Que se tenga en claro, ellos no respetan al Perú, son malos peruanos.

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Perú no tiene grandes hombres, tampoco políticos, lo hemos sabido siempre. La Gallería de “malditos” presidentes lo avala. Le siguen los presidentes regionales quienes en la búsqueda de la inmunidad, para evitar la pena de encarcelamiento, llegan al Congreso, a las Alcaldías. Esa mediocridad ha impedido el desarrollo social equitativo del Perú, el aporte peruano en ámbito internacional, el avance de decentes mujeres, por la natural coalición existente entre ellos que al final, al no existir convicciones ni soporte sustancial a las ideas, sólo intereses personales, vale bien frenarlas.

Ante la grave crisis moral que vive el Perú, es propicio reflexionar sobre la urgente necesidad que surjan figuras morales notables que encaucen al país en el camino de unidad y compromiso común.

Hasta finales del 2019 Italia vivía una situación de zozobra política camino a una decadencia moral representada, también ahí, por una discutible coalición de hombres, las mujeres eran, en su mayoría, comparsas. Una situación distante de la Italia con pasado imperial y fundadora de la Unión europea, situación que llevó a declarar a Macron que el pueblo italiano merecía «gobernantes a la altura de su historia».

Bajo la presidencia Conte, quien, infructuosamente ahora intenta tener un rayo de sol que le ilumine, con su joven pupilo Di Maio, quien lo ha superado con creces, gracias a sus habilidades de mantenerse siempre en cargos ministeriales mientras cubría representaciones gubernamentales, él sigue siendo Ministro de Relaciones exteriores, habilidad natural sin soporte escolástico, quien llamó Ross a Pompeo, ganándose muy pocas simpatías.

El gobierno Conte viró hacia China quien pirateaba a vista y paciencia pequeñas empresas italianas de tecnología, se envolvió en la “Vía de la Seda”, chinos que constituían en Italia empresas de falsificación de la moda italiana produciendo una pérdida, aún ahora persisten. Esa Italia esperaba liderar el ingreso triunfal en el mercado chino, ser destinatario de grandes inversiones, los resultados fue una balanza comercial favorable a China y el “capital paciente”, se sabe, china cobra más de lo que da, nunca llegó. Ahora, luego de las declaraciones del “pollo Carbajal”, la Fiscalía italiana investiga un aporte millonario a la formación del Movimiento 5 Stelle, gracias a Maduro.

Di Maio, en plena crisis francesa de los “chalecos amarillos” (2018), llegó, en su veste de viceprimer ministro italiano y líder del Movimiento 5 Stelle, a París exhortándoles “sigan adelante” manifestando su cercanía al “pueblo”. Acto calificado por Francia como «provocación», a meses de la celebración de los 500 años de la muerte de Leonardo da Vinci, nacido en Italia consagrado en Francia, artista universal que trascenderá los tiempos por su sed de conocimiento y su intención continua por darse respuestas. Indudablemente, la celebración se vio afectada por la política.

Una situación caótica que clamaba un cambio. El presidente Mattarella convoca a Mario Draghi, cuya trayectoria como “banquero” era impecable, ya en pensión, desde el puesto que ocupase siempre dio una mano a su país eficazmente, con discreción. Es célebre su frase «Whatever it takes» cuando era Gobernador del Banco Central Europeo ante la crisis de la deuda soberana (2012) asegurando que la institución bancaria habría actuado «cueste lo que cueste» por salvar la economía.

En Draghi prevalece su estatura moral, su trayectoria impecable, nunca fue cuestionado, enjuiciado, sentenciado ni rumoreado. La componente política dio la confianza al Presidente del Consejo, Mario Draghi. Los Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni quedaron fuera del Gobierno pasando a la oposición.

En su discurso al Senado de febrero 2021, Mario Draghi se preguntó si su generación estaba haciendo todo cuanto las anteriores generaciones habían hecho por ellos, señalando que era una pregunta obligada “cuando no hacemos todo lo necesario para promover mejor el capital humano, la educación, la escuela, la universidad y la cultura. Una pregunta a la que debemos dar respuestas concretas y urgentes cuando decepcionamos a nuestros jóvenes al obligarlos a emigrar de un país que con demasiada frecuencia no puede valorar los méritos y aún no ha logrado una igualdad de género efectiva. Una pregunta que no podemos evitar cuándo aumentamos nuestra deuda pública sin haber gastado e invertido de la mejor manera posible recursos que siempre son escasos. Cada desperdicio de hoy es un mal que le hacemos a las próximas generaciones, una sustracción de sus derechos…… Con la esperanza de que los jóvenes italianos que ocupen nuestro lugar, incluso aquí en esta aula, nos agradezcan nuestro trabajo y no tengan nada que culpar por nuestro egoísmo”, agregando “Este gobierno nació a raíz de la pertenencia de nuestro país, como miembro fundador, de la Unión Europea, y como protagonista de la Alianza Atlántica, a raíz de las grandes democracias occidentales, en defensa de sus principios y valores inalienables.”

Sus declaraciones pedían ética, asunción de responsabilidad, excluía de raíz la corrupción además de un viraje de la política internacional. Su trabajo, además de afrontar la pandemia ha sido reconstruir las “masacradas” relaciones internacionales. Di Maio, se adaptó como el agua dejándose llevar por los excelentes diplomáticos que lo circundan.

Una de las tareas más importantes de Draghi fue reconstruir la relación con Macron. A fines de este noviembre se firmó el “Tratado del Quirinal” creando un sólido eje europeo que da brillo a Italia y a ambos potencia, al último momento, a petición de Draghi, se insertó la cláusula del Tratado Francia-Alemania que establece “un mecanismo mediante el cual, al menos una vez cada trimestre, un ministro italiano participará en un Consejo de Ministros del gobierno francés, y viceversa”.

Draghi es el garante de los flujos de dinero que llegarán de la Unión europea para la reconstrucción económica, como él declaró “El crecimiento de la economía de un país no surge solo de factores económicos. Depende de las instituciones, de la confianza de los ciudadanos en ellas, de compartir valores y esperanzas. Los mismos factores determinan el progreso de un país”.  

Italia acaba de ser declarado por The Economist el “País del año 2021” no por ser el más lindo, el más rico, el más potente, la motivación “a quien aún en la adversidad obtiene una mejoría”.

Este pasaje italiano infunde esperanza en que la integridad y la decencia en política son imprescindibles. Una persona sola encumbrada puede cambiar el rumbo de la historia de un país con su integridad que obliga al entorno a comportarse en consecuencia. Así como, cuando un hombre sin valores ni principios corrompe un Congreso comprando gente inescrupulosa utilizando los recursos del Estado, intercambia apoyo con privilegios, recibe tangentes por licitaciones estatales, sigue quimeras ilícitas en desmedro incluso de la unidad nacional. Que se tenga en claro, ellos no respetan al Perú, son malos peruanos.