Nos refiere el National Geographic sobre el descubrimiento de un bosque de Coral Bambú a 2.286 metros de profundidad en el golfo de México, era un «jardín oculto de coral bambú».
El coral bambú es habitual de encontrar en las aguas profundas, donde crecen en «bosques», pero a los investigadores les sorprendió ver a los corales en grupos tan densos en profundidades tan extremas. Se descubrieron cerca de la costa oeste de Florida, cerca de un sistema de cañones subacuáticos. Los corales son capaces de crecer incluso en las escarpadas laderas de los acantilados y sus «abanicos» están extendidos para atrapar la corriente y aumentar sus probabilidades de conseguir comida.

El jardín de coral, concluye el National Geographic, es un ejemplo de cómo los ecosistemas pueden prosperar en la oscuridad de las profundidades y consideran que las estructuras podrían tener al menos 1.000 años de antigüedad. Para que el coral creciera tanto, ha sido necesario que se combinaran una serie de condiciones. El coral se alimenta de organismos pequeños como el zooplancton y las algas y necesita condiciones estables.
El Centro de Gemología de Italia sostiene que pertenece al género coralium (octocorales) sino a los antipatarios (hexacorales). Los octocorales a los que pertenecen las categorías de corales más valiosos tienen pólipos con 8 o múltiplos de ocho tentáculos y 8 paredes gastrovasculares; mientras que los escoralli tienen pólipos con 6 o múltiplos de 6 tentáculos y 6 paredes gastrovasculares. El coral bambú no tiene ramificaciones y puede alcanzar alturas de 2 m. Tiene una particularidad: alterna entrenudos calcáreos blancos con nudos córneos oscuros que van del marrón al negro.
Para el procesamiento se descarta la parte negra (nudo) y se utiliza la parte blanca (entrenudo). Los entrenudos blancos contienen un canal central de aproximadamente 1 mm de diámetro (que también se descarta).
Su color natural, es blanco marfil, está tratado con tintes de varios tonos de rosa y rojo imitando el coral fino. Si se trabaja bien, no es fácilmente identificable salvo por los expertos del sector.
El coral ha sido considerado un símbolo de buena suerte, protección y salud en muchas culturas alrededor del mundo. Se le atribuyen propiedades de curación y se cree que brinda energías positivas. Además, se asocia con la vitalidad, la pasión y la protección contra el mal de ojo. Han sido utilizados históricamente por sus propiedades simbólicas y medicinales.
Los corales han sido valorados por la humanidad desde tiempos antiguos, atribuyéndoles propiedades protectoras y curativas. Los romanos, por ejemplo, colgaban pequeños corales rojos al cuello de los niños para preservarlos de males, una costumbre que persistió hasta la Edad Media. Los chamanes consideran que los corales simbolizan la fertilidad y actúan como talismanes de salud debido a sus virtudes medicinales, representando la sangre, el árbol, el cosmos y el mar como fuente de vida.
Diversas culturas han utilizado los corales en la medicina tradicional, especialmente contra enfermedades de la cabeza, hemorragias y úlceras. En la India, aún se emplean para preparar productos afrodisíacos. En gemoterapia, los colores claros de los corales, como el rosa pálido o el blanco, se asocian con la atracción de sabiduría y la prevención de la locura, demencia, ira y obsesión.
Dado que el coral de bambú es naturalmente suave y poroso, se recomienda mantener las joyas de coral alejadas de perfumes, productos de higiene. y lacas para el cabello para prevenir posibles daños.









