El Parlamento Europeo fue solicitado a emitir una Resolución de urgencia por el caso de violación de los derechos humanos contra la líder campesina Francisca Ramirez, quien se opuso abiertamente contra la construcción del canal interoceánico impulsado por Daniel Ortega y otorgado a una poco clara empresa china. Como expuso el representante del Servicio Exterior Europeo en audición realizada en 18 de junio pasado en Bruselas, luego de la atención parlamentaria, le fueron devueltas sus pertenencias decomisadas y actualmente doña Francisca participa en las protestas contra Ortega.
Sin terminar de redactar la Resolución de urgencia, el Parlamento se ve solicitado por las protestas de los estudiantes, de la sociedad civil y la enorme cantidad de muertos por obra del gobierno Ortega.
Hasta este momento Ortega, sigue negociando su salida, no responde a la carta que le fuera enviada por los sectores sociales y presentada por la Iglesia Católica, ante la desilusión y falta de respuesta los actores sociales declaran: «Ortega no tiene voluntad política».
Desde ayer, lunes 25 de junio, se encuentran en Nicaragua representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH, de las Naciones Unidos, de la Unión europea y de la Organización de los Estados Americanos están presenciando los avances de la «salida de Ortega», éste aún no responde. El hombre está herido, es más peligroso aún.
Cuando analizamos la situación de Nicaragua no podemos dejar de considerar su historia, nos relatan episodios de gran violencia. Hay preocupación por la resistencia a tomar una decisión ante lo inevitable, pero Maduro enseña, lo inevitable se mantiene en el tiempo, por ello la propuesta del diputado Joachin Zeller es acertada, hay que aplicar sanciones inmediatas, impedir que negocie capitales mal habidos fruto de la corrupción y esté negociando un paraíso donde refugiarse. Con más de 200 muertos, reconocidos por el gobierno Ortega sólo 40, aunque fuera solo uno, debe responder penalmente.
Se cifran esperanzas en Masaya, ahora también en León, pero en Venezuela también hubo Tachira y Maduro sigue en el poder. Ortega al igual que Maduro no les importa nada, sólo sus bienes y quienes pueden servirle de su entorno.
Ciframos esperanzas que sea como dicen los nicaragüenses: «Nicaragua no es Venezuela».
@irecavarren