La participación de la Mujer en los Acuerdos de la Unión Europea con Terceros Países

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La Unión europea ha establecido desde sus inicios, en 1957, Acuerdos comerciales, de cooperación con terceros países. Poco a poco estas acuerdos se han convertido en instrumentos esenciales en la vida política ante organismos internacionales y posiciones frente a temas multilaterales. Son también un instrumento para favorecer el cumplimiento de los derechos humanos en terceros países. Los Acuerdos son negociados ampliamente a nivel mundial pero en ellos como en las Declaraciones, las Mujeres, han constituido la parte de ayuda social, destacando, en los mismos Acuerdos, la parte económico-comercial a medida de quienes ya estaban en camino.

Esto fue notado en la Asamblea Parlamentaria EuroLat y constituye una parte fundamental del Foro Euro-Latinoamericano de la Mujer, esta estructura constató que tanto las Resoluciones como los Acuerdos y Declaraciones birregionales seguían una visión que no contaba con la perspectiva femenina, no llamaría de género o salvo de género humano.

Por ello, en la renovación del Acuerdo Unión Europea con México  y Unión Europea con Chile esta visión está muy presente, precisamente la eurodiputada española Inmaculada Rodríguez-Piñero Fernández, la rumana Renate Weber, la alemana Constanze Krehl quien preside la Delegación y tantas otras europarlamentarias participan vigilantes así como las delegaciones de Chile y México.

Como confirmación a esta preocupación, que las euro-latinoamericanas han puesto en acción desde antes del 2010, tanto es así que el Foro EuroLat de Mujer se institucionaliza en mayo del 2010 en la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana de Sevilla días antes de la Cumbre Unión Europea – América Latina de Madrid, se hace presente un estudio del Parlamento Europeo donde, este noviembre 2016, confirma que los diferentes grupos de mujeres y hombres son afectados de manera diferente por los acuerdos comerciales y de inversión, y sin embargo, el análisis de género en todos los niveles de formulación de políticas comerciales sigue siendo limitada.

schermata-2016-11-30-alle-19-30-17Se refiere a los recientes acuerdos CETA TTIP y Tisa, los cuales van más allá de la liberalización del comercio tradicional e implican servicios, inversión, reglamentos y normas. Las características de género de las economías que participan en los acuerdos serán determinantes e importantes sus efectos distributivos.

Por ello han manifestado preocupación, por las posibles consecuencias distributivas de las nuevas normas comerciales y derechos concedidos a los inversores extranjeros, según estos nuevos acuerdos comerciales. Lo cual lleva a la necesidad de entender mejor la dinámica de género asociado con los acuerdos y abogar por normas comerciales que respeten los derechos de la mujer, se requiere, entonces, más investigación en profundidad y una mejor política que lleven a asegurar resultados comerciales equitativos de género.

La diferente situación económica y cultural existentes brindan diferentes oportunidades y limitaciones económicas y estos, a menudo, asignan diferentes roles y responsabilidades tanto en la economía de mercado como en el hogar, lo cual implica ingresos bajos y países de ingresos altos, aunque la naturaleza y el alcance de las desigualdades de género tienden a variar dependiendo de la estructura económica de un país, de sus instituciones y  las circunstancias socioeconómicas de las personas afectadas. Estas diferencias significan que las mujeres y los hombres tienen ante la capacidad de beneficiarse de los acuerdos comerciales y de inversión y / o adaptarse a los posibles efectos negativos resultantes de su aplicación, también es probable que puedan variar. Esto dependerá no sólo en los sectores en los cuales las mujeres y los hombres trabajen  sino también de sus habilidades, sus circunstancias familiares, sus necesidades de consumo y los bienes, recursos y servicios públicos que son de acceso.

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Por ello, para el Foro EuroLat de la Mujer, la formulación de políticas equitativas basadas en la información y en la formación implementadas en ambas regiones se convierten en indispensable para establecer un diálogo que empodere con conocimiento a las Mujeres de ambas áreas, inútil proponer formulas de éxito cuando éstas no son explicadas ni entendidas por las potenciales beneficiarias.

Como señala el estudio «a pesar del crecimiento, el análisis de género en todos los niveles de formulación de políticas comerciales y su aplicación sigue siendo limitada.»

Los acuerdos comerciales actuales van más allá de la negociación de tarifas y cuotas a los productos manufacturados, y cada vez más involucran a los productos agrícolas, los servicios, los acuerdos de inversión y las áreas relacionadas con el comercio. Estas nuevas áreas son un componente importante de los nuevos acuerdos de libre comercio que la Unión Europea está considerando en la actualidad, tales como CETA (Integral de Acuerdo Económico y Comercio), TTIP (Comercio transatlántico y Asociaciones de Inversiones) y Tisa (Acuerdo de Comercio de Servicios).