El Ministro de Relaciones exteriores de Cuba, Bruno Eduardo Rodríguez Parrilla, explicó, con posterioridad a la firma del Acuerdo derivado de la primera Reunión UE-Cuba, sobre el contenido del mismo como es la realización de diálogos bilaterales en cinco ámbitos diferentes: desarme y no proliferación de armas, derechos humanos, agenda de desarrollo 2030 y medidas coercitivas unilaterales. Señaló que la proliferación de medidas unilaterales constituye una violación del derecho internacional y del mandato de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Ante la próxima elección presidencial, que tendrá lugar el domingo 20 en Venezuela, señaló haber discutido esta situación con la AR/VP Federica Mogherini, puntualizando “tenemos diferentes visiones.”
Hemos tratado numerosos temas regionales y la situación internacional, en muchos casos, tenemos visiones comunes, en otros, tenemos diferencias, este es un tema donde prevalecen las diferencias.
Agregó “Venezuela es un estado soberano que debe ser tratado con la comunidad internacional sobre la base de los propósitos y principios de la carta de las NU y de las proclamas de paz para ALC que incluye el derecho inalienable a la libertad de determinación para escoger el sistema económicos, politico, social y cultural de cualquier pueblo y la no injerencia en Venezuela”.
Agregó que Venezuela “es un estado soberano que ha realizado más elecciones en los últimos años que cualquier estado europeo, latinoamericano o caribeño, que merece respeto y corresponde sólo a los venezolanos resolver sus problemas internos.
Para Cuba, las próximas elecciones presidenciales en Venezuela son motivo de esperanza y de confianza en que los venezolanos hallen solución a los asuntos que sólo resolverán ellos por tener estricta soberanía.”
Por otro lado, señaló “he coincidido con la AR/VP Federica Mogherini que las diferencias deben ser siempre resueltas sobre la base del diálogo y la cooperación y la aplicación estricta del derecho internacional. He explicado nuestra oposición a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales como las sanciones ilegales que aplican algunos Estados contra la República Bolivariana de Venezuela sin ningún respaldo del Consejo de Seguridad ni de la Asamblea General de las Naciones Unidas.”
“Cuba presidirá la Comisión económica para América Latina y Caribe de las Naciones Unidas – CEPAL, por los siguientes dos años y tiene un mandato especifico dirigido al desarrollo económico y social de la región que no trata directamente asuntos políticos pero que servirá para impulsar los caminos de integración de dialogo regional y contribuirá a revitalizar el papel de los mecanismos que la región se ha dado como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la CELAC, para favorecer ese proceso.
Hemos tratado también la importancia sobre la próxima reunión de Cancilleres de la Unión europea y América latina y Caribe que ocurrirá en Bruselas a mediados del mes de julio y será un medio excelente para discutir la Agenda birregional.”
Hemos preferido transcribir las palabras del Ministero de Relaciones exteriores de Cuba, Bruno Eduardo Rodríguez Parrilla, para evidenciar la poca consideración que tiene este régimen de la población venezolana, de la vida de las personas. La población venezolana, por voluntad propia, está dejando su país, migra hacia países donde las libertades son respetadas, donde no existen dictadores, donde no hay abuso de poder ni tiranos en el poder, ni familias iluminadas que se consideran dueñas del destino de la humanidad, convirtiéndo la ciudadanía en súbditos.
No es un caso que los millones de venezolanos que están dejando su país y los otros millones que se quedan por falta de alternativas, no migran a Cuba, El Salvador, Nicaragua y otros restos de la “marea roja”.
Se ha decidido incluir a Cuba en la CELAC; se les está dando la presidencia de la CEPAL para los próximos dos años; la Unión europea les está dando soporte económico en forma de cooperación en respeto de la Agenda 2030. Seguramente, es lo mejor para que sea evidente al mundo entero su pensamiento. Un pensamiento que atenta contra las libertades de las personas dando prevalencia a su ideología. Nuevamente, esa romántica visión de creer estar haciendo bien haciendo tanto daño, creando una enorme diferencia entre ellos: los escogidos por el poder, con los otros: el pueblo, sin libertades, hambriento, sumiso y dependiente.