De acuerdo al último reporte “Monitor Fiscal” del Fondo Monetario Internacional (FMI); Latinoamérica culminaría el 2022 con un déficit de -4.2%, una mejor cifra que el -4.7% presentada en abril.
En la región de América Latina, Chile y Ecuador serían los únicos países en culminar el 2022 con un superávit fiscal de 0.9% cada uno, seguidos por el Perú con un déficit de 2.3%. Colombia con -6.4%, Brasil con -5.8% y México con -3.8%, serían los países con el mayor déficit fiscal de la región durante el 2022.
El análisis interanual muestra que, dentro de los nueve países analizados, cinco de ellos habrían reducido sus niveles de déficit fiscal; dos de ellos, Chile y Ecuador, obtuvieron más ingresos que el monto que gastaron, mientras que tres, Perú, Argentina y Colombia, habrían gastado más que sus ingresos del 2022, pero en menor grado que en el 2021.
Chile y Ecuador serían el ejemplo de economías que se vieron beneficiadas por el incremento en la cotización del petróleo, en el caso de Ecuador, y de los minerales, para Chile. Al igual que Chile, el Perú también pudo haber sido uno de los pocos beneficiados por la cotización de los minerales; sin embargo, los conflictos sociales con las empresas mineras locales fueron perjudiciales para su desempeño económico, traducido también en su balance fiscal.
Al principio del artículo se mencionó que el grado de déficit fiscal para Latinoamérica en el 2022 mejoró respecto de abril; lo cierto es que esta buena noticia es transitoria. En el 2023, el déficit fiscal de la región ascendería a -4.7%, según el FMI, una cifra mucho mayor que la observada en el 2021.
Este resultado del encarecimiento de los créditos internacionales se debe al endurecimiento monetario y financiero mundial del presente año. Para el 2023, no solo se esperaría una desaceleración económica regional y una elevada tasa de inflación, sino también habría un desabastecimiento de los créditos, lo cual debe ser una llamada de atención para elaborar adecuadamente el presupuesto fiscal del próximo año