Sin compartir las ideas y bases que impulsan a un grupo de hombres que se consideran iluminados, quienes amedrentan a su población, rompen voluntades, les quitan la linfa de la vida, incluso ni tienen fuerza para oponerse a cuánta injusticia están viviendo, traemos el discurso de Miguel M. Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, dictado en la reciente visita oficial a Venezuela. Un discurso dirigido a la Asamblea Nacional Constituyente de la República Bolivariana de Venezuela. Este discurso demuestra que, no obstante los Acuerdos suscritos con la Unión europea y los trabajos conjuntos en la CELAC, nada cambia, siguen teniendo vivo el germen del mal e insisten en influenciar a más países en destruir sus estructuras, creando sólo dolor. Si fueran un régimen exitoso, son incapaces de generar desarrollo ni bienestar, salvo y sólo para la cúpula del régimen.
Inició manifestando respeto y admiración a Venezuela, trayendo un «fuerte abrazo del General de Ejército Raúl Castro Ruz, quien ha expresado su admiración por la victoria popular alcanzada y que fue contundente el pasado domingo 20 de mayo. Y es esa, precisamente, la razón de esta visita nuestra a la hermana Venezuela.»
Devolviendo la visita, el apoyo, la solidaridad, la hermandad y amistad señaló haber estado, el domingo 20 de mayo, como muchos cubanos, «a seguir por televisión lo que estaba sucediendo en Venezuela, todos con la convicción de que se iba a ganar, pero sabíamos que estaban en una situación compleja por toda la campaña mediática, por toda la guerra económica, financiera a la que el imperialismo norteamericano ha querido someter a este pueblo y por toda la voluntad perversa con la que ha querido derrocar a la Revolución Bolivariana; pero sabíamos que acompañándolos también podíamos dar fuerza.»
La felicitación de Díaz-Canel a Maduro, ante los recientes resultados, se condensaron en «que el apoyo de Cuba a la Revolución Bolivariana es y será siempre invariable.»
Un reconocimiento al apoyo ofrecido «de muchas maneras» a Cuba, señaló, y a «muchas naciones de nuestra región. Tenemos una deuda de gratitud con este país desde la independencia.» Por ello, en este momento, agregó Díaz-Canel, Venezuela, «necesita de nuestra solidaridad; necesita el respaldo de los pueblos de Nuestra América en su resistencia contra la criminal guerra política, diplomática, económica y financiera de que está siendo víctima.»
Dedicó sus ataques a los Estados Unidos y a la «corrupta e impresentable OEA», evocando la «agresiva Doctrina Monroe, que pretende retornar la región a la época del intervencionismo.»
Además de admirar «la talla política y moral del compañero Nicolás Maduro, su paciencia y flexibilidad, su firmeza contra quienes ofenden y atacan sin descanso a su patria» apoyándose en la memoria de Bolivar, asegurando que «todos nosotros vamos a cumplir con las ideas de Bolívar.»
Señalando además, que toda «América Latina y el Caribe deberían aprender de la experiencia venezolana, porque ante el imperialismo no se puede ceder ni un tantito, como decía el Che.»
¿Qué puede motivar a un grupo de hombres a ser tan abusivos e impedir a sus poblaciones vivir libremente?.