Perú supera crisis política con nuevo gabinete ministerial

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Fue un jueves santo para los peruanos de espera para conocer al nuevo Presidente del Consejo de Ministros del Perú Don Pedro Cateriano Bellido, y a su equipo ministerial, tras la censura política dada por el Congreso de la República a la entonces titular de la PCM Ana Jara Velásquez el lunes 30 de marzo, tras un candente debate de fuego cruzado en el parlamento peruano.

A las 20: 31 horas de la noche del jueves 02 de abril, hora de Lima, en el salón dorado de Palacio de Gobierno, Don Pedro Cateriano Bellido, juramentó como nuevo Presidente del Consejo de Ministros, posteriormente hicieron lo mismo los 17 ministros de Estado, varios de ellos ratificados en sus pliegos ya que formaron parte del anterior gabinete, Don Pedro Cateriano Bellido con esta designación, quien anteriormente se desempeñó como Ministro de Defensa, se convierte en el séptimo titular de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) del país inca a 15 meses de culminar su mandato presidencial Ollanta Humala Tasso.

lima y su bandera

La crisis política del Perú se origina a raíz de las denuncias de seguimiento y acopio de información básica sobre políticos, empresarios y periodistas, atribuidos a la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), entidad adscrita a la Presidencia del Consejo de Ministros, desatando con ello una de las crisis más graves que deberá todavía enfrentar el gobierno del presidente Ollanta Humala a poco más de un año y medio de que finalice su mandato.

Esto se traduce en que esta práctica torcida por parte de los órganos de inteligencia del Perú que deberían de estar al servicio de la seguridad y protección de la ciudadanía y del país, desde años han venido acopiando información de empresarios, periodistas, políticos y ciudadanos; con fines nada lícitos, peor aún en una sociedad donde los actos de criminalidad han crecido en forma asombrosa, mediante la obtención de información de estos grupos humanos que vienen siendo víctimas de esta ola de secuestros, chantajes y robos, por parte de bandas organizadas dedicadas al crimen y que en muchos de estos casos se han valido de estas informaciones reservadas que hacían estos órganos de inteligencia del país.

Aquí tenemos que referirnos a un aspecto muy importante ya que el gobierno de Alan García y Alberto Fujimori también echaron manos de estas prácticas lúgubres y cuestionables de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) y el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), respectivamente, sin embargo típicos a sus ya conocidas reglas morales de práctica del quehacer político ambas bancadas en el seno parlamentario se lavaron las manos y cargaron toda la responsabilidad en las espaldas del gabinete que dirigía la entonces premier Ana Jara Velásquez, quien ahora volverá a su curul de legisladora en el parlamento peruano.

Actualmente ya calmadas las aguas por estos días de semana santa, el país del sol inca, espera alcanzar el ritmo de confianza para continuar en su senda de crecimiento y desarrollo que permita alcanzar la tan ansiada inclusión social por la cual este gobierno tanto enarbolo esta bandera política, que parece cada día alejarse más de la aspiración de los peruanos para convertirse ya no en un sueño sino en pesadilla, ya que cada año el Perú decrece en su crecimiento económico y eso repercute en la economía de los peruanos.

Finalmente existen regiones donde la inestabilidad social está creciendo como en Arequipa, Piura, Puno, Apurímac y Loreto, donde la posibilidad de que existan enfrentamientos es alta, no por el número de conflictos reportados en estas zonas, sino por las complejas diferencias que enfrentan a sus protagonistas, hasta febrero, 41 conflictos sociales en tratamiento y 109 en prevención en todo el país, por demandas medioambientales, de inclusión social ante la carencia de servicios básicos primarios para que tengan una mejor calidad de vida, en fin son demandas de un país que se enseñorea ante el mundo de tener riquezas mineras e innumerables riquezas naturales con cientos de especies endémicas de fauna y flora; a todo esto el nuevo gabinete y la clase política peruana tendrá que hacer frente dejando de lado sus intereses partidarios y buscar el bien común para todos.