Comisario Séjourné «Sobre un mercado único más sencillo»

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Les presento lo que llamamos un «Paquete de Mercado Simplificado» para simplificar y agilizar las operaciones comerciales en Europa, sin comprometer jamás los estándares sociales y ambientales que hacen único a nuestro mercado.

La idea es sencilla: hoy en día, las empresas se internacionalizan antes de europeizarse. Sin embargo, en el contexto geopolítico y comercial actual, esto ya no es posible. Debe ser al revés. Los principales socios económicos de los europeos deben ser… ¡los propios europeos! Este es el objetivo central de nuestra acción, como reiteró recientemente el presidente de la Comisión ante el Parlamento Europeo.

Si queremos influir en nuestra economía, el mercado único es uno de los factores de competitividad que controlamos nosotros mismos. Es una palanca de acción autónoma y soberana para Europa.

Esta mayor integración del mercado único forma parte de un equilibrio general. Debemos profundizar en la integración de nuestro mercado, pero debemos protegerlo mejor de las amenazas externas. Nuestra estrategia para el mercado interior refleja otra reforma: la de la unión aduanera. Los Estados miembros deben acelerar urgentemente el despegue de esta reforma clave.

En esta nueva estrategia, proponemos un cambio de método. Hemos agotado el enfoque horizontal que ha dado sus frutos.

Retomamos la práctica cotidiana del mercado único mediante un enfoque sectorial. Esto implica abordar, uno por uno, los obstáculos que impiden la europeización de nuestras empresas, sector por sector, línea de negocio por línea de negocio, y analizando detenidamente la situación en cada país.

¡Ahora es el momento de hacerlo! Ante la incertidumbre actual, el mercado único es, sin duda, el mejor refugio para la economía europea. También es un imperativo económico: según cifras del FMI, las barreras al mercado intracomunitario equivalen al 50 % de los aranceles aduaneros para los productos y al 110 % para los servicios. Con la voluntad política necesaria, por nuestra parte, pero también (¡y diría especialmente!) por parte de los Estados miembros, las cosas pueden cambiar.

¿En qué consiste entonces este nuevo enfoque que proponemos?

En primer lugar, se trata de un enfoque más concreto para las empresas. Centramos nuestra acción en las 10 barreras principales y ofrecemos soluciones concretas.

En segundo lugar, se trata de un enfoque más ambicioso para los servicios. Nos centramos en los servicios que tienen el mayor impacto en toda la economía, desde la construcción hasta los servicios postales y los servicios financieros. También supone un enfoque más sencillo para las pymes y las pequeñas empresas de mediana capitalización. Estamos adaptando nuestras normas al tamaño de las empresas.

Es un enfoque más accesible para los consumidores. Se acabaron los folletos de 50 páginas en 24 idiomas: estamos digitalizando el mercado único. A partir de ahora, un simple código QR debería ser suficiente en la mayoría de los casos para obtener la misma información, en su propio idioma, y, por lo tanto, la misma protección.

Por último, supone un enfoque más responsable para los gobiernos nacionales. Y con razón: los Estados miembros deben volver a ser los copilotos del mercado único. Estamos trabajando en recomendaciones concretas para cada Estado miembro. Y también proponemos el nombramiento de un «sherpa del mercado único» en cada gobierno. Esto elevará el mercado único a un plano político, y no solo técnico.
Cabe destacar que, si la colaboración y la prevención no dan frutos, no dudaremos en iniciar procedimientos de infracción rigurosos y mucho más sistemáticos.

Permítanme darles algunos ejemplos de los «10 terribles». Empecemos por el reconocimiento de las profesiones. Actualmente, existen 5700 profesiones reguladas en toda Europa. Solo siete están armonizadas a nivel europeo. Por ejemplo, en un país existe la profesión regulada de «experto en setas». En otros países, la profesión regulada es la de identificador de carnívoros domésticos. Sin embargo, no logramos un acuerdo a nivel europeo sobre una definición común de fisioterapeuta. Aceleraremos, simplificaremos y digitalizaremos el reconocimiento de cualificaciones para todos. En este caso también se necesita un cambio de enfoque. Comenzaremos, si es necesario, con una «coalición de Estados miembros dispuestos», a la que otros puedan unirse.

Otro ejemplo se refiere al etiquetado. Actualmente, para explicar a los consumidores cómo deben reciclar un envase en particular, la etiqueta contiene:

Explicaciones muy detalladas en un país,

Un código alfanumérico en otro,

Y un logotipo en un tercero.

En otras palabras, ¡el productor de leche debe imprimir etiquetas diferentes para cada país donde vende sus botellas! Para ellos, y para todos aquellos que se enfrentan al mismo problema, armonizaremos el etiquetado. Es más sencillo, claro y eficiente para el consumidor. Y más económico para la empresa.

Además, este mismo productor también debe gestionar diferentes normas de reciclaje. ¿Cómo podemos reducir nuestra huella de carbono a gran escala si ni siquiera tenemos las mismas definiciones de qué es reciclable o cómo reciclarlo?

Por lo tanto, proponemos armonizar las normas relativas a qué constituye un residuo, su tratamiento y la responsabilidad ampliada del productor, para crear un mercado secundario verdaderamente europeo.

Tercer ejemplo: establecerse en varios países. Si una empresa opera bien en un país, puede resultarle difícil establecerse en otros. El coste de entrada en cada Estado miembro es desalentador. La empresa debe comprender la legislación nacional de cada Estado miembro, adoptar una forma jurídica nacional diferente y, finalmente, adaptar la estructura organizativa a cada país. Esto representa una enorme cantidad de costes y retrasos difíciles de asumir. ¡Esta carga explica por qué muchos se dan por vencidos!

Reducir la burocracia y simplificar las normas implica dar a las empresas la libertad de innovar, crecer y crear empleo. La Ley Ómnibus de hoy es otro paso importante en este sentido, ya que amplía los beneficios a las pequeñas y medianas empresas y garantiza que la legislación se ajuste a la realidad.
Stéphane Séjourné, Vicepresidente Ejecutivo de Prosperidad y Estrategia Industrial

En el primer trimestre de 2026, propondremos el 28.º régimen. Un régimen europeo único, voluntario y simplificado que permitirá a las empresas expandirse al mercado único. Además, será un factor muy atractivo para los inversores extranjeros. El 28.º régimen es una puerta de entrada administrativa y regulatoria para las empresas que deseen entrar en la Unión Europea.

Con la misma intención, también digitalizaremos el mercado único. ¡Se acabaron los trámites! Avanzamos gradualmente hacia procesos 100 % digitales, empezando por la digitalización de los certificados de conformidad y los manuales de usuario.

Cuarto ejemplo: las normas. ¿Por qué nuestras bombas de calor y ciertas baterías aún no cuentan con normas en Europa, mientras que sí las tienen en China? Hoy en día, nuestras empresas tienen que esperar años para obtener una norma que les permita operar rápidamente en varios países. Para ciertos sectores, a falta de una decisión de los organismos competentes, la Comisión se reservará el derecho a establecer la norma, siempre en diálogo con las empresas.

Estas son algunas medidas concretas que estamos adoptando hoy para desbloquear el mercado único. Se suman a otras muy esperadas, como la futura ley de telecomunicaciones, que podría suponer un paso significativo hacia un mercado único de telecomunicaciones.

Y también una nueva ley para garantizar la disponibilidad de servicios de construcción, en un momento en que necesitamos viviendas mucho más asequibles y sostenibles.

Por último, antes de concluir, me enorgullece anunciar hoy un avance que muchos han estado esperando: una definición europea de pequeñas empresas de mediana capitalización (PYME), aquellas con menos de 750 empleados.

Estas empresas suelen ser nuestras joyas más innovadoras y dinámicas, pero también las más frágiles en cuanto a crecimiento.

Hoy en día, a veces se ven limitadas por umbrales administrativos injustos. Mañana, gracias a esta nueva definición, se beneficiarán de un tratamiento específico y a medida. En ocasiones, esto implicará alinearse con las simplificaciones previstas para las pymes. En otras, tendremos un enfoque más específico sobre su tamaño y estatus. Porque una empresa con 400 empleados no es una empresa con 40; Tampoco es una multinacional.

Quiero tranquilizar a nuestras pequeñas y medianas empresas. Su singularidad se mantiene.

Como habrán comprendido, con este Paquete de Mercado Simplificado, continuamos la implementación de la Brújula de Competitividad. Con un principio rector: uno entra, 27 salen. Porque la mejor simplificación posible sigue siendo la armonización del mercado único.

Una vez más, estamos implementando las recomendaciones de los excelentes informes de Enrico Letta y Mario Draghi.

Estamos desarrollando un entorno empresarial predecible, justo, fluido e integrado.

Y, sobre todo, estamos dando al mercado único el impulso, la simplicidad y la fuerza que merece.

Cuento con el compromiso de todos mis colegas, porque el mercado interior es asunto de todos.

Gracias.