Evolución del riesgo país en Latinoamérica

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La turbulencia económica internacional ha ocasionado una incertidumbre en la cual, los pronósticos de las inversiones para el 2022 se encuentran en revisión constante. A nivel regional, el riesgo país (EMBI) se ha vuelto clave en medio de un tercer shock económico, denominado así por el Fondo Monetario Internacional.

De acuerdo al índice EMBI de riesgo país, Uruguay es el país con el menor riesgo país en la región con 1.07%, seguido por Chile con 1.54% y Perú con 1.90%. En promedio, la región de Latinoamérica presenta un EMBI de 4.35%.

En medio del denominado tercer choque que la economía latinoamericana está afrontando, con el endurecimiento de las condiciones financieras, mantener un elevado riesgo país incidirá en un mayor encarecimiento de la deuda soberana.

Como se observa en la gráfica, Argentina, El Salvador y Ecuador son las economías que los inversionistas perciben con mayor riesgo para invertir. Es conveniente indicar que estas cifras también denotan un mayor encarecimiento de sus bonos soberanos, si decidieran realizar emisiones en el corto plazo.

Recordemos que las economías latinas buscaron endeudamiento exterior durante el 2020 para sostener la economía paralizada por la pandemia. Actualmente, si bien se espera que la deuda soberana se reduzca en el 2023, una profundización del impacto económico provocado por la guerra en Ucrania y el remanente de la pandemia exigiría una nueva emisión de bonos soberanos, poniendo en riesgo el balance fiscal en la región.

La clave en este contexto es, en primer lugar, buscar reducir el indicador de riesgo país a través de políticas públicas que generen confianza tanto para el inversionista nacional como para el extranjero. En segundo lugar, y que se deriva de lo anterior es que los países de América Latina deben convertirse en la atracción de la inversión extranjera de mediano y largo plazo, a fin de crear puestos de trabajo y un mayor dinamismo de la economía regional. Pero este esfuerzo debe realizarse inmediatamente, pues el 2023 se vuelve cada vez más incierto.

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Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid - España, Maestría en Administración (Universidad Autónoma de Guadalajara – México) y Maestría en Administración Pública (Instituto de Estudios Superiores en Administración Pública en México D.F.). Economista de la Universidad de Lima (1974). Decano de la Facultad de Economía durante 14 años, Director de la Escuela de Post Grado (3 años) y Catedrático Principal de Economía de la Universidad de Lima. Vocal de la Sala Especializada en Protección al Consumidor (agosto 2012 – agosto 2017). Actualmente, Gerente General de Asesoría y Negocios Financieros S.A. – ASFINSA, Director independiente de empresas privadas y Experto en valorizaciones económicas para la determinación del daño emergente, lucro cesante, costo de oportunidad y daño moral.