El 24 de agosto 2016 después de casi cuatro años de discusiones, el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC declararon haber llagado a un acuerdo de paz que pone punto final a casi cincuenta años de conflicto armado en Colombia. El siguiente paso y punto definitivo está en manos de la población colombiana quien deberá ratificar el acuerdo mediante un referendo.
Las partes fueron encabezadas por Humberto De la Calle y Luciano Marín o «Iván Márquez», jefes de las delegaciones negociadoras del gobierno colombiano y la guerrilla, respectivamente.

«La guerra ha terminado», afirmó el jefe negociador del gobierno colombiano, Humberto de la Calle, declarando además que esta negociación «me ha hecho una mejor persona».
El jefe de las negociaciones por la FARC, Luciano Marín sostuvo “hemos ganado la mejor de la batallas, la de la paz de Colombia» citando el contenido del acuerdo «con veeduría internacional». «Podemos proclamar que concluyó la batalla de las armas y empieza la de las ideas. El acuerdo de paz no es un punto de llegada sino un punto de partida de un pueblo multicultural. Estamos entregando al pueblo colombiano la potencia que construimos en 50 años de rebeldía para que empiece a edificar la sociedad del futuro con un santuario consagrado a la soberanía y a las relaciones de hermandad con todo el mundo».
Agregó que el Acuerdo de Paz de la Habana, «ha sido una construcción dura y llena de dificultades con luces y sombras. Nos asiste la convicción que hemos interpretado fielmente el sentir de nuestros compañeros, por una patria justa».
El Presidente Manuel Santos, señaló «Por fin todo está acordado».
- Poner fin definitivo a la violencia, se acaban los ataques y las amenazas a la población, las FARC entregarán sus armas a las Naciones Unidas; las FARC dejan de existir y se convertirán en un movimiento político sin armas;
- Nuestro deber principal es proteger el derecho de las víctimas y que nunca más se vuelvan a repetir las atrocidades que la población ha sufrido. Un Tribunal independiente se encargará de juzgar a los miembros de nuestra fuerza pública, y a los civiles que hayan cumplido delitos, no habrá impunidad para los responsables de los delitos más graves, ellos serán investigados, juzgados y sancionados, deberán decir la verdad toda la verdad y contribuir a reparar a las víctimas, sino lo hacen irán a la carcel por veinte años;
- Para desterrar la violencia debemos llevar prosperidad, progreso a nuestros campos, los desplazados podrán volver a sus hogares con tranquilidad. Habrá un plan de formalización de las tierras, un fondo para quienes la guerra les quitó todo sin afectar la propiedad privada ni a los posesores.
- Para que la paz sea duradera tenemos que garantizar que los hombres de armas se reincorporen a la vida del país, los antiguos miembros de la FARC entrarán a la vida política del país sin armas para ser elegidos por propuestas, tendrán un vocero en el Congreso con voz pero sin voto hasta el 2018, a partir de ese momento participarán en las elecciones con una representación mínima asegurada.
- El acuerdo permitirá atacar el narcotráfico que ha alimentado el conflicto por tantos años, la FARC se compromete a romper sus vínculos con el narcotráfico se pondrá en marcha un programa de sustitución de cultivos, además del desminado de los suelos.
Concluyendo agradeció a todos aquellos que contribuyeron al Acuerdo del día 14 de agosto 2016. También a Cuba, Noruega, Venezuela, Chile, Unión Europea. Esta paz pertenece a mis antecesores, quienes durante 50 años buscaron la paz.
Finalmente señaló «dependerá de todos los colombianos si aprueban con su voto este acuerdo. Mañana mandaré al Congreso el texto definitivo y convocaré el Plebiscito para su refrendación, domingo 2 de octubre. A partir de mañana, será publicado en las redes sociales el texto del Acuerdo final para que todos los colombianos lo conozcan.»
La VP/AR Federica Mogherini señaló «El anuncio de un acuerdo final de paz hoy en La Habana entre las FARC-EP y el Gobierno de Colombia es motivo de celebración. Es una oportunidad histórica y única para la paz en Colombia, que sigue una larga negociación que requiere una gran voluntad política y la perseverancia.
Tuve una conversación telefónica hoy con el presidente Santos, que me informó de los acontecimientos históricos. Rindo homenaje a su liderazgo político y visión, a los equipos de negociación, a Cuba y Noruega como garantes, así como a Venezuela y Chile como países acompañantes.
Corresponde ahora a los colombianos decidir sobre su propio futuro a través del plebiscito.
Aún quedan muchos desafíos en la implementación del acuerdo, que debería allanar el camino para la paz duradera en el país y basarse en una verdadera reconciliación nacional y la justicia. También debe llevar la verdad y la reparación a las víctimas, que han soportado tanto la pérdida y el dolor a lo largo de los años de conflicto.
La Unión Europea ha apoyado a Colombia desde el inicio del proceso de paz y seguirá firme por él durante la fase posterior al conflicto. Quiero expresar personalmente todo nuestro apoyo para el valor político que se necesita para hacer la paz y garantizar a Colombia que la Unión Europea seguirá estando a su lado en este proceso histórico.
Como anuncié al presidente Santos en Bogotá durante mi visita los días 25-26 de mayo, la Unión Europea prestará apoyo a la ejecución del proceso de paz con un paquete global de €575 millones.
Junto con el Gobierno ya estamos preparando nuevos proyectos, que incluyen la educación para la paz en el contexto del Acuerdo de Paz.