Luego del aumento de las tasas de interés de los bancos centrales alrededor del mundo, los préstamos de consumo y empresariales se han encarecido de manera considerable. Pero también la deuda pública pasaría por un período de mucha dificultad durante los próximos años.
De acuerdo a la estadística de la Cepal, Uruguay, Chile y El Salvador fueron los países que, en el 2021, obtuvieron una deuda pública externa que representó más del 70% de su PBI. Mientras que países como Guatemala con 31.3%, República Dominicana con 35.4% y Bolivia con 36.7% presentaron las menores tasas de endeudamiento en la región.
En promedio, la deuda pública externa de América Latina y el Caribe se ubicó en 46.9%. Si bien es cierto, estás tasas pueden causar preocupación por su proporción con respecto del PBI nacional, es necesario considerar la nueva coyuntura económica generada luego del post Coronavirus.
De acuerdo al FMI, se estima que alrededor del 15% de los países de renta baja, en la actualidad, se encuentran en dificultades de endeudamiento, con un 45% adicional en alto riesgo de inconvenientes de endeudamiento y alrededor del 25% de las economías de mercado emergentes también en alto riesgo.
Los países que serán más vulnerables, según el FMI son aquellos que tienen importantes necesidades de financiación en dólares a corto plazo. Dada esta dependencia, estos países enfrentarían problemas de liquidez y devaluación de su moneda, en caso de ocurrir una escasez repentina de dólares.
El endeudamiento no es malo, si se realiza de una manera responsable. La situación de desaceleración económica mundial y los conflictos sociales en la región tenderán a impulsar aún más la necesidad de endeudamiento en países que no poseen recursos económicos suficientes para cubrir las necesidades de su población.