Hace unos días se realizó la Cumbre Unión europea – Turquía, en Varna, Bulgaria. Boyko Borissov fue el dueño de casa, en un momento donde las relaciones de Turquía con el mundo entero y también en el interior del país, están tensas. El Presidente de la Comisión europea, Jean-Claude Juncker, sin ignorar el momento, sino, más bien, recuperando un hilo de las buenas relaciones utilizó la metáfora del clima para bajar la tensión, recordando, que la primera vez que visitó Varna, el cielo era azul, que le permitió ver claramente el Mar Negro. Esta vez, en cambio «hay niebla, hay lluvia; No veo el Mar Negro, pero sé dónde estoy» para luego agregar que esperaba «restablecer hoy un clima de confianza entre la Unión Europea y Turquía.»

Jean-Claude Juncker,

Ante un momento de crisis como es este, utilizando el arte de la política, inició la reconstrucción señalando las cualidades de la relación UE-Turquía con la cual «compartimos muchos vínculos históricos, culturales, económicos y estratégicos» exaltando las cualidades del pueblo turco «es un gran pueblo siempre digno, a menudo valiente, por lo que tengo mucho respeto y una admiración sostenida» argumentando que la UE desea que Turquía sea un «verdadero socio estratégico de la Unión Europea», bajo la característica de «mantener un diálogo abierto en todo momento a fin de profundizar en lo que nos une y resolver lo que nos divide.»

En efecto, las divergencias, sostiene Juncker, se han exasperado por declaraciones públicas, en las cuales se han señalado las divergencias y no lo que «nos puedan unir en torno a las ambiciones comúnmente compartidas».

En realidad, acotó, hay resultado favorables, como el corredor de gas del sur al cual Europa realiza una importante contribución financiera, contando con un préstamo de €1.500 millones otorgado por el Banco Europeo de Inversiones. Señaló, que los primeros suministros de gas azerí, podrían llegar a Turquía «en el verano de 2018 y en Europa en 2020».

Otro tema común, el terrorismo, donde solo la unión de fuerzas permitirá vencer este azote, sin dejar de puntualizar que le gustaría «que las intervenciones en el territorio sirio estén de acuerdo con el derecho internacional; este es un requisito que nos imponemos a nosotros mismos, es un requisito que debemos imponer a nuestros aliados», 

Se refirió al acuerdo suscrito sobre migración, que está dando positivos resultados «ya que la cantidad de refugiados procedentes de Turquía hacia el continente europeo disminuyó en un 97%» gracias a que Turquía, «ha acogido en su territorio entre 3,5 millones y 4 millones de refugiados de Siria» destacándolo como ejemplo de «solidaridad internacional y especialmente de solidaridad entre su país y la Unión Europea». Acción que estuvo acompañada del compromiso europeo de «proporcionar €3.000 millones en 2016 y 2017»  de cuya cifra ha sido pagada hasta la fecha solo €1,8 mil millones, esto debido a las reglas de contabilidad europea, quedando el compromiso de desembolsar €1.200 millones, cuya cifra Juncker se comprometió solemnemente a cumplir.

Sin dejar de manifestar su tristeza por el  estado de las relaciones entre Turquía y la Unión Europea, reconoció que la adhesión de Turquía no se realizará en el corto plazo, manifestado su contrariedad ante la idea de «romper las negociaciones de adhesión con Turquía» declarándose el «garante de la continuación de los compromisos que fueron los de la Unión Europea con respecto a Turquía», para ello solicitó al presidente Erdogan que mejore sus relaciones con los países miembros de la Unión Europea: Chipre y Grecia.

Manifestó claramente el apoyo a la institucionalidad de Turquía, recordando  el intento de golpe que tuvo lugar el 15 de julio de 2016. Recordó que estaban reunidos en Mongolia, sin embargo, sostuvo, «fuimos uno de los primeros en mostrar nuestra solidaridad sin saber cuál sería el resultado del golpe». Reconociendo que en la actualidad las instituciones turcas, «son lo suficientemente fuertes como para que el estado de emergencia finalice», solicitándole que «revise el encarcelamiento de periodistas» así como, en línea con la característica de Turquía de ser una gran nación, «en lo que respecta a los soldados griegos, se deben realizar esfuerzos para resolver este problema».

El presidente Juncker concluyó definiendo a la Cumbre de «sentimientos encontrados, pero no de mensajes mixtos» destacando que, como en las grandes democracias, «pudimos hablar con franqueza». Finalizando «creo que Turquía y la Unión Europea tienen que moverse juntos».

Jean-Claude Juncker, Donald Tusk, Boiko Borissov,Tayyip Erdogan,