François Fillon será el candidato de la derecha para las elecciones presidenciales de Francia. ¿Pero, a quién representa realmente? A pesar del innegable éxito en término de participación, después de todo Fillon convenció “solamente” 3 millones de electores es decir apenas 7% de total del electorado galo. A esa realidad se suma otra. Fillon es el campeón de una cierta derecha: la tradicionalista, conservadora, católica, patriota, provinciana, ordoliberal económicamente y más bien acomodada. Símbolo de una Francia rural y provinciana preocupada por la seguridad y la

inmigración, esta corriente salió hoy a la luz y se convierte en la nueva columna vertebral de la derecha republicana francesa. Pero sigue conviviendo con otros sectores de peso. La derecha de Sarkozy, popular y autoritaria, que podría acercarse más a la ultra derecha. Y la de Juppé, social, moderada, pragmática y pro-europea podría dar su preferencia a un candidato del centro. El primer objetivo de Fillon será de reunir estos sectores. Una tarea ardua: ayer, Laurent Wauquiez, cercano a Sarkozy, denunció una “purga metódica” en curso dentro del partido Les Républicains. Pero, más allá de su familia política, su intransigencia sobre los temas valóricos y en economía (cuestiona la sociedad de bienestar), su euroescepticismo (no quiere una Europa federal) y su cercanía con Putin lo alejan de numerosos electores. Los de una Francia más diversa, moderada, más urbana, más cosmopolita y los que aguantan mejor que en otros países la prolongada crisis económica gracias al Estado de bienestar elaborado por la Resistencia francesa en 1944. Es de pensar que en la campaña presidencial Fillon moderará su discurso. Sin embargo su perfil (es un admirador de Thatcher) es una buena noticia para la izquierda si no fuera porque está dividida en tres bandos: Macron, Mélenchon y el candidato socialista. Para la ultra derechista Marine Le Pen en cambio, las cosas se complican: las ideas de Fillon compiten en parte con las suyas y podría quitarle electores. Ni hablar del líder histórico del centro, François Bayrou, que aguarda su turno y consideró ayer el programa de Fillon “peligroso”. Una encuesta del Ifop publicada ayer en Le journal du dimanche informa que solo 28% de los franceses quieren su victoria. Para el ex primer ministro de Sarkozy, aún queda todo que hacer.