Abusos, Impunidad y Memoria: la esperanza en el Papa León XIV

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Siempre he pensado que la vida que el Papa León XIV llevó en el Perú, en Chiclayo capital del departamento de Lambayeque, como él dice, “fueron 38 años con algunas paréntesis”, de gran riqueza espiritual y felicidad humana. En una zona olvidada por los Gobiernos peruanos, administrada por quienes piensan que un cargo publico es un salto económico sobre las arcas del Estado, entra en contraste con lo que si existe en abundancia, la generosidad de sus gentes, sus buenos sentimientos, siempre dispuestos a dar. No quiero decir que no haya mala vida, está presente en todos los grados del gobierno, son también muy tolerantes con la delincuencia, es la reivindicación de ese Perú que no quiere esperar, que no tiene tiempo, la codicia se ha empoderado de sus vidas.

38 años no es poco en la vida de un ser humano que aprendió a confiarse en la gente, en sus buenos sentimientos, que quieren desarrollar su fe y más aún cuando ese pueblo encontró su guía. Llegar a 69 años sin haber faltado a los juramentos de la Iglesia, es una gran muestra de solidez espiritual.

El sábado 24 de mayo dirigiéndose a los Jefes de Dicasterio y a los demás Superiores, a los Jefes de Oficina y a todos los Funcionarios; así como a las Autoridades de la Ciudad del Vaticano, a los directivos y empleados, hizo dos reflexiones importantes anticipando “Los Papas pasan, la Curia permanece”. La primera reflexión se refería a las Curias episcopales y en general “la Curia es la institución que preserva y transmite la memoria histórica de una Iglesia, del ministerio de sus obispos. Esto es muy importante. La memoria es un elemento esencial en un organismo vivo. No solo se dirige al pasado, sino que nutre el presente y orienta hacia el futuro. Sin memoria, el camino se pierde, se pierde el sentido del viaje.”

Este es precisamente el tema central de mi escrito, me refiero a la memoria que queda en cada víctima de abuso sexual por parte de un sacerdote y en especial, me refiero al caso más preocupante, en el cual ninguna mujer quisiera encontrarse en una situación similar. Me refiero al sacerdote y artista esloveno Marko Ivan Rupnik. Para mí, ampliamente desconocido, hasta hace unos días. Tres periodistas de investigación: Stefano Feltri, Giorgio Meletti e Federica Tourn presentaron a la prensa internacional en Italia un trabajo amplio denominado “La Excomunión”. Episodios de podcast.

La Universidad brasileña Católica de Paraná revoca doctorado honoris causa a jesuita Marko Rupnik

¿De quién hablamos? de un sacerdote esloveno, con altas cualidades artísticas en mosaicos, es mosaiquista, ha tapizado paredes enteras en la Basílica de Lourdes, de Fátima, de Aparecida en Brasil, el gran templo de Padre Pio en San Giovanni Rotondo.  La Basílica de Lourdes ha cubierto los mosaicos de Rupnik, con relación a los mosaicos en casa de Padre Pio, muchos se preguntas ¿cómo pudieron los Dominicos pagar seis millones por el trabajo de Rupnik?

Desde los años ’80, Rupnik ha cometido abusos psicológicos, espirituales y físicos a sus hijas espirituales. Algunas denunciaron de inmediato a sus superiores pero no fueron escuchadas. Han sido más de 20 hermanas abusadas por incumplimiento del Sexto Mandamiento.

“El 22 de enero de 1993, huí de la Comunidad de Loyola, me escapé al bosque y solo quería morir. Ya no quería sentir todo el dolor y la pérdida total de mi identidad. Huí también pensando que Rupnik podría entrar en razón y liberar a las hermanas que tenían una relación sexual con él, abandonando su descabellado plan de llegar a una orgía colectiva… Hoy soy consciente de que el abuso profundo es el de conciencia, además del abuso psíquico, espiritual y físico. Rupnik entró como padre espiritual y como garante ante la Iglesia del carisma de la Comunidad de Loyola.”

 Gloria Branciani, ex hermana de la Comunidad de Loyola

Precisamente Gloria Branciani lo denunció agregando que en confesión él la absolvió por haber incumplido con el Sexto mandamiento, con él. Fue procesado por su orden, los Jesuitas y, en mayo 2020, fue sancionado con la prohibición de ejercer los sacramentos, no salir de Roma y dejar de hacer sus obras artísticas de mosaicos con representaciones religiosas, así como fue impedido de dirigir los Ejercicios espirituales. La sanción se apoyó en que Rupnik usó el sacramento de la confesión y absolución en favor de la denunciante, mientras que, para el Tribunal jesuita, ella es su cómplice. La orden de los Jesuitas escribió cartas a las hermanas afectadas ofreciendo una reparación y las disculpas públicas de Rupnik, a lo que él se negó, así como siguió impartiendo los sacramentos desobedeciendo a su orden y negándose a enfrentar con responsabilidad la reparación a las denunciantes. Por ello, el 15 de junio de 2023, Rupnik fue expulsado de la orden de los Jesuitas, por no haber respetado las restricciones que se le impusieron. No apeló a la sentencia por lo que esta quedó confirmada.

El Padre Sosa, superior de la Compañía de Jesús, confirmó que Marko Rupnik incurrió en la excomunión automática, conocida como latae sententiae, al haber confesado a una mujer con la que había mantenido relaciones sexuales. Aunque, la pena de excomunión le fue retirada en mayo de 2020, por decreto de absolución papal no obstante Rupnik hubiera reconocido los hechos y se arrepintió de los mismos. El Dicasterio de la Doctrina de la Fe consideró que los casos ya habían prescrito. Esto ha generado vivas protestas de parte de la Congregación jesuita.

La impunidad hiere a todos los católicos, sucede también en los casos de pedofilia. Se pretende hacer olvidar el terrible hecho con comunicados de “gran dolor”.

Si esta deplorable situación sucedió durante el papado de Francisco, se ve otra reacción de papa Francisco hacia el Cardenal Becciù, en una reciente entrevista de febrero 2025 ofrecida a Feltri por el Cardenal Becciù, donde éste es involucrado en haber recibido €600 mil para rescatar a una hermana raptada; por la compra-venta de un edificio de Londres que acarreó pérdidas a las arcas del Vaticano; el hecho incriminado fue el envío de €100 mil a la Caritas de la ciudad donde radica la familia de Becciù, lo que desencadenó su despido inmediato

Becciù, en la entrevista manifiesta su desconcierto ante una justicia que no es aplicada del mismo modo para todos. Era el 24 de septiembre de 2020, el número dos o tres del Vaticano, Becciù, Prefecto de las Causas de los Santos encontró al Papa Francisco, vio que sobre su escritorio estaba la copia del Diario Expreso del día siguiente con acusaciones comprometedoras hacia él, Becciù señala, el diálogo “fue dramático” “me manifestó que yo estaba siendo acusado de peculado, me dijo: ‘yo no la acuso por el dinero enviado a la hermana porque lo habíamos concordado juntos; no la acuso por el edificio de Londres porque fueron cometidos muchos errores, no la acuso por ello. Yo la acuso de peculado porque ha enviado €100 mil a la Caritas de Orziere, sobre estos €100 mil, los Magistrados me han dicho, que por informaciones de la Finanza italiana, se ha visto “la manito” de su hermano Tonino retirar ese dinero y depositarlo en su cuenta. Y agregó, que yo había hecho presiones a la Caritas en favor de la cervecería donde trabaja mi hermano (en Roma). Le dije, «Santo Padre si usted no tiene más confianza en mi, renuncio al cargo de Prefecto de la Congregación de los Santos.» Él la acepto de inmediato y agregó renuncie también a todas sus prerrogativas cardenalicias.”

Momentos después sale un comunicado del Vaticano y se da inicio al proceso Becciù. De inmediato Becciù ofrece una Conferencia de Prensa en reacción a las preguntas que recibía sobre “¿qué delito sexual ha cometido?” así él la ofrece y explica la situación, “no me he manchado de delitos sexuales, ni de pedofilia, es un problema económico.”

Becciù fue condenado a 5 años y 6 meses de reclusión por peculado, abuso del cargo y subordinación, con relación a un caso de presunta estafa financiera. 

«Dos pesos, dos medidas», sostienen. En Rupnik predominó la presunción de inocencia y la prescripción, como se escucha en la grabación “soy garantista” dice Papa Francisco.

No es el único, hay muchos altos cargos que son garantistas. Incluso, Rupnik, fue insertado en la Diócesis de Capodistria gracias a un amigo Obispo, sigue llevando su vida inmutable. Acciones y gestos hacen ver que «no ha sucedido nada.»

Volviendo al papa Leon XIV, siguiendo su segunda reflexión “Hay otro aspecto que quisiera recordar, complementario al de la memoria, es decir, la dimensión misionera de la Iglesia, de la Curia y de toda institución vinculada al ministerio petrino……Como creo que saben, la experiencia de la misión forma parte de mi vida, no solo por ser bautizado, como es el caso de todos los cristianos, sino porque, como religioso agustino, fui misionero en Perú y mi vocación pastoral maduró entre el pueblo peruano. ¡Nunca podré agradecerle al Señor lo suficiente por este don! Por lo tanto, el llamado a servir a la Iglesia aquí en la Curia Romana fue una nueva misión, que he compartido con ustedes durante los últimos dos años. Y lo continúo y lo continuaré, mientras Dios quiera, en este servicio que me ha sido confiado…… Por eso, les repito lo que dije en mi primer saludo, la tarde del 8 de mayo: «Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construya puentes, dialogue, siempre abierta a acoger […] con los brazos abiertos a todos, a todos aquellos que necesitan nuestra caridad, nuestra presencia, diálogo y amor…. todos debemos cooperar en la gran causa de la unidad y el amor, procuremos hacerlo, ante todo, con nuestro comportamiento en la vida cotidiana, empezando también por el entorno laboral. Cada uno puede ser constructor de unidad con su actitud hacia los compañeros, superando los inevitables malentendidos con paciencia, humildad, poniéndose en el lugar del otro, evitando los prejuicios y también con una buena dosis de humor, como nos enseñó el Papa Francisco.”

Se abre una luz de esperanza y de confianza en el papa León XIV, que sabrá ordenar estas dos insensibilidades que ponen en riesgo a la Iglesia: los abusos y la mala gestión financiera. Queremos a la Iglesia  viva y fuerte, que sea el faro que nos guíe en un mundo donde hay muy pocas cosas ciertas y auténticas.