En 2001, el Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente invitó al Director Ejecutivo del PNUMA a emprender una evaluación del mercurio y de sus compuestos a nivel mundial, en la cual debería proporcionar información sobre las características químicas y las consecuencias en la salud, las fuentes, el transporte a larga distancia y las tecnologías de prevención y control referidas al mercurio.
Es sabido que el mercurio es una substancia que provoca importantes efectos neurológicos y de otro orden, siendo particularmente graves aquellos que se dejan sentir en la salud del feto y del niño. El transporte del mercurio en el medio ambiente de todo el planeta fue la razón fundamental para decidir que era preciso poner en marcha medidas de alcance mundial con objeto de hacer frente al problema de la contaminación por mercurio en el medio ambiente.
En enero de 2013, en su quinto período de sesiones, el Comité Intergubernamental de Negociación acordó el texto del Convenio de Minamata sobre el Mercurio. El texto fue aprobado en la Conferencia de Plenipotenciarios, reunida en el Japón, el 10 de octubre de 2013, tras lo cual fue abierto a la firma. El Convenio tiene por objetivo proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y liberaciones antropógenas de mercurio y compuestos de mercurio, y en él se recogen diversas medidas para cumplir dicho objetivo.
El Consejo Europeo, el 25 de abril de 2017, adoptó un reglamento sobre las emisiones antropógenas y las emisiones de mercurio y compuestos de mercurio en el aire, el agua y la tierra.
Ratificando que el mercurio es una sustancia muy tóxica que constituye un grave riesgo mundial para la salud humana y el medio ambiente, incluso a través de la presencia de metilmercurio compuesto en peces, mariscos, ecosistemas y vida silvestre. El nuevo reglamento proporcionará un alto nivel de protección y limitará la contaminación generada por las actividades y procesos relacionados con el mercurio.
Con este fin, el Reglamento establece medidas y condiciones a nivel de la UE para controlar y restringir:
- El uso, el almacenamiento y el comercio de mercurio, compuestos de mercurio y mezclas de mercurio;
- La fabricación y el uso y el comercio de productos con mercurio añadido;
- El uso de mercurio en la amalgama dental;
- Y asegurar la gestión adecuada de los desechos de mercurio.
Las actividades como la extracción de mercurio, el uso de mercurio en productos y procesos industriales, la minería aurífera artesanal y en pequeña escala, la combustión del carbón y la gestión de desechos de mercurio pueden ser la fuente de emisiones y liberaciones de esta sustancia peligrosa.
Ahora que el Consejo ha aprobado esta posición, el Reglamento puede publicarse en el Diario Oficial de la Unión Europea, una vez que el Presidente del Parlamento Europeo y el Consejo hayan firmado el acto y entrará en vigor 20 días después de su publicación.
Las nuevas normas proporcionan una mayor claridad y transparencia jurídica y serán aplicables a partir del 1 de enero de 2018, sustituyendo al Reglamento (CE) nº 1102/2008.