La visión de Macron ante los Estados Unidos y China

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Durante la visita de estado de Emmanuel Macron a Xi Jinping, ambos tuvieron una conversación privada de una hora y media, presentes solo los traductores. ¿Qué pudieron haber hablado? ¿qué le pudo haber propuesto Xi a Macron? para que este último declarase que Europa debe resistir en convertirse en «American’s follower», es decir «seguidores de Estados Unidos» pues corre el «gran riesgo» de quedar «atrapada en crisis que no son las nuestras», declaraciones hechas a tres periodistas hospedados en el avión presidencial francés Cotam Unité o Air Force One de Francia. Reducir la dependencia de Estados Unidos y evitar verse arrastrada a una confrontación entre China y Estados Unidos por Taiwán. Sacó a relucir su teoría “autonomía estratégica” de Europa, liderada por Francia, al parecer, convirtiéndose en la “tercera superpotencia” por ello no debe quedar «atrapada en crisis que no no le son propias, impidiéndonos construir nuestra autonomía estratégica», concepto muy apreciado por Xi Jinping y el Partido Comunista Chino, mencionado frecuentemente cuando se dirige a cada uno de los 27 países europeos, impulsando, lo que China considera, el declive de occidente, en su convicción por la disolución de la «alianza transatlántica». La reflexión de Macron se tradujo en que “la paradoja sería que, vencidos por el pánico, creemos que solo somos seguidores de Estados Unidos….la pregunta que los europeos deben responder… ¿es de nuestro interés acelerar una crisis en Taiwán? No. Lo peor sería pensar que los europeos debemos convertirnos en seguidores en este tema y seguir el ejemplo de la agenda de Estados Unidos y una reacción exagerada de China”.

Acto seguido, terminada la visita de Macron, China inició sus pruebas militares alrededor de Taiwan, ya actuada luego del viaje de Pelosi, precisamente, a Taiwan. En esta oportunidad, en respuesta a los viaje de la presidenta de Taiwan Tsai Ing-Wen a los países centroamericanos luego de la decisión tomada por Honduras, a finales de marzo, de romper relaciones con Taiwan y reconocer «una sola China», por lo tanto, un solo sistema. Además, de la agenda norteamericana, cuando se reunió con el presidente republicano de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Kevin McCarthy, en California.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión europea, invitada por Macron en la visita de estado, declaró a Xi Jinping “la estabilidad en el Estrecho de Taiwán es de suma importancia…la amenaza del uso de la fuerza para cambiar el statu quo es inaceptable”.
La respuesta de Xi fue que quien pensara que podía influir en Beijing sobre Taiwán estaba engañado. Al parecer Macron perdió confianza ante la dificultad en la invasión de Rusia a Ucrania cuando declaró a los tres periodistas «los europeos no pueden resolver la crisis en Ucrania; ¿Cómo podemos decir de manera creíble en Taiwán: ‘Cuidado, si haces algo mal, estaremos allí’? Si realmente quieres aumentar las tensiones, esa es la forma de hacerlo”.

Macron fue más allá, al entrar en temas económicos cuando señaló que Europa había aumentado su dependencia de Estados Unidos en materia de armas y energía y ahora debe centrarse en impulsar las industrias de defensa europeas y sugirió que deberían reducir su dependencia de la “extraterritorialidad del dólar estadounidense”, un objetivo político clave tanto de Moscú como de Beijing.

Las declaraciones de Macron no cayeron en un saco roto, han iniciado a generar reacciones. Manfred Weber, líder del partido y grupo parlamentario del PPE, criticó duramente sus declaraciones “cualquiera que defienda la libertad y la democracia no es un seguidor. Europa y los estados de la UE finalmente necesitan una política de China clara y coordinada. La polifonía actual nos debilita. Los estados de la UE pierden su credibilidad si, por un lado, exigen soberanía para Europa y luego concluyen todos los acuerdos económicos que pueden lograr con China. El liderazgo chino no respetará a los europeos de esa manera».

Weber considera a la Unión europea como una fuerza independiente, sin embargo, considera que «la UE debe valerse por sí misma, especialmente en términos de seguridad y política exterior, pero también debe evaluar de manera realista sus propias debilidades. Sin los EE. UU., los estados de la UE ni siquiera pueden proporcionar suficientes municiones para Ucrania hoy. Sin EE. UU., ¿cómo quiere enfrentar al rival sistémico China? El presidente Macron debe indicar claramente cuál es su posición y lo que quiere. Sus palabras y acciones no van juntas”.

Este martes 11 y miércoles 12 de abril, Macron está realizando una visita de estado en el Re¡no de los Países Bajos donde dictará una conferencia sobre su concepto de «visión de la soberanía europea» se reunirá con líderes de la industria de chips y firmará una serie de acuerdos industriales y tecnológicos. Macron, Rutte y organizaciones empresariales de Francia y Holanda firmarán un “pacto por la innovación y el crecimiento sostenible”. El encuentro de los dos líderes estará acompañada por siete ministros de cada país, quienes participaran de las consultas bilaterales. Al parecer, los problemas internos de Francia han puesto más carburante a la política internacional de Francia liderada por Macron.