Hoy les hablaré del Consejo europeo del 17 – 18 de julio que se prolongó al domingo 19 de Julio finalizando la madrugada del lunes 20.
Alguien dijo que Latinoamérica extrañaría tener un proceso de integración similar al de la Unión europea por la catarata de dinero que llegaría a sus países miembros para la reactivación post-Covid 19. Sin embargo, el camino de esa catarata de dinero la hemos visto un poco tortuosa, no obstante, nos gustaría tener un proceso de integración similar.
Estamos hablando de 1 750 mil millones de euros. Los beneficiarios directos serán todos los miembros de la Unión europea pero quienes recibirán las más altas cifras, de acuerdo al daño producido por el COVID-19, son Italia con 172,745 millones de euros, España con 140,488 millones de euros, luego Polonia, Francia, Alemania y otros. Pero, hay países que se oponen, están liderados por Holanda, le sigue Suecia, Austria, Finlandia y Dinamarca, denominados “frugales” en el sentido que sólo consumen lo que necesitan, gastan de forma eficiente, no viven por encima de sus posibilidades, no se endeudan, no desperdician recursos, valoran su tiempo. ¿Son perfectos? no, en absoluto.
En el terreno de las suposiciones, también se supuso a inicios de Julio, que la aprobación del Recovery Found se obtendría gracias a un acuerdo político, en particular con Holanda si se “toleraba” el secreto a grandes voces que es un “paraíso fiscal», con una opacidad fiscal declarada además de ser sede de empresas multinacionales y también de las grandes empresas de países miembros como Italia y España que impide a dichos países recaudar los ingresos fiscales que les corresponde.
Sin embargo, antes que pudiera ser formalizada alguna propuesta al respeto, el Comisario Valdis Dombrovskis, Vicepresidente Ejecutivo de la Comisión europea, dispuso remitir al Tribunal de Justicia por no haber transpuesto la normativa marco contra el lavado de dinero y haber impedido, en el caso de Austria, establecer la legislación sobre apuestas y juegos de azar, de Bélgica por no actuar los mecanismos bajo los cuales las Unidades de Inteligencia Financiera intercambian documentos e información y a Holanda por no proporcionar la información sobre la titularidad efectiva de corporaciones y otras entidades legales.
De este modo, sin favores ni compromisos, llegaron a este Consejo Europeo, La Haya con Mark Rutte, capitaneó el grupo de los frugales los cuales se oponían a la concesión de recursos no reembolsables a Italia, también a España y a Portugal a través del Fondo de Recuperación. Este Consejo de Presidentes debe ser aprobado por unanimidad, la propuesta del Presidente del Consejo, Charles Michel tuvo 22 aprobaciones, 5 frugales compactos: en desacuerdo, el fin de semana ellos “necuestaron” a Europa.
Italia se presentó discutible por sostener programas asistenciales que no producen desarrollo como es “Cuota 100”, ¿realmente tiene Italia necesidad de dinero? ¿si tiene tanto dinero para dar un sueldo a gente que no trabaja, ni trabajará? Además, es una cuestión de números, entre los años 2000 al 2019, la deuda publica italiana ha pasado de 105% del PIB al 133%, el PIB austriaco del 66% al 71%, el danés de 52% a 33%, el holandés del 51% al 49% y el sueco de 51% a 37%. No se puede decir que Italia cuide su gasto estatal. Hace unos días ha nacionalizado la empresa Autostrade, quien tiene dificultades económicas no dispone un capital en una empresa privada, si hubieron errores en la gestión bien pueden sustituirse los actores pero no necesariamente debe entrar el Estado.
Mark Rutte, al manifestar su desconfianza solicitó la unanimidad para la validación de los planes de reforma nacionales solicitados a cambio de la ayuda europea. Tanta a Italia como a España no les agrada los controles ni tampoco sentirse obligados a actuar reformas del mercado laboral, el sistema de pensiones, por ejemplo.
Antes esta situación, hubiera podido ser oportuno un mensaje de algunos minutos de parte del presidente del Consejo de Ministros italiano, Conte, sobre el uso que se haría del dinero con un borrador de programa encuadrado en las líneas programáticas de la Unión europea, como son el pasaje a la economía verde, la digitalización de la economía, el destrabe administrativo, agilizar el aparato estatal. Así no fue.
Con la intención de destrabar esta situación el presidente del Consejo Charles Michel, antes de la cena del domingo 19 les cuestionó ¿son los 27 líderes responsables ante el pueblo europeo capaces de construir la unidad europea, de confianza? O por el contrario, ¿presentaremos la cara de una Europa débil, socavada por la desconfianza?
Seguramente hay desconfianza así como también un cierto temor/celos por el relance con dinero fresco en las economías de países que, ahora, son muy vulnerables: Italia y España.
Veremos cómo se concluirá.