Covid 19: Un reto para los derechos humanos

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La actual pandemia no puede ser excusa para empeorar la situación de los derechos humanos en instalaciones penitenciarias en todo el mundo, según la subcomisión de Derechos Humanos del PE.

En el contexto de la pandemia del coronavirus, los centros de detención de todo el mundo, incluidas las cárceles, generan preocupación debido al reto de salud pública que suponen y al impacto adicional que tienen las reglas de confinamiento. Los presidiarios con condiciones sanitarias de riesgo y condenas más largas en espacios superpoblados tienen un alto riesgo de infectarse.

Algunos países han respondido a la crisis con la liberación de presos a gran escala, con métodos alternativos a la detención y permitiendo más contacto telefónico y por internet con familiares y abogados. En muchos casos, sin embargo, las nuevas medidas no se han aplicado a presos políticos o defensores de los derechos humanos, a los que se ha detenido simplemente por expresar opiniones críticas o discrepantes.

Las obligaciones legales deben prevalecer

La mayoría de eurodiputados y expertos que participaron en la discusión destacaron que el brote de coronavirus ha llevado en muchas ocasiones a las autoridades penitenciarias de todo el mundo a imponer medidas draconianas, como una restricción severa de las horas de visita o planes de cuarentena similares a los de un confinamiento solitario indefinido. Esta situación ya ha causado revueltas en prisiones en muchos países con consecuencias fatales y con riesgos de que sus condiciones de estancia empeoren, en un ambiente ya propenso a la violencia y el abuso.

Por esta razón, pidieron tanto a las autoridades nacionales como a los organismos de Naciones Unidas que continúen reforzando su importante labor de supervisión y vigilancia para asegurarse de que las autoridades penitenciarias respetan las reglas y obligaciones legales.

Otros eurodiputados criticaron las estrategias de liberación de prisioneros puestas en marcha en diversas prisiones con aglomeraciones cuando estas no incluyen a presos políticos o de conciencia, como es el caso en muchos países fuera de la UE. Algunos oradores consideraron esta situación como inaceptable, teniendo en cuenta que estos reclusos suponen una amenaza menor para la sociedad que algunos de los otros detenidos que están siendo liberados.

Algunos de los intervinientes también recomendaron usar la pandemia del coronavirus como una oportunidad para reflexionar de forma más amplia sobre las reformas penales y para repensar cómo usamos los priones en general, por ejemplo, qué tipos de crímenes merecen sentencias prolongadas de cárcel, buscar alternativas a la detención y formular mejores políticas de rehabilitación y reintegración en la sociedad en el futuro.

Fuente: Parlamento Europeo