El estado de salud de América Latina: ¿Alguna novedad?

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Augusto de la Torre
Augusto de la Torre
Augusto de la Torre
Augusto de la Torre

La crisis en China, cuyo crecimiento cayó del 11% y actualmente se encuentra en 7.5%, tiene el pronóstico que se reducirá aun más y que ésta será la normalidad. De acertarse el pronóstico afectará a los países latinoamericanos pues China es nuestro mejor comprador y eso afectaría también a los precios, sobre todo de los metales, como ya ha sucedido con el cobre y su consecuente efecto negativo en la economía chilena.

A esto se une la recuperación de los Estados Unidos donde se prevé un retorno de capitales de inversiones con el consiguiente abandono de otros territorios.

Una introducción interesante que nos obliga a entender que las vacas gordas se están terminando y que la dependencia externa puede verse afectada lo cual nos invita a responsabilizarnos más de nuestro desarrollo luego de haberlo saboreado.

En la presentación sobre el estado de salud de América Latina que hiciera en Washington el economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre, el crecimiento en América Latina se estancará en 2.3% en promedio. Solamente dos países de la región crecerán: Perú que llegará al 5.5% y Panamá que recién está iniciando a crecer y del cual se espera un desempeño formidable, esto gracias a las reformas realizadas desde hace quince años.

Argumentó que son dos los elementos que tenemos a nuestro favor y son estables: las Inversiones Externas Directas (IED) y las Remesas (R).

En el caso del IED, como sabemos la mejora del clima de inversiones favorece que un empresario internacional invierta en un país compartiendo su riesgo, tenga confianza en el mismo. Lo cual nos dice que el “modelo italiano” o el éxito económico de un país no pueden coexistir indefinidamente con la debilidad política, como lo acaba de señalar The Economist, refiriéndose específicamente al Perú.

Tanto las IED y las R tienen la capacidad de proteger las economías aunque a largo plazo presenten desafíos.

Las IED dan un gran aporte al desarrollo con una ganancia en productividad. Las políticas que giran alrededor de las IED determinan también ese desarrollo, sino veamos los países del Caribe adonde llegan importantes flujos de IED pero ante la falta de políticas adecuadas no lograr tener importantes tasas de crecimiento.

Lamentablemente, las Remesas en Latinoamérica no crean productividad, en cambio generan consumo. Lo ideal sería utilizar una parte de esas remesas en inversiones en las personas: mejor educación, mejor salud, menos consumo de bienes. Por otro lado, actúan directamente en el combate a la pobreza.

¿La Novedad puede ser el cambio?

Ante esta situación, lo novedoso en América Latina es la Alianza del Pacífico, donde la unión de países con objetivos comunes aunque no estén vinculados directamente por la geografía contrasta la tendencia de la región en su incapacidad de fusionarse económicamente, esto nos distancia de las características vencedoras de los países del sudeste asiático donde están todos muy conectados, incluso a nivel de Bancos Centrales, donde se reúnen continuamente para evaluar una reacción conjunta ante un choque financiero.

En América Latina estamos más conectados unidireccionalmente con Miami que entre nosotros mismos, ello nos hace vulnerables, por ello la Alianza del Pacífico genera optimismo y es considerada una importante propuesta que promete conectividad no solo hacia adentro sino hacia afuera.

En nuestra historia tenemos muchos intentos de integración sin logros solo nos queda esperar que ésta se haga realidad.