Mark Rutte, ganó, no avasalló pero ganó desplazando el populismo y la xenofobía. Lo importante: no ganó Wilders. Holanda es el primer país que atraviesa las lecciones europeas, le siguen Francia, Alemania.
En Holanda ha prevalecido el buen sentido. No obstante, hubieron factores que han permitido a Mark Rutte demostrar su posición, su carácter de líder. En este sentido, debe agradecerse la actitud testaruda del premier turco Erdogan, quien enviando a dos de sus Ministros a realizar un mitin en tierra holandesa en favor del SI al referendum turco del 16 de abril que lo vería entronado hasta 2029, les fueron negados el ingreso, precisamente por Rutte, luego de haber advertido a los turcos que era inconveniente realizar los comicios días antes del voto holandés.
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Este gesto a Rutte le hizo ganar simpatías pero también permitió a Wilder ganar votos de parte de quienes vieron en este islám un verdadero peligro, no obstante no repitió su resultado del 2010. Quién se ha demostrado la sorpresa del voto holandés es el partido verde con Jesse Klaver, un jóven de 30 años, además de verde lleva el discurso de Rutte por la integración. Sus origenes marroquíes le facilitarán su vida política.

Considero que otros dos factores influyeron: la defensa cerrada a Holanda en un identidad europea y la sentencia de la Corte de Justicia.
En la plenaria del Parlamento Europeo del 15 de marzo, precisamente cuando se estaba llevando a cabo las eleciones en Holanda los tres representantes más importantes de las instituciones europeas se manifestaron abiertamente defendiendo a Holanda, el presidente de la Comisión UE, Jean-Claude Juncker dijo sentirse «escandalizado por lo que he escuchado de Turquía hacia Holanda y Alemania: no aceptaré un comparación entre los nazistas y los actuales gobiernos. Quien lo está haciendo se aleja de la UE y no quiere hacer parte de la Unión europea.» El presidente del Parlamento europeo, Antonio Tajani, señaló «Hoy día las urnas de Holanda se han abierto y nadie puede ofender un país democrático que va a las urnas ofendiendo de este modo a todos los ciudadanos europeos». El Presidente del Consejo, Donald Tusk señaló, «quien ve fascismo en Holanda está fuera de la realidad. Roterdam fue destruida por los nazistas. Hoy tiene un Alcalde nacido en Marruecos, quién ve ahí el fascismo está fuera de la realidad».
Finalmente, la Corte de Justicia Europea que publicó, el 14 de marzo, su sentencia ante la petición de decisión prejudicial con el objeto de interpretar la Directiva relativa al establecimiento de un marco general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación, por un litigio entre la Sra. Samira Achbita y la empresa G4S Secure Solutions NV, empresa que prohibe a sus trabajadores llevar signos visibles de sus convicciones políticas, filosóficas o religiosas y de observar cualquier rito relacionado con dichas convicciones en el lugar de trabajo.
La sentencia ha resuelto en favor de la Empresa en el sentido que la Directiva «debe interpretarse en el sentido de que la prohibición de llevar un pañuelo islámico dimanante de una norma interna de una empresa privada que prohíbe el uso visible de cualquier signo político, filosófico o religioso en el lugar de trabajo no constituye una discriminación directa por motivos de religión o convicciones en el sentido de esta Directiva.»
«En cambio, tal norma interna de una empresa privada puede constituir una discriminación indirecta en el sentido del artículo 2, apartado 2, letra b), de la Directiva 2000/78 si se acredita que la obligación aparentemente neutra que contiene ocasiona, de hecho, una desventaja particular a aquellas personas que profesan una religión o tienen unas convicciones determinadas, salvo que pueda justificarse objetivamente con una finalidad legítima, como el seguimiento por parte del empresario de un régimen de neutralidad política, filosófica y religiosa en las relaciones con sus clientes, y que los medios para la consecución de esta finalidad sean adecuados y necesarios, extremos que corresponderá comprobar al órgano jurisdiccional remitente.»
Deja a los jueces nacionales del territorio comunitario aplicar la sentencia de acuerdo a las normas nacionales. Una posición clara que refuerza lo que se venía estableciendo timidamente, interpretado como discriminatorio.
Precisamente el punto 37 de la sentencia señala: «En primer lugar, en cuanto al requisito de la existencia de una finalidad legítima, procede señalar que ha de considerarse legítima la voluntad de seguir un régimen de neutralidad política, filosófica o religiosa en las relaciones con los clientes tanto del sector público como del sector privado.», el punto 40 agrega: «En segundo lugar, en cuanto al carácter adecuado de una norma interna como la controvertida en el litigio principal, cabe apuntar que el hecho de prohibir a los trabajadores el uso visible de signos de convicciones políticas, filosóficas o religiosas es apto para garantizar la correcta aplicación de un régimen de neutralidad, siempre que dicho régimen se persiga realmente de forma congruente y sistemática.» Por concluir, en el punto 47: «en lo que respecta a la negativa de una trabajadora como la Sra. Achbita a renunciar a llevar un pañuelo islámico durante el desempeño de sus actividades profesionales en contacto con los clientes de G4S, corresponderá al tribunal remitente comprobar si, tomando en consideración las limitaciones propias de la empresa y sin que ello representara una carga adicional para ésta, G4S tenía la posibilidad, ante tal negativa, de ofrecer a la Sra. Achbita un puesto de trabajo que no conllevara un contacto visual con los clientes en lugar de proceder a su despido. Incumbirá al tribunal remitente, a la luz de todos los elementos de los autos, sopesar los intereses presentes y limitar las restricciones de las libertades de que se trata a lo estrictamente necesario.»
Ahora, en territorio europeo, el próximo es el voto francés donde se enfrentará también el populismo y el sentimiento anti-europeo. Tanto por construir, por definir, por defender Occidente en tierra europea. Sobre todo, ante el anunco del día de hoy, por parte del canciller turco Mevlüt Çavuşoğlu, «pronto iniciarán en Europa las guerras santas».