El comercio mundial mostró una recuperación moderada en el 2023, con un crecimiento positivo en el último trimestre tras un período de contracción. Según la Organización Mundial del Comercio (WTO), se espera que el volumen global de mercancías aumente un 2.7% en el 2024 y un 3.0% en el 2025. Este avance refleja una recuperación paulatina, impulsada principalmente por el aumento de exportaciones en Asia y las importaciones en América del Norte.
Sin embargo, el panorama para el 2025 está marcado por la incertidumbre de una posible intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Las tensiones entre estas dos potencias podrían afectar las cadenas de suministro y alterar los flujos comerciales globales. En el pasado, conflictos similares derivaron en el incremento de aranceles y barreras comerciales, impactando negativamente en el comercio de terceros países, como los de la región de Latinoamérica.
Un escenario de mayor proteccionismo afectaría especialmente a los países en desarrollo, que podrían enfrentar dificultades para acceder a mercados clave. No obstante, este contexto también podría abrir oportunidades para economías emergentes que logren posicionarse como alternativas viables en las cadenas globales de valor. Diversificar exportaciones y establecer acuerdos estratégicos será crucial para mitigar los efectos adversos de estas tensiones.
Por otro lado, el crecimiento proyectado del comercio global para el 2025 dependerá de la estabilidad de las principales regiones comerciales. Mientras Asia lidera el crecimiento en exportaciones, Europa enfrenta un estancamiento en sus flujos comerciales, lo que podría ralentizar la recuperación global. Este desequilibrio regional subraya la importancia de fomentar una mayor cooperación internacional para garantizar un comercio más inclusivo y sostenible.
Aunque el comercio mundial muestra signos de mejora, las tensiones entre Estados Unidos y China representan un riesgo significativo para su estabilidad.