Brindo mi cordial saludo a los participantes al Congreso que tiene por tema: “Watershed: Replenishing Water Values for a Thirsty World”, «Parteaguas: reponiendo los valores del agua para un mundo sediento» promovido por el Consejo Pontificio para la Cultura y por el Capítulo Argentino del Club de Roma. Precisamente hoy se celebra la Jornada Mundial del Agua instituida por las Naciones Unidas hace 25 años, mientras que ayer se celebraba la Jornada Internacional de las Forestas. Les felicito por este encuentro, que marca una nueva etapa en el compromiso conjunto de varias instituciones para sensibilizar sobre la necesidad de tutelar el agua como bien de todos, valorizando también sus significados culturales y religiosos. Apoyo, de modo particular, vuestro esfuerzo en el campo educativo, con propuestas dirigidas a los niños y a los jovenes. Gracias por cuanto hacen, y que ¡Dios les bendiga! Papa Francisco
Con estas palabras iniciamos nuestros trabajos el 22 de marzo, mejor dicho, el Día Mundial del Agua.
Fue un día muy largo que inició a las 7 de la mañana para entrar en la Plaza San Pedro a un lugar reservado para los huéspedes ilustres, una gran emoción embargó a todos, en especial a los participates que llegaban de todas las latitudes del planeta, para algunos era la primera vez en el Vaticano. De África quienes eran originarios así como quienes desempeñaban actividades de cooperación, precisamente en el saneamiento, en la educación y otros, que contrarresta la politica Trump. Desde la Fundación Rockefeller a investigadores de San Francisco, estos últimos estan estudiando el cáncer propiciado por el consumo, también, de agua con metales; los funcionarios del Banco Mundial; de la Cooperación Suiza y también del gobierno de Hungría, de Suecia, de Alemania; docentes de Finlandia. La Embajadora de Marruecos, cuyo país lleva la presidencia de la COP22. El Ministro del Medioambiente de Argentina, el Rabino Sergio Berman. Cada uno de los presentes tenía un pequeño aporte para este precioso recurso que pertenece a todos, como señaló Sylvia Zimmerman responsable del Capítulo Argentina, evocando a Óscar Wilde, «Todos sabemos el precio de todo pero no conocemos el valor de nada».
Para todos, el libro del Papa Francisco: «Laudato Sì», llegó en el momento oportuno para dar respuestas a una situación que requería una respuesta creativa.
Para muchos, el mercado está destruyendo el Estado que pierde hegemonía, se requiere un nuevo iluminismo, una división espiritual para tomar el título de este encuentro. Propuestas tecnológicas para un mejor uso del agua, ya sea la irrigación por gotas; la utilización del agua de mar para cultivar, por ejemplo, tomates; la necesidad de reutilizar el agua de los descargues sanitarios, aseguran que el agua puede ser utilizada hasta diez veces. Consideran que las iniciativas presentadas se encuentran enmacadas dentro la Directiva europea sobre el agua, considerada una de las más rigurosas.
La perspectiva mundial, en el caso de no actuarse un plan de acción eficaz y efectivo, dentro de poco tendremos algunas áreas del mundo deshabitables, sin agua.
El liderazgo del Vaticano ha sido resaltado, asi como el del Club de Roma, han perseguido los mismos objetivos. La escasez de agua, genera pobreza, acrecienta la desigualdad, «sentimos un fuerte deseo de reunir nuestros intereses, decidimos unirlos con el agua.»

Restableciendo el valor del agua en el mundo, es crear una mayor comprensión del milagro de la vida que es también el agua, en cuanto milagro, concebido como un elemento sacro de purificación. Que el agua pueda purificar nuestras mentes. Para pensar de una mejor manera, señaló Monseñor Ravasi.
La experiencia de Marruecos, con motivo de la COP22 ha dado inicio a programas para trabajar con los padres y los niños sobre el acceso al agua, «sin querer dar lecciones, sin arrogancia con humildad sabemos que no podemos enfrentar solos este problema»
Por otro lado, sólo la tecnología no puede resolver el problema, menos el problema del agua.
Cuando se ve el planeta tierra desde el espacio, se ve una bola color azul donde no se distinguen fronteras entre los diferentes países.
Se escucharon propuestas como desarrollar la Blue economy, mayor ética en el business, entender que nos estamos haciendo daño y hacer menos es también hacernos daño. Más allá de la investigación se requiere hacer e involucrar a la sociedad en el amor a la naturaleza, plantar más arboles, debemos cambiar la temperatura de agua del terreno.
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