No hay Dina sin mancha

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Acabó en línea con su naturaleza, histriónico, prepotente, digamos intelectualmente confuso ¿se escapará?

La mañana del 7 de diciembre el centro de Lima, nuevamente, estaba blindado, más blindado que nunca, dos avenidas lo circundan la Avenida Tacna y la Avenida Abancay, la segunda estaba llena de policía y manifestantes a favor de Castillo, reclamaban al Congreso el posible golpe a su presidente. Era poco más de las 11.30. ¿quién podía imaginar que el golpe lo daría él? ¿qué cálculo hizo?

A las 15 horas Castillo debía asistir al Congreso al debate final de la moción de vacancia en su contra, las pruebas, los hechos eran irrefutables, lo habrían acompañado sus ministros, entre ellos Landa y sus abogados.

Los falta de votos a su favor de parte de los hombres de Cerrón en el Congreso, al parecer, lo desestabilizaron, además, sus excolaboradores declaraban a la prensa haciendo conocer en detalle su comportamiento delictuoso, su suerte estaba echada, debe haber estado, no sólo él, bastante obnubilado para Disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional. Convocar en el más breve plazo a elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva constitución, en un plazo no mayor de nueve meses. A partir de la fecha y hasta que se instaure el nuevo Congreso de la República, se gobernará mediante decretos ley. Se decreta el toque de queda a nivel nacional a partir del día miércoles 7 de diciembre del 2022, desde las 22:00 horas hasta las 04:00 horas del día siguiente. Se declara en reorganización el sistema de justicia, el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia, el Tribunal Constitucional”. 

Fue el inicio del fin, en tiempos de futbol, diremos, «Castillo se hizo un autogol». Siempre en su línea, decidió salir del Palacio con su familia, dirigirse a la Embajada de México, donde López Obrador lo habría acogido, como en su momento acogió a Evo Morales. Yo, lo escribo con orgullo, aquí, no lo dejaron, la gente que lo reconoció lo retuvo y la Policía, su escolta, lo detuvieron y lo llevaron a la Prefectura donde se encontraba la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, esperándole. Ahora, aún 7 de diciembre, desde las 23.30 se encuentra en el Penal Barbadillo. La acusación: Delito de Rebelión. Lo acompaña como abogado, quien pasará, seguramente, a imputado dentro de poco, el factótum Torres.

A las 13 horas en el Congreso, se votó expedito, en la sede donde nunca lograban los 89 votos para la vacancia, esta vez llegaron a 101 y fue destituido “por permanente incapacidad moral” tras intentar cerrar el Congreso en un acto que fue calificado por otras instituciones públicas como “golpe de Estado” 

Quien, hasta cantando, sostenía que si su presidente se iba ella también se iría, aseguraba a todos que no sería la sustituta, hablamos de Dina Ercila Boluarte, esta tarde pasó a ser presidenta del Perú. En su discurso de toma de posesión del cargo declaró: Como todos conocemos, se ha producido un intento de golpe de Estado, una impronta promovida por el señor Pedro Castillo que no ha encontrado eco en las instituciones de la democracia y en la calle. Este Congreso, atendiendo al mandato constitucional, ha tomado una decisión y es mi deber actuar en consecuencia”. Se refirió claramente a la corrupción desbordante y pidió un plazo, un tiempo valioso para rescatar a nuestro país de la corrupción y el desgobierno y por ello mi primera medida será enfrentar a la corrupción en todas las escabrosas dimensiones. He visto con repulsión como la prensa y los organismos jurisdiccionales han dado cuenta de vergonzosos actos de latrocinio en contra del dinero de todos los peruanos. Este cáncer se debe extirpar de raíz. Por ello, mi primera medida será solicitar el apoyo de la Fiscalía de la Nación, de la Procuraduría Pública para ingresar sin medias tintas a las estructuras corrompidas por las mafias al interior del Estado y se impulsen investigaciones y sanciones rápidas”.

No deja de preocupar la decisión de los presidentes de turno, se interesan por eliminar la corrupción, luego, parece que se vuelven tan aficionados, que quedan atrapados.

Dina Boluarte, es la mano larga de Cerrón. A su nombre estuvo la cuenta dónde depositaban los «Dinámicos del Centro» los aportes ¿ilícitos? a Perú Libre, siendo abogada, desconocía la ilegalidad de sus actos. Como funcionaria de RENIEC, el Registro de identificación de todos los peruanos, también de los difuntos que votaron en las elecciones del ’21, ella, por nueve meses, siguió cobrando su sueldo,  además del ingreso por ser ministra de Estado. Ante una posible investigación, que seguramente llegará, ella renunció a la RENIEC. Son discutibles los beneficios en puestos de trabajo y contrataciones con el Estado por parte de sus familiares. Siendo ministra de desarrollo social, mantenía la presidencia de la Asociación Privada Club Departamental Apurímac facilitó trámites a su favor gracias a su investidura bajo su firma. Para ser abogada bastante laxa, un poco más de lo mismo. Siendo de Perú Libre, ¿tenía qué ser diferente? Con preocupante cumplimiento de tiempos de exacta relojería, el 5 de diciembre la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, archivó las acusaciones señaladas, a excepción de la investigación penal sobre la cuenta bancaria. ¿Qué arriesgaba la flamante presidenta del Perú? una sanción de 10 años de inhabilitación para el ejercicio de la función pública. la Subcomisión consideró que la sanción «era excesiva» no obstante «las irregularidades fueron demostradas». Cómo las casualidades en política y, en tantos otros ámbitos, no existen, ¿será que algo se pudre en Chalhuanca?

Este 7 de diciembre, todo fue muy rápido, Castillo ya no es presidente, ahora ¿el presidente es Cerrón? Para Perú Libre ¿Dina ha traicionado? ¿estaba todo planificado? ¿Se verificarán luchas internas?. El ideario de Perú Libre señala: decirse de izquierda cuando no nos reconocernos marxistas, leninistas o mariateguístas, es simplemente obrar en favor de la derecha con decoro de la más alta hipocresía”.

Otro capítulo se abre, Dina Boluarte no llega a la presidencia sin mancha, no es autónoma, a pesar de que la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, la haya limpiado, nadie le quitará los ojos de encima ni habrá tregua para investigarla. Lo más acertado sería que convocase las próximas elecciones. No hay Dina sin mancha.