América Latina se encuentra en una fase totalmente diversificada de su ciclo monetario. A diferencia del año 2024, cuando la mayoría de los países se movían al ritmo de la inflación luego de la pandemia. En setiembre del 2025 muestra una clara divergencia en las decisiones de política. Mientras que algunas economías, como México y Perú, han optado por consolidar la fase de relajación, otras potencias regionales, como Brasil y Colombia, se mantienen firmes en el proceso de contención inflacionaria.
El caso de México es el más notable en términos de flexibilización. Su tasa de interés de referencia ha pasado del 10.00% en diciembre del 2024 a 7.75% en setiembre del 2025, lo que representa una reducción acumulada de 225 puntos básicos (pp). Este agresivo ciclo de recortes refleja el éxito en el control de la inflación y el deseo de Banxico de impulsar una economía que muestre signos de debilidad. En contraste, en el caso peruano siguió un camino similar, aunque más cauteloso, reduciendo su tasa de 5.00% a 4.25% en el mismo periodo, buscando llevar su política monetaria a un nivel «neutral» sin generar nuevas presiones en los precios.
En el otro extremo, Brasil se ha convertido en el principal foco de preocupación por la persistencia de la inflación. La tasa de referencia del Banco Central (la Selic) ha escalado del 12.25% al cierre del 2024 a un elevado 15.00% en setiembre del 2025. Este aumento de 275 puntos básicos es la subida más drástica de la región, lo que refleja la lucha de la autoridad monetaria para anclar las expectativas inflacionarias que se mantienen persistentemente altas, sacrificando parte del crecimiento económico a corto plazo.
Otras economías, como Colombia y Chile, han adoptado un enfoque de mayor estabilidad en los últimos meses. Colombia ha mantenido su tasa en 9.25% desde mayo del 2025, después de un ligero ajuste inicial, mientras que Chile mantuvo su tasa en 4.75% en setiembre, estabilizándose tras el recorte de julio. Estas decisiones reflejan una postura de «esperar y ver» por parte de los bancos centrales, que evalúan si los recortes iniciales han sido suficientes o si podría haber un riesgo de rebrote inflacionario.
La política monetaria latinoamericana hasta setiembre del 2025 se define por una brecha de 7.25 puntos porcentuales entre la tasa más baja de Perú de 4.25% y la más alta de Brasil con 15.00%. Esta amplia diferencia demuestra que, mientras el shock inflacionario global disminuye, los riesgos internos, fiscales y de tipo de cambio dominan actualmente las decisiones de cada Banco Central, de cada país de América Latina, marcando la pauta de la inversión y del crecimiento para el cierre del presente año.