De lo que no se habló en Davos

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Recuerdo la ola migratoria peruana que llegó en los ’90 a Italia, a Milán ciudad motor del desarrollo económico italiano. En pocas semanas se difundía la noticia que Perú era un país pobre, violento, donde no había nada, un argumento conmovedor para encontrar trabajo. Las quejosas peruanas encontraron trabajo, pero fueron superadas por las organizadas filipinas, en grupo de dos o tres realizaban el trabajo de tres horas en una hora. Los quejosos peruanos, luego de tres, a veces dos, días de trabajo se ausentaban o regresaban borrachos. Pasó poco tiempo para que se difundiera la noticia que las quejosas no eran tan buenas para la limpieza y, a muchos quejosos, era mejor contratarlos para trabajos ocasionales. Lo que sí consiguieron, esos quejosos migrantes peruanos, fue opacar la imagen del Perú.

Esa es la tónica de los peruanos estacionados en el resentimiento, que siguen lamiéndose las heridas, procuradas no se sabe bien por quién. Lo que sí queda claro es que no tienen garra, no son sólidos, esperan la conmiseración de los demás para avanzar.

En Davos, nos representó Dina Ercila Boluarte, aquella que trabajando en la RENIEC no renunció al puesto estatal para asumir la vicepresidencia del Perú: cobró dos sueldos hasta hace pocos meses; aquella que siguió presidiendo una asociación civil mientras ocupaba el cargo de ministra: incompatible. Veremos si el Congreso concretará poner orden ante el agravio a la Constitución.

Boluarte participó en tres paneles: el panel presidencial conformado por el presidente de Colombia, Iván Duque, el presidente de República Dominicana, Luis Rodolfo Abinader Corona y el recién elegido presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles. Un balance de su gestión en el caso de Duque, a medio plazo Abinader y el programa de gobierno de Chaves. Boluarte, aclarándose las ideas mientras con solemnidad hablaba, enfocó a “la persona como el centro del paradigma del desarrollo social no sólo en el Perú sino en toda Latinoamericana; que el Estado tiene que tener prioridades para atender, la salud, la educación y la seguridad; y que el sector privado debe jugar un rol muy importante donde pueda hacer el círculo virtuoso donde tengamos que crecer tanto: los empresarios, pero, también nuestra sociedad”. Mencionó la formalización laboral y la simplificación administrativa que sería la solución gracias a la digitalización. Con “nueve mesesitos” resaltó, “hemos tenido un manejo responsable de la economía del país” lo cual garantiza a los inversionistas “una atención jurídica responsable”, pidiéndoles “caminar juntos cuidando el medio ambiente”. Invitó a los inversionistas al Perú, les dio certeza de una sólida “seguridad jurídica”.  Habló de gas, del litio, de fabricar carros con litio en el Perú. Hasta llegar a la frase feliz, “la derecha en el país no quiere reconocer el triunfo legítimo del presidente Pedro Castillo …. desde que juramos, no nos han dejado gobernar en paz” apropiándose del concepto expresado por Duque “pero, nosotros somos resilientes”.

En el segundo evento “El caso económico de la educación”, relató las dificultades extremas de los estudiantes en las zonas áridas peruanas, sin internet, en la tónica que todo el Perú es un desastre, como un gran logró relató el retorno de los estudiantes al colegio, no mencionó el retardo en la decisión. Sin seguir estructura u orden, se refirió a la alimentación de los niños. En realidad, no se entendían sus tiempos verbales, si lo que exponía era real o producto de lo que debería ser, será o, tal vez, todo era producto de una férvida imaginación, se refirió a la enseñanza en castellano y en paralelo con la lengua nativa regional y luego el inglés. No se refirió a la renuencia de los profesores peruanos a ser evaluados, es más, habló de maestrías que ellos realizaban para ganar más económicamente. No hizo mención a la tesis plagiada de Castillo, tampoco sobre la titulación en la Universidad César Vallejo, ni de la alianza política con incidencia en la economía de Acuña. En su imaginario del “será” se refirió a los niños que entiendan/entendieron/entenderán lo que leen, lo que enseña el profesor, “deben haber entendido para transmitir lo que han leído, lo que han entendido”, en realidad sus reflexiones eran profundamente obvias, se refirió a los Centros de Altos Estudios en la sierra peruana a cargo del Estado, con la contribución de la facilidad “obras por impuestos”.

Finalmente, en el tercer y último evento “Un nuevo camino para la cuenca del Amazonas”, Duque recordó la suscripción del Pacto de Leticia, donde los países miembros de la OTCA, “sin ideologías se comprometieron a proteger la Amazonia”, dejar de desforestar, incentivar los productos amazónicos como camu-camu, sacha inchi para dejar de lado la madera, destruir el Amazonas es una “ecocidio” sin sanciones, por ello Colombia ha aprobado una ley de criminalidad ecológica. “No es una cuestión ni de derecha ni de izquierda”, a alguien Duque le cortó el discurso.

Boluarte, en su deseo de llegar a la profunda fibra del sentimiento y culpabilidad se refirió a la biopiratería, “empresas que llegan y se llevan las plantas” exhortándolas a pagar el “precio justo”, presentando una ausencia absoluta del Estado, sin prospectar tutela, guía, asesoramiento a los pobladores de la zona, no se apeló a su imaginación. Sin entrar más en sus contradicciones y falta de conocimiento para un evento internacional. Pero, siempre ha sido una menor vergüenza que si Castillo hubiera tomado el avión. Ella, ha dejado un recuerdo de etérea.

El broche final le correspondió a Duque, a quien la generosa «nuestra Boluarte» le dió días en la presidencia «pues está de salida», el entrevistador le aclaró que pasarían aún algunos meses antes que deje la presidencia. Duque expuso “hay tres enemigos de la Amazonia: primero: la minería ilegal posicionada con maquinaria pesada sin trazabilidad, no obstante sean pocas las empresas en el mundo que las producen, cada una pesa 500 toneladas, una presencia de por sí destructiva del territorio amazónico; segundo: las plantaciones ilegales de hoja de coca, es la planta que emite más CO2 además por una hectárea de hoja de coca se destruyen dos hectáreas de selva tropical. Para producir un kilo de coca se necesita 40 galones de gasolina y casi diez kilos de cemento. Este es el enemigo. Tercero: la ganadería ilegal que ocupa una gran cantidad de tierra”. Boluarte, no comentó, siguió con su discurso etéreo, no explicó la reciente decisión de Castillo / Aníbal Torres, quien abrió la puerta “para incentivar la producción de la hoja de coca en el Perú, incorporando a nuevos productores que no están empadronados en la Empresa Nacional de la Coca (Enaco)”, ya que según Torres “es indispensable, para prevenir la conflictividad social al menos durante un año, comprar hoja de coca a los actuales productores empadronados y a los que defina el nuevo padrón a construir”, lo dijo en el profundo VRAEM, violando ampliamente la normativa. El objetivo es: legalizar toda la coca, sabiendo que más del 90% se convierte en cocaína, favoreciendo, por ende, al narcotráfico. De eso no habló Dina Ercilia Boluarte.