La década perdida de América Latina fue en los años 80 y estuvo caracterizada por deudas externas impagables de los países de Latinoamérica. En la actualidad, los niveles de deuda en la región es un tema menor que cada país debe controlar, para lograr el bienestar de sus cuentas públicas.
En lo que respecta a la deuda pública bruta, en el 2016, América Latina alcanzó el 37.6% del PBI promedio de los países de esta región, un incremento de 1.7% respecto del año 2015. Brasil, Argentina, Honduras y Uruguay son los países con los mayores niveles de deuda pública de la región, con 70.5%, 57.9%, 46.6% y 46.3% del PBI, respectivamente.
El mayor nivel de deuda neta lo lidera Brasil, con 45.2% de su PBI, mientras que Uruguay mantiene su deuda neta en 20.4% de su PBI.
Entre los diferentes medios para endeudarse, los países de América Latina han demostrado últimamente su preferencia sobre la emisión de bonos soberanos en el mercado internacional. Este tipo de instrumento ofrece tasas de interés atractivas para inversionistas en el exterior, mayores que las tasas de deuda bilateral o multilateral.
En el 2015, el monto de la deuda externa en América Latina alcanzó la cifra de US$ 744,102 millones, siendo US$ 408,167 millones en bonos soberanos, 53% mayor que en el 2010.
En cuanto a la deuda pública externa, México, Venezuela y Brasil son los países que superan los US$ 100,000 millones. Este nivel de endeudamiento externo es preocupante debido a la composición de sus ingresos fiscales, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
México presenta una deuda externa de US$ 180,986 millones, cifra que podría seguir incrementándose de acuerdo al desempeño de la cotización del petróleo. México, en sus cuentas fiscales, depende fuertemente del petróleo, pues representa alrededor del 30% de los ingresos presupuestarios.
El caso de Venezuela es similar al de México. Además de estar en un contexto político conflictivo, el abaratamiento del petróleo ha empeorado su posición fiscal. Venezuela está acumulando una deuda externa de US$ 132,156 millones.
Brasil, por su parte, ha acumulado una deuda pública externa de US$ 130,274 millones. Luego de doce trimestres sin crecimiento, no se espera la reducción de su deuda externa significativamente, en los próximos meses.
Los altos niveles de deuda pública externa de los países de la región Latinoamericana se deberían destinar a temas de productividad, que permitan dinamizar más sus economías en un contexto de desaceleración económica mundial.