El desempeño laboral en América Latina ha tenido una evolución heterogénea, originada por el deterioro de la actividad económica entre los años 2011 y 2015 y por la contracción económica del año 2016 (-0.9%). A continuación, analizaremos el “Panorama Laboral 2017”, desarrollado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en los países que forman parte de la Alianza del Pacífico.
La OIT afecta permanentemente el análisis del sector laboral en América y el Caribe en relación a una serie de indicadores, en esta oportunidad se analizarán tres de ellos. La tasa de participación es el porcentaje de la población económicamente activa entre la población en edad de trabajar. Mientras que la tasa de ocupación mide la proporción de las personas que se encuentran trabajando, respecto al total de personas en edad de trabajar. La tasa de desocupación, por su parte, mide la proporción de la población que no se encuentra laborando, respecto a la población económicamente activa.
En Chile, la tasa de desocupación, al tercer trimestre de 2017, es la segunda más alta en la Alianza del Pacífico con 6.8%. A pesar de haberse visto un desempleo de 6.7%, debido al aumento del empleo asalariado de 0.7%, esta tasa tuvo un nuevo rebote, regresando al 6.8%, por encontrarse cercano a las elecciones presidenciales.
En el caso de Colombia, a pesar de poseer la segunda tasa de ocupación y de participación más alta, 58% y 64.2% respectivamente, la tasa de desocupación colombiana es la más alta en la Alianza del Pacífico con 9.7%. Esta cifra se atribuye al aumento de los inmigrantes venezolanos, los cuales no han podido insertarse rápidamente al mercado laboral colombiano provocando el aumento de la desocupación laboral.
En México, la tasa de desocupación promedio alcanzó un 3.5%, debido a una mayor generación de empleo. En cuanto al salario real, los ajustes salariales de México fueron menores a los observados en la productividad.
Perú muestra la mayor tasa de participación y ocupación en la Alianza del Pacífico, y también es el segundo país con la segunda tasa más baja de desocupación. Los programas de reconstrucción por el Niño costero han permitido que el empleo peruano se dinamice y que la tasa de participación y ocupación peruana se ubique en 72.5% y 69.3%, respectivamente.