El ingreso per cápita es uno de los indicadores más utilizados para medir el ingreso relativo de un país por habitante. Sin embargo, debido a su cálculo, el ingreso per cápita omite la desigualdad de ingresos existentes. A continuación evaluaremos la situación de América Latina, respecto a su ingreso per cápita por país.
En el 2016, Uruguay obtuvo el mayor ingreso per cápita de la región con US$ 15,679, seguido por Panamá y Chile, con US$ 13,654 y US$ 13,576. Mientras que Perú obtuvo un per cápita de US$ 6,199, seguido por Ecuador, Colombia, Paraguay y Bolivia, con US$ 5,930, US$ 5,792, US$ 4,003 y US$ 3,197, respectivamente. Cabe resaltar los niveles del ingreso por persona para Argentina (US$ 12,503) y Brasil (US$ 8,727), los cuales se posicionan en los primeros lugares, a pesar de la recesión económica que han experimentado estos países en los últimos años.
Si analizamos la agrupación de Chile, Colombia, México y Perú (Alianza del Pacífico), en el año 2016, Perú obtuvo el tercer lugar, siendo superado por Chile y México; mientras que Colombia alcanzó la última posición.
Chile obtuvo un ingreso per cápita estimado para el 2016 de US$ 13,576, cifra que podría ser mayor; sin embargo, la huelga que se realizó en la principal mina de cobre ha afectado de manera significativamente la economía chilena.
En relación a México, cuya cifra para el 2017 podría ser similar a la del año anterior, originada por la mayor inflación estimada para el 2017 y teniendo en consideración que a mayo del presente año alcanzó un 6.3% en el anualizado.
En el caso del Perú, las cifras del 2016, determinaron un ingreso per cápita de US$ 6,199. El incremento para el 2017, sería una muestra de las expectativas de crecimiento económico peruano. A pesar del caso Odebrecht y El Niño costero, se mantienen expectativas positivas respecto al PBI peruano que conllevarían a un aumento del ingreso per cápita.
En la economía colombiana el ingreso per cápita fue de US$ 5,792, para el 2016. Para el presente año se prevé un incremento como resultado de la reducción de su tasa de pobreza de 27.8% en 2016, cifra que sería un gran logro para esta economía, pues a inicios del 2000, se situaba en un 55%.
Para el 2017, las expectativas de crecimiento del ingreso per cápita son positivas en la mayoría de los países. Sin embargo, luego de los años de desaceleración económica de la región, la desigualdad se ha incrementado; por ello, su reducción debe ser un objetivo importante para los gobiernos en nuestra región latinoamericana.