Hace un año se realizó en Roma, participaron muchos ministros europeos quienes se comprometieron, por medio de declaraciones, a apoyar avances concretos en las áreas de informática de alto rendimiento y movilidad autónoma, acelerando el proceso de digitalización en la industria europea., la voluntad política es determinante para estos cambios épocales.

Uno de los avances inclusivos se refiere a la implementación del Tratado de Marrakech para facilitar el acceso a publicaciones para ciegos, discapacitados visuales o, de otro modo, quienes no podían leer material impreso; recientemente ha finalizado el bloqueo geográfico por lo que es posible acceder a los contenidos digitales desde cualquier lugar de la UE; se han ampliado las zonas Wi-Fi y su utilización gratuita es cada vez más difundida; así como la portabilidad del contenido digital adquirido que facilitará el acceso entre fronteras comunitarias; la mejor de todas ha sido, la finalización de las tarifas de itineráncia de la telefonía móvil.

Sin embargo, como señaló Andrus Ansip, Vice-Presidente para el Mercado único Digital, inaugurando el Día Digital celebrado este año en Bruselas, «queda camino por recorrer». Entendiendo este Día como una oportunidad para celebrar «un compromiso conjunto entre la Comisión Europea, los Estados miembros y todas las partes interesadas para abordar los desafíos del desarrollo digital y garantizar que las tecnologías beneficien a todos».

La transformación digital es un nuevo motor de la sociedad y de la economía, los cambios que se están verificando son impresionantes, la inteligencia artificial, el blockchains así como los nuevos paradigmas en el campo de la informática y las comunicaciones están incidiendo en todos los sectores de la vida a nivel mundial.

Pero, el temor manifestado por el Comisario Ansip, va más allá, él considera que Europa perdió la carrera por las plataformas en línea, el reto que tiene al frente es «perder su competitividad en todos los sectores industriales y de servicios con el resto del mundo», esto significaría que no se podrían mantener los servicios referidos a la seguridad, a la educación. Los competidores son Estados Unidos y China, quienes se están esforzando para obtener las últimas soluciones digitales. Europa, fragmentada no podría competir, por ello debe trabajar unida para «enfrentar colectivamente el desafío si queremos tener éxito», por ello es indispensable movilizar las inversiones en el mundo digital en Europa.

Andrus Ansip