El Túnel al final de la Luz Por: Rolando Descarpontriez A.

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Por Rolando Descarpontriez A.
Analista Geopolítico – Bolivia

Octubre de 2019 pensamos haber visto la luz al final del túnel con la huida de Evo Morales. Sin embargo, un año después, lo que vimos fue el túnel al final de la luz. Un año después del fraude electoral de octubre de 2019, estamos en un túnel político muy estrecho con la cooptación del poder por parte del M.A.S. Estos últimos 4 meses de gobierno han sido de un endurecimiento en la persecución política y pisoteo de los derechos humanos en Bolivia. 

Ese túnel al final de la luz podemos traducirlo como la libertad conquistada por los 21 días de paro cívico nacional, seguidos por la traición de la clase política al esfuerzo del pueblo boliviano. Y algo similar está por ocurrir nuevamente. 

Decíamos en un artículo anterior que el empresariado nacional, esa oposición práctica que apoyó la logística de los 21 días de paro, había perdido todo el poder político con la traición de Jeanine Añez y con la burda improvisación de Luis Fernando Camacho. Ahora solo les queda el poder económico. Con el anuncio del paro cívico para este 11 de Octubre, pareciera que el empresariado nacional empieza a calentar motores para hacer valer los derechos de la población boliviana y encaminarse a la recuperación del estado de derecho en el país. Pero, es que ya tendríamos que haber aprendido la lección. El tema de fondo, lo que nos va a sacar de la cancha y de la agenda del socialismo del siglo 21 no es sacar al sicario político de turno en palacio quemado (o la nueva casa grande del pueblo). El tema es mucho más profundo y requiere un plan a detalle y que cubra los tres espacios temporales de una estrategia política seria: corto, mediano y largo plazo. 

La infame era de Jeanine Añez dejó una enseñanza dura para la oposición política y para el pueblo en general: CON EL NARCO SOCIALISMO NO SE NEGOCIA. Y ellos tampoco negocian porque Bolivia es una plaza geopolítica clave para el narcotráfico y para los verdaderos patrones del socialismo del siglo 21. Para ellos, negociar, es simplemente un compás de espera para continuar con su plan. Simplemente ganan tiempo. Y así lo demostraron en Bolivia con su regreso al poder. Vuelven más abusivos y déspotas. 

Quienes quieran de verdad hacer un cambio real y positivo para el país, deben entender que inclusive el narcotráfico es apenas una herramienta más (aunque muy importante) para quienes dirigen el socialismo del siglo 21 desde el otro lado del gran charco, desde otro continente. Lo verdadero, lo real es la desestabilización del país para lograr el poder total en el territorio y acceso irrestricto a sus recursos naturales (basta con mirar quien está a cargo de la minería en Venezuela). 

Para cambiar positivamente al país, hay que entender cuales son las bases de la inestabilidad del país. Las bases son: el narcotráfico, la distribución de tierras y la economía informal (todas ellas afectadas por la ideología del narco socialismo del siglo 21). Todas ellas tienen que ver con la economía porque solo tocando el bolsillo del pueblo, se lo puede dominar o se lo puede liberar. Es con la economía que se financia la alimentación, la educación, la salud y la seguridad. Un pueblo sin economía, depende de lo que el Estado le brinde en estos cuatro campos y debe obedecer o pasar hambre (veamos cómo está Cuba hace varias décadas).  

El sacar del poder, por la vía que sea, al socialismo del siglo 21, no va a solucionar los problemas de fondo ya mencionados. Veamos las tres bases de la inestabilidad social a detalle: 

EL NARCOTRÁFICO, según entendidos en el tema, oscila entre el 7 y el 10% del PIB nacional en los últimos años. Demás está decir que el gobierno que entre después del socialismo (y cuando eso ocurra), la tiene difícil para reemplazar cada año ese 7% a 10% del PIB proveniente del narcotráfico. Eso dá como resultado la tentación de simplemente disimular y entra a, mas bien, administrar el narcotráfico desde el gobierno (cosa que el MAS parece venir haciendo muy bien). Para colmo, la sociedad Chapareña tiene su economía mayormente asentada en el circuito del narcotráfico. Porque su hoja de coca, según la ONU, va casi en su totalidad para la producción de cocaína. Esa es una fracción de la sociedad boliviana que está profundamente afectada y adicta a la economía de la cocaína y para colmo han sido profundamente ideologizados con el NARCOTRÁFICO. Ojo con eso, que el socialismo para ellos es apenas una máscara. Son bastante pragmáticos en ese sentido. Su realidad es la economía del narcotráfico. Si el socialismo hace mal las cosas, lo dejarán de apoyar y apoyarán a quienes los apoyen en la permanencia de la economía del narcotráfico.

LA DISTRIBUCIÓN DE TIERRAS es tal vez el tema más complejo, pues están metidos empresarios nacionales y extranjeros en el tráfico de tierras. Existe un estudio de la Fundación Tierra que dá cuenta de la magnitud del tráfico de tierra en Bolivia y de cómo izquierdas y derechas se han beneficiado. Hasta hay parlamentarios de la actual oposición que poseen tierras en cantidades por encima de lo estipulado en la constitución. ¿Entonces a qué jugamos?. De nuevo, este es un tema en el que la derecha prefiere entrar a administrar en lugar de entrar a corregir.  

LA ECONOMÍA INFORMAL o el contrabando es también un factor desestabilizante pues no aportan, como debieran, al crecimiento del país. Son un factor de estancamiento para la administración estatal eficiente y el crecimiento equilibrado del país, su industrialización, desarrollo de economía de mercado y profesionalización (crecimiento de la masa crítica intelectual nacional) de la ciudadanía. Hasta se dan el lujo de agarrarse a tiros con el ejército nacional.

Desde mi punto de vista, la solución no puede salir de la clase política ni de los grandes empresarios. Pues la actual clase política ha demostrado corrupción y/o incapacidad. Y los grandes empresarios buscan el poder para su beneficio económico. La esperanza debe estar en los empresarios medianos y pequeños porque ellos no buscan el poder político. Generalmente buscan un país que funciones para ellos y para todos. 

¿Habrá alguien con huevos o calzones bien puestos para real y honestamente enfrentar esa realidad y ver en Jeanine Añez el precio de la traición o del fracaso? ¿O nos vamos a conformar con ver de nuevo el túnel al final de la luz?. 

Cuidado que en psicología de masas, el tire y afloje en el que nos encontramos está diseñado para cansar al pueblo y abrir paso a una dictadura plena.