Durante los años 2020 y 2021, la recesión económica mundial, originada por el coronavirus, además de los problemas políticos coyunturales ocasionados localmente, fortalecieron al dólar frente a las monedas latinoamericanas. Sin embargo, en el contexto internacional actual está tendencia, tiene un comportamiento distinto al observado en los años anteriores.
Al 18 de abril del presente año, la gran mayoría de las economías de la región Latinoamericana han presentado una devaluación acumulada del dólar durante el 2022, con excepción de Argentina que presenta un incremento en su tipo de cambio de 10.67%. Las economías que registran la mayor disminución del tipo de cambio, a la fecha, son Brasil con -16.39%, Colombia con -8.20% y Perú con -6.23%.
En la coyuntura actual, los dos factores que explicarían la devaluación del dólar en la región son originados por el conflicto entre Ucrania y Rusia y por la potencial recesión de Estados Unidos. Por un lado, la incertidumbre producida por la guerra en Europa ha ocasionado que grandes flujos de capital ingresen a las economías latinoamericanas; mientras que la posible recesión estadounidense crea desconfianza en la moneda verde a nivel mundial.
En países como México, Chile, Perú y Brasil se observa una apreciación de la moneda local, con respecto del dólar, asociada a la alta cotización de las materias primas, entre otros factores internos y externos. En el caso de Colombia, el peso colombiano está ganando terreno frente al dólar debido al mayor precio del petróleo. En el caso de Argentina, a pesar del reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la incertidumbre política sobre su futuro económico y la alta inflación local cada día vuelve al dólar una alternativa más atractiva en comparación al peso argentino.
En un entorno de alta inflación, se ve muy distante la posibilidad de un nuevo período de dolarización del sistema financiero latinoamericano. No obstante, los flujos entrantes de capital extranjero deben ser aprovechados para incentivar y crear nueva inversión local; lo cual es muy importante impulsar en un contexto potencial de estanflación, caracterizado por un estancamiento en el crecimiento y un persistente aumento de los precios.