Ecuador no es Turquía. Isabel Recavarren

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Ecuador no es Turquía, seguramente. En Italia viven más de 130 mil ecuatorianos, sus políticos han venido varias veces a reunirse con la Comunidad ecuatoriana durante las visitas de Estado o cuando sus políticos eran invitados a un Congreso. Lo que antes era un acto político de segundo plano ha adquirido, con el tiempo y las modificaciones legislativas que otorgan el voto al ciudadano en el extranjero, un valor de acto político de primer plano. Es un modo de enardecer la ciudadanía, revivir los principios ciudadanos y seguramente ganar votos. La última visita la realizó a Milán el presidente Correa, con vistas electorales. En efecto, la mayoría de la población ecuatoriana es del partido «Alianza País» pero viven emigrados en otro país, en este caso en Italia, y siguen enviando dinero a Ecuador. Un poco incongruente.

En el caso de Turquía, no estamos hablando de un país que se encuentra en otro continente, la lejanía cuenta. Con Turquía hay atrás una historia compleja y sobre todo otra cultura, una cultura medieval que se mantiene, se refuerza y se percibe un “deseo de recuperar su territorio.”

Los principios humanitarios y conveniencias laborales han prevalecido en Europa al acoger a tantos extranjeros de origen árabe, ya desde los años ’60. Italia, un país bastante mestizo, ha establecido la presencia de tres extranjeros por mil nacionales, la cifra ha sido ampliamente superada y sobre todo por sus características, se habla de acoger mujeres y niños, en cambio tenemos “hombres jóvenes, fuertes, sin ningún oficio y un celular en mano”, esto produce rechazo en la población.

Una marea humana entra lentamente en la “Vieja Europa” apoyándose en todas las normas internacionales.

Turquía poco a poco se está convirtiendo en un Califato, acaba de hacer una reforma constitucional por la cual la Cámara de Diputados pasará de 600 miembros en lugar de 500, la edad de voto se ha disminuido de 25 a 18, el mandato presidencial durará cinco años por no más de dos periodos. Esta modificación constitucional se propone luego de tres mandatos de Erdogan o como se lo denomina “El Gran Hombre”, quien podrá mantenerse en el poder hasta el 2029. Tenemos ejemplos de propuestas de modificaciones constitucionales latinoamericanas al final de sus mandatos como la de Fujimori, la de Evo Morales y recientemente, que no tuvo buen final, la de Correa, precisamente. Todos “grandes hombres” que están seguros de ser los iluminados y han logrado convencer a su entorno, tantos otros hombres, que es él el único que puede dirigir el país sin consultar al pueblo, «un hombre sólo en el comando».

Sin embargo, estas modificaciones constitucionales serían aprobadas por Referendum popular, el pueblo será consultado el 16 de abril. Aquí inicia el problema, Turquía está dividida, la fuerza opositora turca y el terrorismo tienen al país es tensión, por ello su deseo de asegurarse el “SI”, por ello su deseo de expandirse fuera de sus fronteras en busca de mayores “SI”.

Por otro lado, tenemos a una Europa en procesos electorales, la negativa de Alemania responde a la inoportunidad de la visita, una Alemania donde residen tantos turcos incluso con curúles en el Parlamento, no es el momento y menos con esas ideas de justificar la no-democracia y el poder absoluto del «gran hombre», a ello se debe también, la reacción de Holanda, a días de las elecciones. Debemos hacer notar, el gobierno holandés aconsejó al gobierno turco no llegar a Holanda por encontrarse ad portas de elecciones, haciendo caso omiso, los turcos se aparecieron, eso motivó la fuerte reacción de Rutte quien, de no haberlo hecho, no tendría siquiera posibilidad de ser elegido en estas elecciones. Esta presión turca demuestra la poca sensibilidad que les caracteriza y la poca consideración hacia las opiniones de los dueños de casa, en todo sentido, se transmite al pueblo islámico quien lo ve, en cambio, como un héroe.

En común, además, ambos países tienen una población contrariada por la presencia de extranjeros en su territorio. También fueron anulados los mitines electorales en Suecia, Suiza y en Dinamarca. Sin embargo, Francia, permitió el mitin electoral turco, duró pocas horas. Para los países europeos causó desagrado la falta de respuesta común europea pero sin embargo sirvió para placar los ánimos.

Esta situación, el “gran hombre” la está aprovechando al máximo para enardecer aún más el sentir popular turco por un “Si” seguro. Erdogan quien quiere ser el nuevo Atatürk.

La contraposición entre la razón y el sentir, la ley y la política, aquí se han encontrado, en territorio europeo. Por un lado, los europeos han acordado con Turquía un acuerdo para frenar la migración que está dando muy buenos resultados, aquí ha primado la razón pero se sabe que no se debe acordar nada con el mal, sin embargo lo han hecho.

Mark Rutte, Dutch Prime Minister, waving

El sentir es no dar acceso a los islámicos en la Unión europea, tampoco dar libre acceso a los turcos en territorio europeo eliminando el visado. Por otro lado, ante lo expuesto anteriormente, las Convenciones internacionales podrán, tal vez, dar razón a los turcos por no haber sido admitidos en Holanda y haber sido desautorizado su mitin electoral en Alemania. Sin embargo, aquí prima la política apoyada en el sentir. Holanda votará mañana 15 de marzo, dos visiones encontradas, una por quedarse en Europa, con  Mark Rutte, un político que está empujando a fin que se complete el mercado único europeo y la otra dirigida por el político xenófobo Geert Wilders quien ha prometido no dar más acceso a los islámicos, “desislamizar” Holanda. La promesa puede funcionar, son casi 5% los islámicos de los cuales un 2,5% marroquíes que se encuentran en Holanda, la población no los quiere. Si ganase Wilders, generaría otro terremoto en la Unión europea, otro terremoto en la economía europea. La redistribución de inmigrantes y refugiados hace clamar a Geert Wilders reforzando su NEXIT “¿alguien debe estar obligado a hospedar en su propia casa a quién no quiere? ¿hay alguien qué no es dueño de la llave de su propia casa?” en una Holanda con un gran sentido de propiedad precisamente basada en el derecho y en su identidad no es fácil disentir.

Mientras tanto, esta operación podrá dar al “gran hombre” los votos que necesitaba para quedarse en el poder viendo a la Unión europea sufrir por mantenerse unida.