora de consulta pública durante un período de dos meses. Se invita a las partes interesadas a presentar sus observaciones sobre las conclusiones de la investigación sectorial, facilitar información complementaria y plantear cuestiones adicionales.
La Comisión tiene previsto publicar el informe definitivo durante el primer trimestre de 2017.