Tepantitla en Teotihuacán: un caso de estudio con base en la escuela de iconología alemana. Por María Teresa Uriarte

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1987

A finales del siglo XIX Aby Warburg centraba sus esfuerzos en entender el arte del Renacimiento italiano no sólo a través de la forma, sino en su significado más profundo. Para ello era imprescindible la existencia de textos que aclararan “el significado de las artes visuales”. Trabajo que retomaría con entusiasmo y dedicación su seguidor Erwin Panofsky.

En México se han seguido fundamentalmente los trabajos derivados de esta tendencia dentro de la escuela alemana, ya que cuando nos acercamos al arte de civilizaciones perdidas que no tienen textos escritos los trabajos de esta corriente han resultado de vital importancia.

No es porque los estudios formales no hayan estado representados en diversas épocas de la historiografía del arte precolombino, desde el reconocimiento de las obras como arte, sin embargo, buscar su significado ha tenido una gran popularidad y para alcanzarlo se ha recurrido a diversas disciplinas auxiliares de la historia.

Si partimos de los estudios de la Estética Hegeliana respecto a que el arte es la aparición sensible de la idea y de que la idea supera la forma, los estudios de Warburg y Panofsky están dentro de estos postulados.

En este presentación voy a remitirme a dos ejemplos de pintura mural. Los dos son del mismo recinto de Teotihuacán, por lo cual cabe suponer que corresponden a la misma época. Expongo dos estudios de caso porque en el segundo ejemplo ha aparecido un texto maya que en mi opinión se vincula estrechamente con la pintura del denominado Mural 2 del Pórtico 3, de Tepantitla, lo cual nos permite alcanzar una nueva propuesta para la pintura teotihuacana. De hecho, lo más interesante para esta aproximación es que un texto escrito a cientos de kilómetros de Teotihuacán, pueda esclarecer lo que está pintado en el Mural 2.

Tepantitla fue descubierto por Alfonso Caso en 1942. Se han denominado Conjuntos Departamentales a estas construcciones que reúnen grupos de construcciones con cámaras, pórticos y patios. En la mayoría de los casos sus muros estaban pintados.

En Tepantitla en los murales 2 y 3 de Pórtico 3, están diversas formas de jugar a la pelota. En Mesoamérica se celebraba este juego ritual muy probablemente desde 1800 a.C. Es una de las manifestaciones culturales que llevaron a Paul Kirchoff en 1943 a proponer la existencia de un territorio no geográfico, sino cultural que él llamó Mesoamérica.

Pues bien, el juego de pelota se jugó en todo este territorio y se sigue jugando en muchas regiones de México.

Hasta fechas muy recientes no se tenía evidencia arqueológica de que en Teotihuacán se hubiera jugado a la pelota, salvo por las escenas pintadas en Tepantitla, sin embargo, los trabajos arqueológicos de Sergio Gómez en La Ciudadela han reportado hallazgos muy importantes para esclarecer la celebración de juegos de pelota en Teotihuacán, ya que se encontraron pelotas de hule y una posible cancha de juego de pelota.

Mi propuesta consiste en presentar el Mural 3 con base en los trabajos de Erwin Panofsky en el nivel que él llamaría de iconografía, relacionándolo con un sitio olmeca que data del 1200 a.C. y la pintura del Mural 2 con base en un texto encontrado en Tikal. La pintura de Tepantitla ha sido fachada en alrededor del 400 d.C.

Prof.ra Maria Teresa Uriarte Castañeda en la Academia Ambrosiana.
Prof.ra Maria Teresa Uriarte Castañeda en la Academia Ambrosiana.