¿Hacia dónde va Chile?

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Hacia dónde va América Latina fue el título del Seminario que congregó exponentes  latinoamericanos para entender qué está sucediendo en la región.

¿Qué pasa en Chile? Para entenderlo, tres exponentes de la vida chilena presentaron sus visiones.

Según Bettina Horst, subdirectora de políticas públicas de Libertad y Desarrollo, la economía reviste la principal razón de la protesta, desde el momento que la economía chilena está estancada desde hace unos años, el crecimiento del PIB ha sido de 1% o menos. Recuerda el viernes 18 de octubre cuando las estaciones de Metro fueron atacadas, nueve de ellas fueron destruidas, aún no se ha identificado quién coordinó esos ataques. Las manifestaciones no cesan, de pacíficas a violentas, el orden público se ha alterado, la violencia se ha instalado en las calles de Chile.

Sin embargo, el 12 de noviembre se abrió a una negociación, se decide cambiar la Constitución chilena escrita en los años ’80. Nos hace notar que esta Constitución con todos los defectos que se le atribuye no ha sido rígida, es más, ha tenido cambios, desde los años noventa ha tenido más de doscientas modificaciones.

Este abril, se realizará un plebiscito para conocer si los chilenos quieren una nueva Constitución. Según últimas encuestas, señala Bettina Horst, el nivel de confianza hacia las instituciones ha caído, el crecimiento del país se ha ido al suelo, las reformas tributarias reducirán en mil millones el ingreso al erario chileno. «Chile se está empobreciendo», ya no será el país más sólido, el crecimiento de la deuda bruta está creciendo,  el tamaño del Estado está creciendo, se están actuando nuevas reformas con mayor gasto fiscal. Sin embargo, si se pregunta al chileno individuo cómo está, responde que está bien, «la satisfacción es personal y piensa que los demás están mal».

La visión del político, el senador Felipe Kast, esperado en Chile porque ese día se realizaba la votación para una Ley de la paridad de género, su ausencia se sintió faltó un voto para su aprobación, era su voto: 24 votos a favor, 14 en contra y 2 abstenciones. Faltó 1 voto. Ahora la propuesta volverá a la Cámara de Diputados y luego a la Comisión Mixta.

En Lima, nos hizo conocer que la izquierda chilena es la más dura de Latinoamérica, agregando que «los países se destruyen por dentro, el equilibrio es delicado para que no se destruyan por dentro».
Señaló que son dos las reglas de juego para que un país progrese:  el manejo económico y la cohesión social.

El camino chileno desde la sustitución de las importaciones ha cambiado, se ha adaptado a los cambios, la economía es abierta considerada como la mejor protección. Ese pacto, señaló, duró 25 años, finalizando en 2006.

El primer síntoma del cambio fueron «los pingüinos», un movimiento estudiantil, luego otro. Según Kast en Chile no se reformó el Estado chileno, «fue una agencia de empleo», tampoco la salud pública navega en aguas tranquilas, existen Alcaldías con diferencias y desigualdades enormes. En definitiva «la igualdad de oportunidades, es fundamental».

Chile tiene una izquierda muy dura  y profesional «que no regala nada, que quiere que salga Piñera, y el segundo error es la seguridad ciudadana, pensamos que Chile era Suiza: no nos preocupamos del orden público. Los narcotraficantes están en Chile, la relación de los narcos con la violencia es fuerte, hay lugares donde la policía no logra entrar».

El senador Kast no se resigna a no soñar en un Chile con optimismo, con ideas que defender en una Constitución liberal, «el Tema constitucional es lo más importante en Chile en los próximos años».

Otra visión la presentó Carlos Melendez, peruano, politólogo quien radica en Chile y lo conoce por dentro.

Para aterrizarnos en la problemática se refirió a nuestra realidad peruana, donde la población no se manifiesta a favor sino en contra de una agrupación política.

El tema chileno tiene características particulares dignas de atención. La gente a favor de los partidos políticos son pocos, existe un 38,6% de la población chilena que está contra todo.

Por otro lado, señaló que los actos de terror que hay en Chile no son nuevos, son conocidos «los bombazos», un proceso de violencia urbana que se ha ido acumulando, hay anarquistas que se han ido profesionalizando en el país. La desafección política, el rechazo a la política es elevado, hay gente que no se siente identificada, que están contra todo, que no encuentran un partido que los acoja, rechazan los beneficios de la política.

Con relación a la influencia externa, señaló que en Chile la agencia de inteligencia se desactivó, «no hay inteligencia en el país, internamente no hay nadie que proporcione información para saber quién está detrás de todo esto. Que Chile va a ser una mejor país de aquí a dos años más es imposible, está cada vez más lejos».

Señaló el terrorismo en la Araucanía, los incendios en los fundos, ya no son noticia en la prensa, el Instituto nacional, el más prestigioso instituto de donde han salido los presidentes ha sido destruida por los estudiantes «dentro de la misma institución que validan la violencia», cerró su año académico en octubre del año pasado y ahora tiene menos postulantes, los grupos de izquierda relativizan su condena a la violencia. No es delincuencia, es violencia extrema.

Los espacios públicos han sido capturados por el partido comunista, no se ve un proyecto político, la ciudadanía no recibe respuesta, con las reformas

Finalizó el senador Katz, «el modelo económico de los años 80 fue lo mejor que trajimos a Chile….. lo que pasa en Chile es una crisis del Estado no del modelo económico».
Sobre los ataques y la violencia, ¿si son orquestrados o no?, sostiene «da lo mismo, en Chile tenemos suficientes anarquista y violentistas….».