El comercio mundial enfrenta una desaceleración sin precedentes en el 2025. De acuerdo a la Organización Mundial del Comercio (OMC), el volumen de intercambio de mercancías disminuirá un 0.2% este año, correspondiendo al primer retroceso desde la pandemia. Este declive refleja el impacto de aranceles récord, como el 145% aplicado por EE.UU. a las importaciones chinas y el 125% de represalia de China, que han fracturado cadenas de suministros y elevados costos logísticos. La OMC advierte que, sin acuerdos multilaterales, el escenario podría agravarse, con una contracción adicional del 1.5% si persisten las tensiones políticas.
El impacto es diferente y por regiones. América del Norte sufrirá la mayor reducción con el (-12.6% en exportaciones), mientras Asia mantendrá un crecimiento moderado (+1.6%) gracias a la diversificación de sus mercados. Latinoamérica, aunque resiliente en sectores como minería y agroindustria, verá reducir sus flujos comerciales en un 2.8%, según la OMC. México y Brasil serían los más afectados por los aranceles estadounidenses.
La incertidumbre política mundial agrava el panorama. La OMC señala que 40% de los flujos comerciales globales están sujetos a restricciones, lo que desincentiva las inversiones a largo plazo. Ejemplo de ello es el sector automotriz: los aranceles del 25% de EE.UU. a vehículos europeos han interrumpido exportaciones valoradas en € 370.000 millones. Además, la guerra comercial ha elevado los costos de transporte marítimo en un 15%, de acuerdo a índices de la OMC.
Los países en desarrollo pagan el precio más alto. La OMC proyecta que las economías menos avanzadas perderán 0.6 puntos porcentuales de crecimiento en el 2025 debido a desvíos comerciales y competencia desleal. Por ejemplo, China redirigirá entre el 4% al 9% de sus exportaciones a mercados como África y Sudamérica, saturando aquellos sectores donde estas naciones dependen de exportaciones primarias.