Los medios de comunicación se han constituido en una de las necesidades más importantes del ser humano, su propósito en si es “comunicar”, en sociedades occidentales como la nuestra estas industrias de las comunicaciones, invocan y echan mano de la libertad de expresión, que es un derecho inherente del ser humano ya que su esencia y albedrío permite la convivencia y sostenibilidad de nuestras sociedades; ahora bien en su estructura de forma de comunicar identificamos el de la información, la opinión, la educación, el de entretener, etc. En el Perú mucho se viene hablando de la responsabilidad de los medios de comunicación, toda vez que se han degenerado y han renunciado a sus fines y postulados iniciales, ya que para la gran mayoría de empresas de comunicaciones en el Perú es más importante obtener el lucro monetario a tal punto de convertir a los medios de comunicación en negocios fenicios.
El último Informe de la Unesco sobre la educación en el Perú, sostiene que, para lograr una educación de buena calidad para todos, los gobiernos han de contar con suficientes docentes formados, enfocar programas para atender las necesidades de los desfavorecidos, asignar presupuesto suficiente a la educación y mejorar la calidad del gasto. Para ello, es necesario atraer a la enseñanza a los mejores aspirantes a docentes; proporcionarles una formación pertinente; destinarlos a aquellas zonas donde mayores necesidades educativas tiene la población; valorizar la carrera docente y asegurarles incentivos para que adquieran un compromiso a largo plazo con la enseñanza y con el aprendizaje. Asimismo, el Informe subraya la necesidad de abordar la violencia por razones de género en las instituciones educativas y priorizar una educación inclusiva, basado en los Derechos Humanos, la igualdad de género y el respeto por la diversidad cultural.
Haciendo algo de historia y análisis podemos saber que desde que irrumpió la televisión en el Perú, muchos han sido los cambios operados en este medio, hasta tal punto que en la actualidad ha llegado a convertirse para la mayoría de los ciudadanos en la única fuente informativa, educativa y sobre todo de entretenimiento; no de opinión porque acceder a ella y dar una opinión sobre algo o alguien de interés público, solo le está reservado a una élite que generalmente ostenta poder político y económico; exclusiva y étnicamente para una población blanca en un país de tan variado y de amplio mestizaje con orígenes andinos y amazónicos. Según estudios realizados por PRENSAPERU.PE (www.prensaperu.pe) se constata que el medio de comunicación con mayor audiencia es la televisión con un 83 % en el Perú sobre todo en las ciudades más importantes y que concentran gran proporción de ciudadanos como por ejemplo: Lima, aquí en el tema de la televisión debemos identificar que se cuenta con señal de televisión por cable y abierta siendo esta última la más masiva por la gratuidad para acceder a ella.
Luego, en segundo lugar, tenemos a la radio con un 52 % siendo esta la que más cobertura puede abarcar, a pesar de lo accidentado que es el Perú en su geografía sobre todo andina y amazónica, ya que sus ondas sonoras son fácil de captar por lo accesible que es llevar un receptor por parte del oyente; luego tenemos a la prensa escrita con un 36 % que es una de las industrias que va en crecimiento, aquí bien valdría realizar un estudio del mismo, ya que su crecimiento y consumo no se da porque al peruano le guste leer y analizar, sino porque esto es fuente de pornografía, chisme y verborrea en los cuales, sectores como el político y farandulero, echan mano minuto a minuto, para venderse ante la opinión pública; finalmente el internet en pocos años ha alcanzado a millones de consumidores a pesar de que tener acceso al mismo todavía en el Perú es un derecho reservado para élites, la consideramos en esta condición cualitativa por sus conexiones fijas en los hogares peruanos ya que la misma representa un pago mensual del servicio que todavía sigue siendo muy oneroso, solo apenas un 23 % accede a internet frecuentemente, los otros grupos son regulares o esporádicos, en suma más de la mitad de los peruanos todavía no usa el internet, y quienes lo usan lo hacen por una necesidad social, es decir de cada 10 usuarios 7 lo consumen en redes sociales como el Facebook que generalmente está cargada de frivolidades y chismes.
Bueno con este compendio de análisis de los medios de comunicación en el país inca, debemos enfocarnos en lo pernicioso que son estos medios mal usados y empleados; por ejemplo entretener y producir diversión también se ha convertido en una función básica de los medios de comunicación fundamentalmente en la industria televisiva, que es hoy en día la fuente principal de entretenimiento con programación precisamente desagradable por no decir de esencia audiovisual fétida, es decir si queremos escudriñar la etimología que más se aplica para describir esta anomía social de nuestros tiempos tendríamos que recurrir a la real academia de la lengua y encontraríamos el termino lingüístico “cacosmia”.
Cacosmia [del griego kakós, malo y osmé, olor] es un término médico utilizado en otorrinolaringología, neurología, y psiquiatría, para referirse a una alteración del sentido del olfato que provoca que el paciente perciba como agradables determinados olores habitualmente considerados desagradables e incluso fétidos. La cacosmia es un tipo de parosmia y puede deberse a una lesión física o ser consecuencia de un trastorno psiquiátrico o psicológico y tratarse de lo que se conoce como alucinación olfativa. Entonces aquí en un sentido figurado tal vez podemos encontrar la explicación porque existe esta industria inmunda de la televisión y la prensa escrita basura, y es que el consumidor peruano encuentra agradable esta fetidez que se exponen a diario en estos medios de comunicación, a tal punto que ya no discierne entre lo agradable y sano para su crecimiento y desarrollo educativo; no solo para él sino también para su entorno familiar; y esto está mermando las bases sólidas sobre las cuales deben cimentarse las familias para una sociedad con valores.
Finalmente que es lo que nos espera con todo esto, tenemos un gobierno y una clase política que en vez de garantizar un correcto control de estas industrias de medios que están avasallando y contaminando a nuestra nación, se convierten cada día en el insumo para la chabacanería de los titulares en los medios de comunicación; ministros y legisladores desfilando como geishas en las pasarelas de estos programas televisivos en donde se exponen violencia, sexo y vagancia al puro estilo de “Pepe el Vivo” o “Pedro Navaja”, asistimos a observar como empresas e industrias de la banca, finanzas, comercio, consumo de alimentos y otros, financian espacios donde estas producciones hacen gala cada día de quien gana más en el chisme o destape amoroso del cocinero de la esquina y de que fémina mediática del momento ostenta el mejor “trasero” sin que se escape del ojo clínico del político que en vez de pensar en los sagrados intereses del país, está viendo como satisfacer sus necesidades económicas y conyugales con prácticas torcidas.
Urge en suma un cambio de actitud por parte de nuestros políticos para legislar normas legales que garanticen la preservación de la salud moral y ética de nuestra sociedad, ya que esperar un cambio de actitud por parte del empresario que auspicia estas producciones y de los dueños de los medios de comunicación que lucran con este libertinaje en un Estado indiferente que permite y avala esta anomía social es soñar como decían los abuelos “que los cerdos vuelan”; hay que acabar con ese mito y leyenda urbana de que los propios medios de comunicación se regulen solo, eso no va a ocurrir, el gobierno peruano, tanto el ejecutivo como el legislativo que ya a poco más de 15 meses de cesar, hasta el momento no se les conoce ninguna iniciativa o proyecto de ley que enarbole o recoja está aspiración para limpiar a la sociedad del Perú de esta televisión y prensa escrita denominada por los diversos colectivos ciudadanos como basura.