La tarea de encauzar la Globalizacion en la Unión europea

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En torno a un tercio de la renta nacional europeo procede del comercio con el resto del mundo. Las exportaciones europeas han aumentado en paralelo al crecimiento de los mercados en terceros países y contribuido al mantenimiento de empleos mejor remunerados. Si se especializan en lo que saben hacer mejor, los países pueden producir más con menos, incrementando el poder adquisitivo de los consumidores. Las personas pueden viajar, trabajar, formarse y vivir sin obstáculos en distintos países. Interactúan en la red, compartiendo sus ideas, culturas y experiencias. Los estudiantes pueden acceder a cursos ofrecidos en línea por destacadas universidades de todo el mundo. La competencia internacional y la cooperación científica han acelerado la innovación. La globalización ha ayudado también a cientos de millones de personas a salir de la pobreza y ha permitido que los países más pobres recuperen parte de su retraso.

Pero la globalización también plantea retos. Muchos europeos temen que la globalización sea fuente de desigualdad e injusticia social, provoque una pérdida de puestos de trabajo o haga más laxas las normas en materia de medio ambiente, sanidad y privacidad. En ocasiones sienten también que su identidad, sus tradiciones y sus formas de vida están amenazadas. Estos temores deben ser reconocidos y abordados.

Encauzar la globalización, configurar óptimamente el orden mundial, fomentar valores y estándares rigurosos en terceros países, proteger a los ciudadanos frente a las prácticas desleales y aumentar la resiliencia de nuestras sociedades y la competitividad de nuestras economías son las principales prioridades de esta Comisión.

Frans Timmermans

Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión, ha declarado: «En conjunto, la globalización es buena para la economía europea, pero esta valoración significa poco para los ciudadanos de la Unión si los beneficios no se distribuyen equitativamente y de manera más uniforme.Europa debe ayudar a reescribir el código normativo mundial de forma que el libre comercio pase a ser comercio justo y de modo que la globalización sea sostenible y redunde en beneficio de todos los europeos. Al mismo tiempo, debemos centrar nuestras políticas en proporcionar a los ciudadanos la formación y las habilidades que necesitan para seguir el ritmo de la evolución de nuestras economías. Una mejor redistribución contribuirá a garantizar la cohesión social y la solidaridad en las que se basa nuestra Unión».

El documento de reflexión evalúa cabalmente lo que la globalización ha aportado a la UE. El caso es que, si bien es cierto que la globalización ha beneficiado ampliamente a la UE, también ha traído consigo numerosos retos. En todo el mundo, la globalización ha ayudado a cientos de millones de personas a salir de la pobreza y ha permitido que los países más pobres recuperen parte de su retraso. En la UE, el comercio mundial ha impulsado el crecimiento económico de la Unión; así, cada €1,000 millones de exportaciones adicionales garantizan 14,000 puestos de trabajo. El abaratamiento de las importaciones también es beneficioso, en particular para los hogares más pobres. Sin embargo, estos beneficios no tienen carácter automático ni se distribuyen de manera uniforme entre los ciudadanos. Europa también se ve afectada por el hecho de que no todos los demás países comparten las mismas normas en materia de empleo, seguridad o medio ambiente, en detrimento de la capacidad de las empresas europeas para competir con los competidores extranjeros en términos de precio, exclusivamente; este fenómeno puede dar lugar a cierres de fábricas, pérdidas de empleo o presiones a la baja sobre las condiciones laborales y salariales de los trabajadores.

La solución, sin embargo, no pasa por el proteccionismo ni por una política de laisser-faire. Como muestran claramente los datos presentados en el documento de reflexión, la globalización puede ser beneficiosa si se encauza debidamente. La UE debe garantizar una mejor distribución de los beneficios de la globalización colaborando con los Estados miembros y las regiones, así como con los socios internacionales y otras partes interesadas. Debemos unir nuestras fuerzas y aprovechar la oportunidad para configurar la globalización de acuerdo con nuestros valores e intereses.

El documento de reflexión abre un debate sobre el modo en que la UE puede encauzar mejor la globalización y abordar los retos y las oportunidades que plantea:

  • En el ámbito exterior, el documento se centra en la necesidad de dar forma a un orden mundial verdaderamente sostenible, basado en normas compartidas y en un programa común. La UE ha defendido siempre un código normativo mundial multilateral sólido y eficaz, y debe seguir desarrollándolo de modo que se aborden los nuevos retos y quede garantizada su aplicación efectiva. Por ejemplo, la UE podría impulsar nuevas normas que garanticen las condiciones de competencia equitativas y pongan coto a comportamientos desleales y perniciosos como la evasión fiscal, las subvenciones públicas o el dumping social. Disponer de instrumentos de defensa comercial eficaces y establecer un tribunal multilateral de inversiones podrían permitir también a la UE actuar con determinación contra los países o las empresas involucrados en prácticas desleales.
  • En el ámbito interior, el documento propone instrumentos para proteger y empoderar a los ciudadanos a través de políticas sociales sólidas y el necesario apoyo a la educación y formación a lo largo de toda la vida. Políticas tributarias progresivas, invertir en la innovación y políticas de bienestar sólidas podrían contribuir a una redistribución más equitativa de la riqueza. Entre tanto, cabe utilizar los Fondos Estructurales de la UE para ayudar a las regiones vulnerables y el Fondo de Adaptación a la Globalización de la UE para ayudar a los trabajadores desplazados a encontrar otro empleo, contribuyendo así a atenuar las repercusiones negativas.