China y América Latina: Una Asociación Estratégica en Clave del Siglo XXI

0
157

Análisis del Documento de Política Exterior China-ALC de 2016

En septiembre de 2016, el Gobierno chino publicó su segundo Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe (ALC), consolidando su visión estratégica hacia una región considerada clave en su proyección global. Lejos de ser una simple declaración diplomática, el documento es una hoja de ruta integral que articula las ambiciones chinas en términos políticos, económicos, tecnológicos y culturales. En el contexto de una globalización en mutación, China se presenta como socio privilegiado de los países latinoamericanos y caribeños, promoviendo una cooperación «integral, inclusiva y de beneficio compartido».

Una visión geoestratégica: comunidad de destino común
Desde el prólogo, el documento sitúa la relación China-ALC en un horizonte de transformación global: la multipolaridad creciente, los retos del desarrollo sostenible y las amenazas a la seguridad internacional sirven de telón de fondo para una narrativa que apuesta por el multilateralismo, la paz y la cooperación Sur-Sur. China no oculta su objetivo: formar una “comunidad de destino compartido” con los países de América Latina, sustentada en los principios de igualdad soberana, no injerencia y beneficio mutuo.

América Latina aparece como una “maravillosa tierra repleta de vitalidad”, con un papel relevante en el escenario internacional. El documento elogia los esfuerzos regionales por un desarrollo inclusivo y sostenible, y considera a ALC como un bloque estratégico con gran potencial económico, social y político.

La fórmula 1+3+6 y el modelo 3×3: cooperación estructurada
Uno de los aspectos más relevantes del documento es la estructuración clara de las áreas prioritarias de cooperación. La fórmula “1+3+6” establece:

  • 1: El Plan de Cooperación China-ALC (2015-2019) como guía general.

  • 3: Tres motores principales: comercio, inversión y financiamiento.

  • 6: Seis áreas clave: energía y recursos, infraestructura, agricultura, manufactura, innovación científico-tecnológica y tecnologías de la información.

A esto se suma la iniciativa “3×3”, que articula la cooperación en infraestructura (logística, energía eléctrica e informática), articulación institucional (empresa, sociedad y gobierno) y mecanismos financieros (fondos, créditos, seguros). Esta ingeniería de cooperación apunta no solo a ampliar los intercambios, sino a modelar un ecosistema productivo articulado bajo liderazgo chino.

Más allá del comercio: cultura, gobernanza y seguridad
El documento va mucho más allá de lo económico. Dedica extensos apartados a:

  • Gobernanza: intercambio de experiencias en gestión pública, fortalecimiento institucional, y cooperación judicial y policial.

  • Intercambio cultural y educativo: desarrollo de Institutos Confucio, becas, cooperación universitaria, protección de patrimonios, colaboración editorial y traducción de obras clásicas.

  • Tecnología y ciencia: investigación conjunta, innovación industrial, cooperación espacial y oceanográfica.

  • Salud y cambio climático: respuesta a emergencias sanitarias, reducción de pobreza, protección medioambiental y resiliencia ante desastres naturales.

  • Seguridad: diálogo militar, combate al crimen transnacional, ciberseguridad y acuerdos de asistencia judicial.

Esta multiplicidad de áreas revela que la estrategia de China es integral: busca posicionarse no solo como inversor, sino como interlocutor estructural en todos los ámbitos del desarrollo.

CELAC y multilateralismo: arquitectura regional bajo influencia
La creación del Foro China-CELAC en 2015 es celebrada como una plataforma clave para impulsar la cooperación multilateral. El documento insiste en el fortalecimiento institucional del Foro y plantea la posibilidad de una futura cumbre de alto nivel. China también invita a organismos subregionales y multilaterales de ALC a integrarse activamente, sugiriendo una arquitectura de gobernanza compartida en la que se diluye, sin confrontarla abiertamente, la influencia tradicional de Estados Unidos.

Asimismo, la cooperación tripartita es mencionada como un canal viable para integrar a terceros actores internacionales, siempre y cuando cuenten con el consentimiento de los gobiernos de ALC, lo que refuerza el principio de soberanía y liderazgo regional en las decisiones estratégicas.

Conclusión: ¿hacia una reconfiguración del orden internacional?
El Documento de Política Exterior de China hacia ALC en 2016 es una manifestación de diplomacia estratégica, coherente con el ascenso global de China y su voluntad de consolidar un orden multipolar. Para América Latina y el Caribe, representa una oportunidad, pero también un desafío: capitalizar esta alianza sin comprometer sus soberanías, diversificar socios sin caer en nuevas dependencias, y lograr un desarrollo que no solo sea económico, sino integral y sustentable.

Frente a los vaivenes de la política estadounidense y el repliegue de otras potencias, China se ofrece como alternativa estructural. La cuestión, en adelante, será si América Latina logrará convertir esta oportunidad en una verdadera palanca de transformación autónoma o si acabará integrada, pasivamente, en la órbita de un nuevo centro de poder.

Fuente: Embajada de China en Perú