LVMH se creó en 1987 tras la fusión de Moët Hennessy y Louis Vuitton, marcando el comienzo de una nueva era para la industria del lujo. Su dueño es Bernard Arnault, el segundo hombre más rico en Francia despues de Hermès.
Bernard Arnault ha liderado el Grupo desde 1989 y es el accionista mayoritario, con una visión clara: convertir a LVMH en el líder mundial del lujo. Una cartera inigualable de marcas icónicas convierte a LVMH en un Grupo único, que ha seguido creciendo y expandiéndose desde su fundación.
Bernard Arnault: el artífice del lujo que habla todos los sentidos
En el corazón de la via Montenapoleone, la calle más exclusiva de Milán, Bernard Arnault ha adquirido el Palazzo Taverna, una sede que resume la nueva estrategia de expansión sensorial del imperio del lujo. Arnault no es solo el dueño del conglomerado LVMH, el más poderoso del mundo en este sector, sino también uno de los hombres más influyentes de nuestro tiempo. Con una fortuna que lo sitúa entre los diez hombres más ricos del planeta, ha construido su emporio a partir de una fórmula simple pero implacable: elegir lo mejor.
LVMH (Louis Vuitton Moët Hennessy), nacido de la fusión de dos casas legendarias en 1987, es hoy un ecosistema de 75 marcas que abarcan desde la moda y la relojería hasta el champagne, los perfumes y, más recientemente, la alta gastronomía. Arnault ha sabido reunir bajo su ala a verdaderos iconos del refinamiento global, preservando la identidad de cada maison pero imprimiendo una dirección común: excelencia, exclusividad y estética.
El empresario ha sido también una voz activa frente a las tensiones comerciales internacionales. Durante la administración Trump, advirtió sobre el impacto de los aranceles en sectores vitales para Francia, como el vino y la viticultura, e instó a los líderes europeos a negociar “con inteligencia”, criticando duramente la inercia de la burocracia de Bruselas. Para él, el lujo no es solo una industria, es una afirmación cultural, una expresión de identidad europea que debe defenderse estratégicamente.
Hoy, Arnault promueve una visión ampliada del lujo como experiencia total: una sinfonía de siete sentidos donde la vista, el tacto, el olfato, el gusto y el sonido se combinan con el equilibrio y la emoción. No se trata solo de vestir o beber lo mejor, sino de vivir rodeado de armonía, belleza y estímulo sensorial. De ahí su reciente incursión en la gastronomía de autor y la hospitalidad de alta gama.
La historia del Palazzo Taverna no es solo la de un nuevo local en Milán: es la puerta de entrada a una nueva etapa en la conquista del lujo, que desarrollaremos en profundidad en la próxima edición de Panorámica Latinoamericana.