Hoy es el gas. Ayer fue el guano de las islas. Antes de ayer fueron las líneas de frontera marítima. El anterior gobierno del Perú, incluida su primera dama, deja una profunda huella en anodina gestión pero con la argucia de un contrato leonino con la firma Odebrecht, para llevar gas al sur andino, sacrificando los bolsillos de los más pobres, con un contrato sobrevalorado, que supera todas las sustracciones de regímenes del pasado. Y ahora, el nuevo presidente, pone en alerta un negocio de gas con Chile.
Los recursos naturales de una región tan rica como es América- desde Alaska hasta la Patagonia– a lo largo de siglos solo han provocado conflictos mil. Y ahora, en el Siglo XXI, el llamado libre mercado, en tiempos de globalización comercial, económica, cultural, con una tecnología que ha roto fronteras físicas, tampoco se perfila un panorama de equidad y atención a las necesidades de todos sus habitantes. Ese conglomerado de pueblos, de seres humanos, con las mismas necesidades aún insatisfechas, sigue postergando la construcción de los ideales y sueños de libertad y bienestar común.
El sabio Enrique Castañón Pasquel, distinción que le otorgó la Organización de Estados Americanos-OEA, junto con otros ocho personajes, fue quien creó la primera revista de Economía a principios del siglo pasado. Cada edición tenía centenares de páginas y le faltaba espacio para describir la riqueza material de los Andes. Cada mineral, planta, lana o fibra, era presentada con una muestra real. No existía aún la fotografía impresa. Los embajadores, los cónsules, viajaban semanas, meses para cruzar los mares y poder ofrecer un muestrario de los principales minerales, plantas, fibras o lanas de las diferentes regiones. Y Castañón Pasquel repetía si esas riquezas se quedaran para provecho de los pueblos andinos, podríamos lograr, con mucha ventaja, el presente y futuro del Viejo Mundo.
El próximo 2021, el Perú cumplirá dos siglos de su “Independencia” como República, siguiendo el sueño de nuestros próceres como San Martín y Bolívar. Asistimos a la instantánea comunicación virtual, como la que ofrece en materia económica Gestión, diario creado en 1992, año que el Banco Interamericano de Desarrollo impulsó las primeras instalaciones de internet, con el soporte técnico de la Asociación de Radioaficionados del Perú, con su Primera Red Científica y un grupo de periodistas, corresponsales de medios extranjeros. En ese contexto, Manuel Romero Caro, que había sido años atrás Ministro de Industria, Turismo, Comercio e Integración, tuvo la iniciativa de poner en marcha Gestión, el primer diario de economía y negocios de este país, sede del Acuerdo de Cartagena. Con el lema de un periodismo didáctico, plural, donde escribían intelectuales de todas las corrientes y organizaciones, la construcción de la unidad como nación sigue siendo una quimera.

Manuel Romero, consecuente con su filosofía, sigue de cerca la política de inversión extranjera, precisando sus preocupaciones por la fragilidad de los gobiernos para hacer prevalecer las reglas de juego en función del interés de todos los sectores sociales y económicos que habitan este país, ahora con 33 millones de habitantes y donde la concentración de los ingresos es la más inequitativa del planeta.
En esta entrega, ofrece a sus lectores un diagnóstico sobre el proyecto de extracción, trasporte, distribución nacional y analiza las condiciones que deben fijarse si el gas se lleva también a Chile, país con el cual se han superado etapas difíciles en la historia del Pacífico, pero incidiendo que primero es atender las necesidades internas, que siempre han sido postergadas.
ATALAYA ECONÓMICA
Es la columna que Romero Caro publica en el diario que fundó, y ahora nos habla de La interconexión del gasoducto sur peruano con Chile y argumenta que sería un despropósito:
MR, considera que desde hace años Chile ha venido insistiendo en que se concrete la interconexión eléctrica con el Perú, iniciativa que cobró fuerza en cuanto Kuzcynski – PPK se convirtió en presidente electo. La presidenta Bachelet lo invitó para participar en la cumbre de la Alianza del Pacífico. Según El Mercurio, Bachelet y PPK trataron expresamente el tema de la interconexión.
MR, precisa que el ministro de Energía chileno manifestó que “Gonzalo Tamayo, después de asumir su cargo como ministro (de Energía), se comunicó telefónicamente para expresarme que este era un tema prioritario” (1), lo que coincide con la construcción del Gasoducto Sur Peruano (GSP), que proveería el gas para generar electricidad para Chile. El mandatario también ha manifestado que la interconexión eléctrica con Chile tiene “muy buenas “posibilidades de concretarse (2). Y ha sido invitado nuevamente por la presidenta Bachelet para visitar Chile, el 29.11.2016.
El objetivo de corto plazo de la interconexión, como lo explica el chileno Hugh Rudnick, es aprovechar “que existen importantes excedentes de energía en el país vecino -dado su desarrollo hidroeléctrico y en base a gas natural- con precios más económicos que podrían favorecer a Chile” (1).
El beneficio del lado chileno está claro. Por el lado peruano, PPK ha explicado que tenemos un superávit de electricidad que podríamos exportar y que “ya están avanzadas las discusiones de una línea de transmisión entre el sur del Perú y el norte de Chile”.
Manuel Romero remarca que no se ha mencionado que el elevado costo de la interconexión eléctrica sería cargado a los recibos de luz de los consumidores eléctricos peruanos, y que al exportar estaríamos transfiriendo los subsidios pagados por los consumidores peruanos.

El economista Romero argumenta y recuerda, tal como está el contrato del GSP con la empresa brasileña Odebrecht, “los consumidores tendremos que pagar al Consorcio GSP US$ 912.3 millones anuales durante 30 años. Cifra de la cual se deducirían los ingresos que el ducto pueda generar en dicho periodo”. De otro lado, precisa que el transporte de gas por el ducto al sur tendría un precio demasiado alto por los elevados costos involucrados. Y agrega:
“Estimándose que estaría a $ 6.5 por millón de BTU, precio que sería mayor a los precios que Chile importa el gas, por lo que sería inviable exportarlo como electricidad a ese precio. Sin embargo, todos los negocios que se están intentando desarrollar sobre la base del gas del GSP (y la exportación a Chile es uno de ellos), parten de la premisa que el costo del GSP es un costo hundido, que el costo del transporte es cero, que el inmenso subsidio involucrado en él mismo ya fue aceptado por los consumidores peruanos. Por lo que en ese escenario se podría fijar casi cualquier precio para la exportación a Chile y eso disminuiría el nivel de subsidios que pagaríamos anualmente”.
Sin embargo, la exportación a Chile tiene una serie de desventajas. Asimismo, para aliviar monto de los subsidios a pagar por los consumidores existe un camino más favorable a los intereses peruanos: “La renegociación del abusivo contrato del GSP. No obstante, el Gobierno se niega inexplicablemente a iniciar ese proceso, a pesar que debería de actuar en defensa de los intereses de los consumidores. Y todavía puede hacerlo. Ya que el Consorcio GSP requiere que el Gobierno suscriba una adenda al contrato original y le otorgue un documento en el que afirme que el otorgamiento de la concesión del GSP no tuvo nada que ver con el caso Lava Jato. Mediante el cual se ha condenado a Marcelo Odebrecht a más de 19 años de prisión”.
Y agrega que la metodología de esos contratos, permitió a Odebrecht y otras constructoras otorgar sobornos a cambio de introducir sobreprecios en las obras que pudieran haberse “exportado” a otros países en los que operan dichas empresas. Por lo que el Gobierno está en la obligación de renegociar el contrato del GSP, plagado de evidentes irregularidades.(1) El Mercurio 07.08.2016. (2) Caretas 01.09.2016
BAJO LA LUPA
En otra entrega, con el título de BAJO LA LUPA, Romero Caro, remarca que la interconexión con Chile es un despropósito y que está siendo impulsado por el presidente PPK, según precisa Gestión en su edición del jueves 15 de Setiembre del 2016: “Se luchó para que el gas del lote 88 se reoriente de la exportación al mercado doméstico, para que ahora se pretenda que nuevamente se dirija al mercado externo”. “Lo primero que van a exigir son contratos a largo plazo entre los suministradores de energía peruanos y los clientes chilenos”.
Además, remarca Romero Caro que los argumentos presentados en nuestra primera entrega (Gestión 13.09.2016), la exportación de electricidad a Chile enfrenta varios inconvenientes:
- No alcanzaría el nivel de reservas ni el de procesamiento de Camisea para cumplir a largo plazo con la demanda del mercado interno, con los compromisos ya pactados con México y con las eventuales exportaciones a Chile. Naturalmente, esto es válido con la situación actualmente existente.
Adicionalmente, la exploración de gas no ha sido exitosa en los últimos años. De otro lado, hay que tener en cuenta que la capacidad de procesamiento de la planta de Las Malvinas (básicamente separa los líquidos del gas natural) es de poco más 1,600 mmpcd (millones de pies cúbicos día) y prácticamente ya ha llegado a su máximo potencial. El mercado centro-norte (Lima) absorbe 920 mmpcd y la exportación 620 mmpcd; por lo que inclusive el abastecimiento al sur del Perú podría enfrentar dificultades eventualmente.
Y casi toda la capacidad de procesamiento está contratada. Se paga pero no se usa en su totalidad por falta de demanda. Y una nueva expansión de Las Malvinas en el contexto actual estaría muy lejana. Por lo que ¿de dónde sacaríamos el gas para generar la electricidad que exportaríamos a Chile?
2) Tarifa interrumpible versus contratos a largo plazo. Luego de la negativa experiencia que experimentara Chile con los contratos de exportación de gas argentino (se cortaron los envíos en el 2006 por la crisis macro de Argentina) se tomarán todas las precauciones en los eventuales contratos de exportación de electricidad.
Luego de la negativa experiencia que experimentara Chile con los contratos de exportación de gas argentino (se cortaron los envíos en el 2006 por la crisis macro de Argentina) se tomarán todas las precauciones en los eventuales contratos de exportación de electricidad.
Por lo que lo primero que van a exigir son contratos a largo plazo entre los suministradores de energía peruanos y los clientes chilenos. En este sentido, PPK ya advirtió que los chilenos quieren “seguridad del suministro” (1).
Y el Perú no les puede asegurar eso, porque si bien en este momento existe un exceso de oferta energética, con el crecimiento del PBI previsto por el Gobierno y la elasticidad de la demanda eléctrica en relación al PBI (crece bastante por encima del PBI) no podemos comprometernos a exportar electricidad a largo plazo porque podríamos dejar desbastecido el mercado doméstico. Inclusive a nivel Grupo Andino se privilegia el mercado interno. Es por ello que la Decisión 757 suspendió el Marco General para la Interconexión Subregional de Sistemas Eléctricos e Intercambio Intercomunitario. Y el DS N° 011- 2012-EM en su artículo 3 (inciso 3.6) establece que los intercambios de electricidad tendrán carácter interrumpible.
3) Exportaríamos electricidad subsidiada a Chile. PPK ha manifestado que “no se va a exportar una molécula de gas” a Chile (1). Claro; lo que se exportaría sería ese gas convertido en electricidad. Y exportaríamos un doble subsidio, ya que por un lado se transferiría el gas del lote 88 (que tiene un precio promocional y solo 1 TCF asignado al GSP) y por el otro los muy considerables subsidios destinados al ducto al sur.
Por lo que la electricidad subsidiada doblemente que le exportaríamos a las empresas chilenas les otorgaría mayor competitividad para que puedan competir en mejores condiciones que las empresas peruanas!. Es por ello, es inexplicable que el Gobierno se niegue a renegociar el contrato del GSP, sobre todo ahora que tiene la oportunidad porque el consorcio del GSP está solicitando modificar el contrato original, aprobando una adenda que mejore la posición de cobranza de los bancos prestamistas ante una eventual “Terminación del Contrato de Concesión” (Capítulo IV); flexibilice la definición de “Lo primero que van a exigir son contratos a largo plazo entre los suministradores de energía peruanos y los clientes chilenos”.
“Acreedores Permitidos” para incluir instituciones que no estaban facultadas a intervenir, entre otras modificaciones. Si los acreedores y el Consorcio GSP solicitan modificaciones para defender sus intereses; no se entiende por qué el Gobierno no plantea modificaciones que disminuyan la abusiva carga que tendremos que soportar TODOS los que tenemos recibos de luz. Y eso significa renegociar el abultado costo del servicio.
4) Razones estratégicas: en primer lugar, hay que considerar que será muy difícil evitar las protestas y movilizaciones de la población, una vez que esta se dé cuenta lo que implicaría la exportación a Chile Es que hay que recordar que se luchó largos años para lograr que el gas del lote 88 se reoriente de la exportación a abastecer el mercado doméstico, para que ahora se pretenda que nuevamente se dirija a la exportación. Lo que sí resulta positivo es incentivar más demanda para el GSP, como lo está haciendo PPK en China al promover un clúster de refinerías en la zona del GSP. Hay otras consideraciones estratégicas pero por razones de espacio no las incluiremos.
Manuel Romero, con la autoridad de economista, ministro de cuatro sectores productivos y fundador del diario Gestión, recuerda que “se luchó para que el gas del lote 88 se reoriente de la exportación al mercado doméstico, y ahora se pretende que nuevamente se dirija al mercado externo”