Pompeya, introducción a la Muestra «La otra Pompeya»

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Esta es la introducción al servicio sobre la Visita al «Parco Archeologico di Pompei» y sobre la Muestra «L’altra Pompei.Vite Comuni all’ombra del Vesuvio» que aparecerá en la Revista Panorámica Latinoamericana-UE a fines de marzo 2024.
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Lo que sucedió en Pompeya, lo sabemos con particulares gracias a Plinio el Joven quien escribió, a solicitud del historiador Tácito, dos cartas describiendo las fases de la erupción del Volcán Vesubio y la muerte de su tío el naturalista Plinio el Viejo. Los primeros párrafos de Plinio el Jóven:

«Me pides que te explique la muerte de mi tío, para que puedas transmitirla con mayor objetividad a la posteridad. Te doy las gracias, porque estoy seguro de que, si es celebrada por ustedes, su muerte estará destinada a la gloria inmortal.
Estaba en Miseno y tenía directamente el mando de la flota. El 24 de agosto, alrededor de la una de la tarde, mi madre le informó que estaba apareciendo una nube fuera de lo común tanto en tamaño como en apariencia. Luego de tomar un baño de sol y luego otro en el agua fría, tomó un refrigerio recostado en su cama de trabajo y estuvo ocupado estudiando; hizo traer sus sandalias y subió a un lugar que ofrecía las mejores condiciones para contemplar aquel milagro.
Se levantó una nube, pero quienes miraban desde lejos no podían precisar de qué montaña (luego se supo que era el Vesubio): ninguna otra planta podía reproducir mejor su figura y su forma que el pino.
De hecho, habiéndose elevado hacia arriba como si estuviera apoyado en un tronco muy alto, luego se extendió en lo que podríamos llamar ramas; Creo que la razón reside en el hecho de que, levantado por el torbellino inmediatamente después de la explosión y luego privado de su soporte cuando éste se agotaba, o incluso vencido por su propio peso, se disolvía y se expandía: a veces era muy blanco, a veces sucio y manchado, a veces segundo que había arrastrado tierra o ceniza consigo….. (Fuente: http://www.danpiz.net/napoli/dintorni/Plinio.htm ).

Aunque no haya certeza sobre el mes, agosto u octubre, si de los días 24 y 25, era el año 79 d.C. duró dos días, inició con una lluvia de piedra pómez que provocó grandes incendios, la lava llegó a Pompeya el 25. En el transcurso de treinta horas, Pompeya, Herculano y Estabia quedaron sepultadas bajo capas de metros de ceniza y lava.

Conocer Pompeya, es conocer la historia de Italia y las obras dejadas por quienes la gobernaron: Austria, España, Francia, España hasta la Unidad de Italia. Cada Principe, Rey, Revolucionario, siguieron la huella trazada por el Rey Carlos de Borbón.

Todo tuvo inicio cuando un campesino encuentra restos de mármol en un pozo en Ercolano donde tenía sede los Frailes Menores Alcantarini del Reino de Nápoles (1675 – 1899), compra el pozo y da inicio a su búsqueda en un momento que estaba en apogeo coleccionar obras de valor. Los austriacos llegaron a Nápoles en 1707, el príncipe d’Elboeuf, Emanuel-Maurice di Lorena, conocedor de las excavaciones, compró una villa cerca de Ercolano, inició a excavar encontrando estatuas que le sirvieron para ganarse la simpatía de los potentes de la época, sus finanzas estaban en crisis. Las estatuas «La Grande y la Pequeña Ercolanesas» pueden ser admiradas en Dresda, adonde llegaron desde Viena como regalo al príncipe Eugenio de Saboya, su potente primo.

Con el Reino Borbón en 1734, llega el rey Carlos de Borbón quien da un aporte arquitectónico a Nápoles. Habiendo sabido sobre las excavaciones y las estatuas del príncipe d’Elboeuf, le compró la villa de Ercolano y otras propiedades a su alrededor, inicia la expedición en el subsuelo pudiendo constatar que lo que se estaba encontrando superaba un «amado capricho», decide convertirlo en una «actividad del Estado», por lo tanto, financiada por el erario público con la participación de funcionarios estatales. Esta decisión, que podría haber sido inspirada en remediar cuanto sucediera en la «Conquista de América», deseando aplicar un cierto método, es desmentido ya que Carlos de Borbón era un apasionado coleccionista. Sin embargo, es manifiesto su desprendimiento al dejar Nápoles, en 1759, para salir al trono de España, se quita el anillo que había encontrado en Pompeya, sostienen que con este gesto demostraba que los «restos arqueológicos pertenecen al territorio». Esto refuerza la idea que la experiencia americana habría podido influir, tal vez, en su proceder.

Sin embargo, lo meritorio y por ello será muy bien recordado, Carlos de Borbón establece y enrrumba el tratamiento a los restos arqueológicos que hasta ese momento, ni el nombre existía, porque el origen de los restos era siempre «un robo», incluso no existía el método para realizar las excavaciones, en ese período se excavaba, sino encontraban piezas relevantes, enterraban nuevamente el lugar, o incluso los destruían, no les daban el valor y menos el cuidado al conjunto arquitectónico. Buscaban la pieza de valor, lo demás no era importante.

Carlos de Borbón realiza inspiradas obras, la primera fue dar inicio a las excavaciones, luego construir el Museo «Villa Reale dei Portici» y crear la Real Academia Ercolanesa (1755), para estudiar con carácter arqueológico las excavaciones. Si del Museo algunos se burlaban, incluso menospreciaban lo que ahí se exhibía, la Academia estaba dedicada a ilustrar los monumentos descubiertos luego de las excavaciones, estaba compuesta por quince eruditos que se reunían en la secretaria de Estado de la Casa Real bajo la presidencia de Bernardo Tanucci, hombre de confianza del Rey y de su hijo Fernando, quien lo sucederá en Nápoles, Tanucci era también Secretario de Estado de la Justicia y Ministro de Asuntos exteriores y de la Casa Real de 1754 al 1776.

El reinado de Fernando IV fue de 1759 a 1799, las excavaciones continúan, siguen siendo seguidas, desde España, por su padre. Se decide no volver a  enterrar los monumentos, las casas desenterradas gracias a la excavación, serán dejadas al descubierto dando la connotación a Pompeya de Ciudad Museo que pueda ser visitada mientras se pasea por sus calles.

En enero de 1799, Fernando IV es derrotado por los franceses en su intención de expulsarlos, tuvo que refugiarse en Sicilia. El general Championnet conquistó Nápoles proclamándola República Napolitana. De inmediato reanudó las excavaciones bajo el modelo militar, más de 1,500 hombres excavaban, duro pocos meses, en junio del mismo año los franceses abandonan Nápoles, Fernando IV volvió a la ciudad, pero, en 1802.

Es en 1806 que las excavaciones se reanudarán gracias a Giuseppe Bonaparte con 500 hombres. En 1811 se establece el plan orgánico de las excavaciones así como la compra y la consecuente expropiación de los terrenos privados en los alrededores de Pompeya. En 1808, ante la salida para España de Giuseppe Bonaparte, asume Gioacchino Murat, esposo de la hermana de Bonaparte. Ambos dieron un gran impulso a Pompeya, en prueba de ello, Carolina Bonaparte escribe al entonces Ministro del Interior:

«No podemos engañarnos al encontrar objetos artísticos tan preciosos en Pompeya: lo esencial es delimitar el perímetro de la ciudad y saber exactamente el tamaño.»

Al contrario de los anteriores períodos, hubo una gran divulgación científica y se difundieron sus resultados, ella misma, Carolina Bonaparte, se ocupaba de ello. Aparecen las primeras guías, se destaca por su valor arqueológico, la planimetría realizada por Charles François Mazos «Les ruines de Pompéi» gracias a la reina Carolina.

Mosaico de Alessandro en la Casa del Fauno

Con el regreso de Fernando IV, regresa la inacción en Pompeya, se reactiva con la llegada de su hijo Francisco I en 1825. Un importante descubrimiento marcó su reinado, el descubrimiento del mosaico de Alessandro en la Casa del Fauno, se considera el mosaico más famoso de la antigüedad, representa la escena de la batalla entre Alejandro Macedonio y el rey persa Darío III, creada para el suelo de la exedra de la Casa del Fauno en Pompeya, descubierto en 1831, mide 5,82 x 3,13 m, fue desprendido  y trasladado en 1843 al Museo Real de la capital borbónica, hoy Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Inicia la etapa, en arqueología, de la restauración de las piezas arqueológicas.

Lo suceden Fernando II  reinó de 1830 a 1859 y Francisco II quien reinó por sólo un año. Ambos delegaron sus tareas. Hubo gran desarrollo de la fotografía, de las publicaciones científicas.

Ese mundo estaba cambiando, el aire anti-borbónico se estaba posicionando. En 1847, un inspector, Giuseppe Fiorelli, abogado,  denunciado por malversación, es procesado y encarcelado por 10 meses. Cuando sale de prisión, será reintegrado en su cargo y será el Estado Unitario quien se ocupará de Pompeya. Gracias a Fiorelli, reconocido reaccionario y bastante ambicioso, quien superará a todos quienes, por antigüedad, ya ocupaban cargos en la estructura de Pompeya, él los superará, será quien representará a Pompeya ante el nuevo poder político. (Treccani).

Pompeya, es siempre visitada, estudiada, admirada, sus descubrimientos son continuos. Pompeya es Patrimonio de la UNESCO desde 1997

Libro consultado: POMPEI. Gli scavi dal 1748 al 1860, Ministero dei Beni Culturali