La Comisión está decidida a construir en el segundo Semestre Europeo de 2024 una economía robusta y preparada para el futuro que garantice la competitividad, la resiliencia y la prosperidad a largo plazo para todos, manteniendo al mismo tiempo unas finanzas públicas saneadas, frente a un entorno geopolítico difícil.
Si bien la UE y sus Estados miembros tienen importantes activos en los que basarse, la UE seguirá abordando los desafíos estructurales que obstaculizan su competitividad, garantizando un mayor crecimiento de la productividad y una inversión más sólida y abordando la escasez de mano de obra y de capacidades.
Esto requiere un enfoque integrado en todos los ámbitos de actuación: estabilidad macroeconómica, promoción de la sostenibilidad medioambiental, productividad y equidad. El Semestre Europeo proporciona esta coordinación de políticas, incluida la aplicación de NextGenerationEU, con el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) como núcleo, y los programas de la política de cohesión. El ciclo del Semestre Europeo también proporciona información actualizada sobre los avances en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible e identifica las prioridades de inversión para la próxima revisión intermedia de la Política de Cohesión.
Recomendaciones específicas para los Estados miembros
Los informes por país de 2024 analizan la evolución económica, social y del empleo en cada Estado miembro y hacen un balance de la aplicación de los planes de recuperación y resiliencia (PRR) y los programas de la política de cohesión. Los informes también identifican los principales retos, con especial atención a la competitividad, y las reformas e inversiones prioritarias. Sobre la base de este análisis, la Comisión propone recomendaciones específicas por país para orientar a los Estados miembros sobre cómo abordar los principales retos que solo se abordan parcialmente o no se abordan en los PRR de los Estados miembros.
Las recomendaciones específicas por país se dividen en:
- Una recomendación sobre política fiscal, incluidas las reformas fiscales estructurales, cuando proceda;
- Una recomendación para continuar o acelerar la aplicación de los planes nacionales de recuperación y resiliencia y los programas de la política de cohesión; y
- Cuando proceda, recomendaciones adicionales sobre los retos estructurales pendientes o emergentes, centrándose en la mejora de la competitividad. Ejecución eficaz de
- NextGenerationEU y la política de cohesión: factores cruciales para una economía competitiva de la UE
Como se ilustra en los informes nacionales de este año, NextGenerationEU y otros programas de financiación de la UE han apoyado la recuperación de la UE hacia un futuro más verde, más digital, más justo y más resiliente mediante la creación de empleo, la mejora de la competitividad, la estabilidad macroeconómica y la cohesión territorial y social.
Hasta la fecha, la Comisión ha desembolsado más de 240 000 millones de euros a los Estados miembros en subvenciones y préstamos del MRR para la aplicación satisfactoria de reformas e inversiones clave. Además, se han desembolsado más de 252 000 millones de euros en el marco de los fondos de la política de cohesión desde el comienzo de la pandemia de COVID-19.
La mayoría de los Estados miembros siguen avanzando a buen ritmo en la ejecución de sus planes de recuperación y de sus programas de política de cohesión. Sin embargo, algunos Estados miembros deben abordar urgentemente los retrasos emergentes y los desafíos estructurales, para garantizar la aplicación oportuna de las inversiones y reformas incluidas en sus planes de recuperación y de reforma. Este ciclo del Semestre también proporciona orientación a los Estados miembros con vistas a la próxima revisión intermedia de los programas de la política de cohesión.
Orientación política para mejorar la competitividad
El Paquete de primavera instó a los Estados miembros a adoptar medidas políticas para promover la competitividad y aumentar la productividad. Con este fin, en las recomendaciones específicas por país se invita a los Estados miembros a:
- Garantizar un entorno empresarial que favorezca la competitividad, aprovechando al máximo las oportunidades generadas por el mercado único, especialmente para las pymes;
- Mejorar los resultados educativos y apoyar el desarrollo de capacidades, con una educación y una formación de alta calidad basadas en planes de estudios modernizados, ya que abordar la escasez de mano de obra y de capacidades es esencial para garantizar la prosperidad de la UE;
- Facilitar el acceso a la financiación mejorando la asignación del ahorro y la financiación del capital y facilitando el mercado de capitales y formas alternativas de financiación, especialmente para las pymes.
- Aplicar reformas ambiciosas para crear ecosistemas integrados de investigación e innovación, centrándose, por ejemplo, en la colaboración entre ciencia y empresa y en las transferencias de conocimientos; y
- Acelerar la transición ecológica y digital, aumentando la autonomía, la resiliencia y la competitividad de la industria de cero emisiones netas de la UE, abordando la escasez de mano de obra y de capacidades, impulsando la inversión pública en infraestructuras y capacidades digitales y abordando las barreras reglamentarias a la digitalización.
Reforzar la sostenibilidad fiscal
La pandemia de COVID-19, el aumento de los precios de la energía y la respuesta política necesaria han contribuido a un aumento sustancial de la deuda pública en varios Estados miembros en los últimos años. Las políticas fiscales deberían encaminar la deuda hacia una senda descendente o mantenerla en niveles prudentes, preservando al mismo tiempo la inversión.
El nuevo marco de gobernanza económica convierte 2024 en un año de transición para la coordinación de la política fiscal en la UE. Las orientaciones y decisiones en materia de política fiscal en el marco del nuevo marco que figura en el Paquete de primavera tienen por objeto reforzar la sostenibilidad de la deuda de los Estados miembros y promover un crecimiento sostenible e integrador en todos ellos.
Con arreglo a las nuevas normas, los Estados miembros elaborarán planes a medio plazo en los que se establecerán sus trayectorias de gasto y sus reformas e inversiones prioritarias. Las recomendaciones incluidas en el paquete de primavera constituyen una sólida base para los compromisos de reforma e inversión que los Estados miembros deben establecer en estos planes.
Las recomendaciones específicas por país establecen que los Estados miembros deben aplicar políticas fiscales prudentes garantizando que el crecimiento del gasto neto en 2025 y en adelante sea coherente con los requisitos de ajuste fiscal establecidos en el nuevo marco de gobernanza.
En concreto, esto significa que los Estados miembros con una deuda pública superior al 60 % del PIB o un déficit superior al 3 % del PIB deben garantizar que el crecimiento del gasto neto se limite a una tasa que sitúe la ratio deuda pública/PIB en una trayectoria descendente plausible a medio plazo, al tiempo que reducen el déficit de las administraciones públicas por debajo del 3 % del PIB y lo mantienen por debajo de este valor de referencia a medio plazo.
(primera parte)









