Es lo que está sucediendo en Nicaragua, esa Nicaragua de Ortega, convertido en país ALBA, que apoyó a Maduro en cuánta votación se realizase en la OEA, siempre a favor de Cuba, siempre a favor de Venezuela, al lado de Bolivia, de Ecuador, de El Salvador. 

Ortega con su vicepresidente y esposa Murillo, hasta ahora, tienen tres periodos de presidencia, Masaya, la ciudad símbolo de la caída de Somoza, otro dictador, está siendo el lugar del enfrentamiento. Mientras, Ortega negocia su salida.

El Ejercito no actúa hasta el momento, en cambio muchos miembros del Ejercito se han retirado, viene la sospecha que éstos si están actuando, ordenando y guiando los grupos luchando contra los policías y paramilitares, esto últimos utilizan francotiradores, eliminan selectivamente al pueblo, a los jóvenes universitarios, a familias enteras como la que fue quemada en su casa.

Por ello, el Informe de la CIDH que se presentó en la Sesión Extraordinaria del Consejo Permanente de conformidad con el art. 37 de la OEA, bajo el título «Considerar la situación en Nicaragua», el viernes 22 de junio en Washington, confirma que el Estado de Nicaragua violó los derechos a la vida, integridad personal, salud, libertad personal, reunión, libertad de expresión y acceso a la justicia.”

Al día siguiente, el 23 de junio, Luís Almagro condenaba el asesinato de dos jóvenes y un niño de 15 meses en Managua, «exigimos justicia. Reiteramos nuestro llamado al cese inmediato de toda forma de violencia y represión» decía su tweet.

Sin embargo, se está tomando tiempo, Ortega se está recuperando. La Alianza Cívica por la Democracia y la Justicia, que reúne a las agrupaciones de la Sociedad Civil, pide que todas las instituciones del Estado sean auditadas, han pedido la presencia de representaciones internacionales para que vigilen la salida del Gobierno de Ortega.

Una salida que sería “decorosa” para Ortega y Murillo, gracias a las elecciones.  Sin embargo, se habla de 9 meses o 15 meses, mientras tanto ¿cuántos más morirán?

Relatar las maldades del gobierno de Ortega es un rosario de desgracias, el aniquilamiento de la población, directa o indirectamente, como dañar un tanque de agua dejándoles sin agua

La economía está sufriendo, el turismo, el principal ingreso de este país, ha sufrido una importante caída, los negocios están cerrando y muchas vendedoras de auto-subsistencia están renunciando a salir pues la inseguridad reina.

La política Ortega-Murillo está “cazando” a los nicaragüenses, llaman a los medios para presenciar situaciones periodísticas, en cambio, les realizan emboscadas, ¿quienes? la policía quienes caminan con turbas y paramilitares. Pensar que Ortega luchó contra Somoza, resultaron ser iguales.

Leer los mensajes de Facebook y twitter de amigos nicaragüenses quienes desde hace dos meses relatan el ataque en Managua, también en Masaya, una ciudad histórica que fue la sede de la caída de Somoza, cuando Masaya se unió a la insurrección popular contra la dictadura del dictador de ese turno, en 1979, Somoza.

Masaya vuelve a cumplir su rol, encabezar las protestas y Ortega ha querido aplastar esta ciudad, con más de 300,000 habitantes, que tiene fuertes raíces indígenas.

La reunión de la CIDH ha dado esperanza a la ciudadanía nicaragüense pero los tiempos, el ganar tiempo, técnica usada por Maduro en Venezuela, preocupa. Preocupa que se debe esperar hasta 15 meses para las elecciones. Se asume que Ortega se ha rendido, todos esperan la carta que confirme este hecho,

Como dicen los nicaragüenses: Qué Dios bendiga a Nicaragua.

@irecavarren

Foto: www.mapanicaragua.com