Nuestro Colaborador, Jaime Ensignia, nos trae una reflexión sobre el renacimiento de la izquierda en Europa, sobre los fenómenos extraordinarios que estamos viviendo. Es verdad, los hechos son increíbles y se veían venir, se hablaba desde hace décadas de una masivo éxodo de seres humanos a la UE o a la «fortaleza Europa», sin embargo ahora se vive el fenómeno y no obstante tantas discusiones, académicas y políticas, parece que nadie estaba preparado para tanto y las reacciones pasan por revisiones del estándar de vida, del sistema política, de la economía, del consumo. No obstante, tenemos fe en la «vieja Europa» que precisamente por ser vieja apelará a su sabiduría para enfrentar este y otros problemas que aún deben llegar.
Se viven tiempos inciertos y difíciles en la Europa Comunitaria. Una gran ola de emigrantes y de ciudadanos de países en guerra, no visto desde el fin de la segunda guerra mundial, recorre los países más prósperos, y los que no los son tanto, de la Unión Europea. El mundo está conmocionado ante las imágenes que reflejan el éxodo. Las migraciones son tan masivas que los países de la UE han tenido que convocarse para dar respuesta como bloque a este humanitario desafío. Pero, no tan solo es éste el único fenómeno que merece la atención de lo que está pasando en Europa, sino también el resurgimiento de una nueva izquierda que comienza a poner a la defensiva a las viejas e históricas estructuras de los partidos socialistas y socialdemócratas europeos. Nos referimos, en esta ocasión, a cuatro experiencias dignas de análisis; el caso del Partido Syriza en Grecia; el fenómeno de PODEMOS en España; el difícil tránsito del Partido de las Izquierda (Die Linke), en Alemania y el novedoso giro político del Partido Laborista Británico. “Europa está cambiando y hay un nuevo discurso en el continente de ruptura de las lógicas neoliberales que habían dominado de forma hegemónica desde la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989”. (1)

No deja de sorprendernos el reciente triunfo de Alexis Tsipras y el partido Syriza en Grecia. Es pertinente recordar que el pueblo griego ha sido convocado en lo que va de este año a tres significativas elecciones nacionales, la primera el 25 de enero, cuando Tsipras gana las elecciones generales y resulta elegido primer Ministro; la segunda elección del 5 de julio, en el contexto en el No rotundo del referendo a las condiciones de rescate propuesto por la Troika (Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Central Europeo). La última elección del 20 de septiembre, en donde Tsipras y Syriza repiten la victoria y casi obtienen la mayoría absoluta. Esta elección se da bajo las fuertes presiones exigidas por las políticas de austeridad por parte de la Troika y, especialmente, bajo lo que se ha denominado “El dictado de Alemania” (2), política ultra restrictiva impuesta a Grecia por parte de la Canciller Merkel, el Ministro Federal de Finanzas, Wolfgang Schäuble y el segundo al mando del gobierno alemán, el socialdemócrata Sigmar Gabriel. Tsipras y Syriza, se vieron forzados a entender que “otra cosa es con guitarra”, es decir, gobernar en mares absolutamente inhóspitos y turbulentos, presionados a ceder para preservar lo imprescindible de las aspiraciones con las que Syriza había llegado a gobernar en enero pasado. Ha sido una cruda prueba de fuego para esta coalición y su líder Tsipras paga altos costos con escisiones en su entorno, sin embargo ha logrado pasar de ser un referente contestatario a uno de gobernanza para su país. Ahora bien, un herido político envuelto en importantes grados de corrupción en este reciente proceso griego es, sin duda alguna, el Partido Socialdemócrata PASOK.

El caso de PODEMOS en España es algo más que sugerente. El surgimiento de este nuevo referente político, con un líder muy carismático como el académico Pablo Iglesias y otras figuras relevantes cuyos liderazgos han nacido como producto de las manifestaciones masivas del 15 de marzo de 2011. Este movimiento de los “indignados” es la fiel oposición a las políticas de austeridad, al predominio del capital financiero, a la vez que rechaza la corrupción cada vez más presente en la política española y denuncia las políticas de recortes de los derechos sociales y laborales llevada a cabo por el gobierno español, entonces a cargo de Rodríguez Zapatero del PSOE. PODEMOS tiene luego una “inesperada” irrupción en las elecciones del Parlamento Europeo de mayo 2014, en donde logra un 8% con un 1.249.000 votos, elige 5 eurodiputados, entre ellos Pablo Iglesias y se erige como el tercer partido más votado. Esto coloca en entredicho la hegemonía que hasta ese momento había en la izquierda española, dominada por el histórico partido socialdemócrata PSOE y la Izquierda Unida, heredera del Partido Comunista Español. En las elecciones municipales de este año, Podemos logra hacerse de importantes alcaldías. Habrá que ver, si en las próximas elecciones a Cortes Generales del próximo 20 de diciembre de este año, PODEMOS logra vencer al bipartidismo imperante en la España. Está por verse si el PSOE será un nuevo accidentado en la política española.

Para el Partido de la Izquierda (Die Linke) en Alemania, el terreno es aún más pedregoso. Enfrenta en el escenario político al uno de los partidos socialdemócratas más poderoso de Europa, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y también al emergente Partido Ecologista de los 80, el Partido Alianza 90/Los Verdes (B90/Die Grünen). El origen del Partido de la Izquierda lo encontramos en el antiguo Partido Socialista Unificado de la ex República Democrática Alemana, que luego de la caída del Muro de Berlín y con la reunificación de Alemania, tuvo que reconvertirse en fuerza política para este nuevo Estado Alemán, creándose el Partido del Socialismo Democrático (PDS). Con el tiempo, sectores del ala izquierda del SPD, entre ellos, un dirigente histórico, Oskar Lafontaine, ex ministro de Hacienda y ex presidente del SPD, junto a sindicalistas y otros sectores de izquierda, fundaron el referente político Alternativa Electoral por el Trabajo y la Justicia Social (WAGS), como alternativa a la política neoliberal impulsada por el entonces Canciller Gerhard Schröder. Este referente liderado por Lafontaine finalmente se fusiono al Partido de la Izquierda en el 2007. El potencial electoral de este partido en el las últimas elecciones federales de septiembre del 2013 se situó en el 8,6%, desplazando a Alianza 90/Los Verdes, quedando como la tercera fuerza electoral de Alemania. En la actualidad, son fuertes opositores a las políticas de austeridad y de marcada impronta neoliberal del gobierno de la Gran Coalición integrado por la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido bávaro Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD).
El sorprendente e inesperado giro del Partido Laborista Británico (Labour Party) con la elección de su líder máximo, Jeremy Corbyn, en septiembre pasado ha sido un golpe a la cátedra al interior del partido mismo. Los estamentos de poder en el PL jamás pensaron que un outsider fuese a erigirse como el candidato más votado por las bases partidarias. Corbyn alcanza una importante mayoría con el 59,5% de los votos, desplazando a figuras políticas fuertemente vinculadas con los ex primer Ministro Tony Blair y Gordon Brown. La victoria de Corbyn es recibida con atención en la política inglesa, debido a que su programa antiausteridad, de desarme nuclear, nacionalización de empresas estratégicas como los ferrocarriles, de férrea oposición a la intervención en Irak, de políticas de gratuidad en las universidades y aumento de los impuestos a los grupos e mayores ingresos, representa una estrategia política con más posibilidades de enfrentar la actual primer Ministro Conservador, David Cameron. La promesa de campaña de Corbyn de realizar “una nueva forma de hacer política”, se ha empezado a cristalizar en las actuaciones de este nuevo “viejo” líder laborista, en sus enfrentamientos con el primer Ministro Cameron en el Parlamento Británico, o bien en su tratamiento “mas” republicano con la realeza inglesa.
Corolario: la “gran” prensa europea y latinoamericana, es decir, los mega medios; académicos, periodistas, políticos conservadores como Álvaro Vargas Llosa y ex ministros de Hacienda como el chileno, Andrés Velasco y otros referentes de las lides neoliberales elevan sus críticas a estas expresiones de la política europea, tratándolas de aventuras populistas y demagógicas, tipificándolas como el regreso de los “rojos” al escenario político europeo o de políticas sesenteras. No deja de ser paradojal la convergencia de estas opiniones siempre listas para alertar contra aquellos que, de una u otra manera, con mayor o menor éxito, intentan cambiar las reglas del juego impuestas por las políticas neoliberales desde hace más de tres décadas en el continente europeo. En el viejo continente ha comenzado la larga marcha en contra de las políticas de austeridad a ultranza y del poder ilimitado del sistema financiero, corazón de las fracasadas recetas que nos dejó el neoliberalismo. Quizás los sectores progresistas y socialdemócratas auténticos de nuestro continente latinoamericano puedan extraer algunas experiencias positivas de estos procesos en curso.
Notas-.
1-. Ver: La audacia y la democracia, Jacobo Rivero, en Podemos la fuerza política que está cambiando España, Le Monde diplomatique, abril 2015, pág. 19.
2-. Ver: El diktado de Alemania, Ignacio Ramonet, Le Monde diplomatique, agosto 2015, pág. 17. Ramonet Inicia su artículo señalando “Sólo en las películas de terror se ven escenas tan sádicas como las que vimos el de 13 de julio pasado en Bruselas, cuando el primer ministro griego Alexis Tsipras, herido, derrotado, humillado, tuvo que acatar en público, cabizbajo, el diktado de la canciller de Alemania, Ángela Merkel. Y renunciar a su programa de liberación con el que fue elegido, y que su pueblo acababa precisamente de ratificar en referéndum”. Relevante es lo que a continuación nos confronta “Los que ignoraban que vivíamos en un sistema despótico, lo han descubierto en esta ocasión. Algunos analistas dicen que ya estamos en un momento que podríamos calificar de “postdemocrático” o de “postpolítico” porque lo que paso el 13 de julio en Bruselas demuestra el desgaste del funcionamieto democrático y del funcionamiento político”, finalizando con lo siguiente “Para decirlo de otra manera: lo que está ocurriendo no solo en Grecia sino en toda la zona euro, en nombre de la austeridad, en nombre de la crisis, es sencillamente el paso de un Estado de bienestar hacia un Estado privatizado en el que la doctrina neoliberal se impone con un dogmatismo feroz, puramente ideológico”.