El 18 de marzo de 2016, los Jefes de Estado o de Gobierno de la UE y Turquía acordaron la declaración UE-Turquía para poner fin a irregularidades de los flujos migratorios desde Turquía a la UE, aseguran mejores condiciones de recepción para los refugiados en Turquía y se abren organizados, canales seguros y legales a Europa para los refugiados sirios.
Dos años después, las llegadas irregulares siguen siendo un 97% más bajas que el período anterior a que la Declaración entrase en funcionamiento, mientras que el número de vidas perdidas en el mar ha disminuido sustancialmente.
La UE cuenta con el apoyo de Turquía en sus esfuerzos por acoger refugiados y, para finales de 2017, había contratado por completo el primer tramo de los 3.000 millones de euros de su Instalación para Refugiados en Turquía.
Turquía ha cumplido su compromiso de intensificar las medidas contra el tráfico de personas y ha cooperado estrechamente en el reasentamiento y retorno. La declaración UE-Turquía ha arrojado consistentemente resultados tangibles ya que se acordó dos años atrás. Si bien todos los lados y todos los Estados miembros de la UE deben realizar esfuerzos continuos, la Declaración UE-Turquía se ha convertirse en un elemento importante del enfoque integral de la UE en materia de migración.
Los efectos de la Declaración UE-Turquía fueron inmediatos. Gracias especialmente a la cooperación con las autoridades turcas, las llegadas disminuyeron significativamente, mostrando claramente que el modelo comercial de los contrabandistas que explotan a los migrantes y refugiados
puede ser roto.
De 10.000 en un solo día en octubre de 2015, los cruces diarios se han reducido a un promedio de alrededor de 80, mientras que el número de muertes en el Egeo disminuyó de 1,175 en los 20 meses anteriores a la Declaración a 130.
Lo cual implica casi un millón de personas que no han tomado rutas peligrosas para llegar a la Unión Europea, y más de 1,000 que no han perdido la vida intentando ingresar.