Agradezco mucho al presidente Macron su cordial bienvenida, la exquisita hospitalidad que me ha reservado a mí y a la delegación que me acompaña.
Le agradezco estas palabras.
Me complace poder decir que nuestra relación de amistad personal fortalece el vínculo que expresamos y la sinceridad de las consideraciones que hacemos.
Este es mi primer viaje al extranjero, como muchos saben, tras el fin del encierro por la pandemia que hizo sufrir mucho tanto a Francia como a Italia, de la que estamos intentando salir con gran compromiso.
Estoy muy agradecido al presidente Macron por recordar a las víctimas. En todo el mundo nos han unido estos dolores y sufrimientos y la colaboración que se ha producido también ha sido ejemplar en este caso.
Como mi primer viaje al extranjero, estoy encantado de que sea una visita de Estado a Francia, porque Francia e Italia comparten un vínculo que repetidamente he definido como único, que se basa en valores compartidos, en una historia común, en visiones compartidas; un vínculo que se basa en una relación cultural muy intensa; sobre sistemas económicos que son mutuamente fundamentales; en el hecho de que nuestras sociedades, tanto francesa como italiana, están a favor del diálogo constante en todos los ámbitos, en todos los niveles, en todas las circunstancias.
Todo esto crea un vínculo verdaderamente único, que luego se suma a algunas condiciones políticas: somos países fundadores de la Unión Europea, países fundadores de la OTAN, estamos vinculados por una serie de vínculos. Pero lo que une a estas empresas es tan fuerte que forma la base de todos nuestros lazos.
Esta asociación nuestra es verdaderamente esencial: bilateralmente, es para la Unión Europea y también es esencial para la comunidad internacional. Y esta coordinación reforzada entre Francia e Italia también se puso de manifiesto en Bruselas, con motivo del Fondo de Recuperación con la posición común, con una posición particularmente valiosa del presidente Macron en Francia, para que la Unión adquiera conciencia del drama de la condición económica provocada por la pandemia., y también surgió en la colaboración que llevamos a cabo en Bruselas para el marco financiero plurianual.
Como recordó el presidente Macron, hablamos en nuestras charlas sobre cómo registramos la intensidad de nuestras relaciones. En los últimos meses se han producido numerosos encuentros entre funcionarios de gobierno, con plena colaboración desde todos los puntos de vista, con una apertura de posiciones que siempre encuentra armonía y convergencia en los problemas.
De todo esto surge la necesidad natural, que recordó el presidente Macron, de un tratado de colaboración reforzada que exprese y dé formas y caminos a esta intensa colaboración.
Ambos estamos comprometidos con la definición del contenido del nuevo Tratado y esperamos completarlo rápidamente para expresar esta sólida asociación.
Me complace que el presidente Macron haya recordado la importancia que Francia e Italia reservan para los jóvenes. Y me complace anunciar que Italia ha acogido con entusiasmo la propuesta que se ha recibido, y que Francia e Italia han aceptado con gran disposición una función pública franco-italiana común, en la que nuestros jóvenes colaborarán juntos. Nuestras administraciones están preparadas para definir rápidamente las modalidades y mecanismos de este servicio civil común, en el que nuestros jóvenes colaborarán juntos, intercambiando experiencias y trabajando en común.
La atención a los jóvenes es, naturalmente, lo que está en la base de la visión que tienen Francia e Italia, porque todos los retos muy importantes que debemos afrontar tienen como objeto el futuro y, por tanto, el destino y la condición de las nuevas generaciones.
Debemos abordar conjuntamente – hemos hablado de ello – los temas de la revolución tecnológica, los profundos cambios que se están produciendo en la economía; estamos convencidos de que todo esto reforzará nuestra presencia en la Unión y las perspectivas de las nuevas generaciones.
También abordamos, como recordó el presidente Macron, el tema de la Agenda Europea. Francia e Italia comparten la visión de la Unión, su futuro y también el papel que debe jugar la Conferencia sobre el Futuro de Europa, que no es una oportunidad burocrática ni un pasaje ocasional, es una oportunidad histórica que se ofrece a los países de la Unión. rediseñar, de forma adecuada al momento que nos enfrentamos, una condición eficaz para que la Unión Europea sea protagonista de la comunidad internacional.
Todo ello requiere -y Francia e Italia lo comparten- un proyecto, nacido de la Conferencia, de renovación y reformas de la Unión Europea. Varias veces el presidente Macron ha instado a la Unión a abordar este tema, y es fundamental que se aborde este tema de la Conferencia sobre el Futuro de Europa.
También hablamos de las relaciones transatlánticas, de la unidad transatlántica recuperada de propósitos, de la importancia de los encuentros celebrados en Bruselas entre Estados Unidos y la Unión Europea, de la colaboración que está surgiendo.
Naturalmente, también hablamos de estados que nos llaman a la responsabilidad, a la colaboración, como en Libia y el Sahel.
Hablamos de todo en lo que se encuentran Francia e Italia juntas, sintiendo la importancia de jugar un papel de paz, colaboración, crecimiento de cara al futuro no solo de Europa sino también de las regiones de Europa.
Estamos rodeados de zonas de crisis, de tensiones. Europa puede trasladar su vocación por la paz y la colaboración a estas regiones vecinas. Y en esto Francia e Italia están ciertamente llamadas a colaborar, protagonistas como lo están haciendo.
Agradezco mucho al presidente Macron por este encuentro, por la bienvenida, por las palabras que me ha reservado. Le correspondo con una gran amistad personal, con un gran aprecio por lo que hace Francia en la Unión Europea y en la comunidad internacional.
Gracias, señor presidente.