Análisis y Previsiones de la recuperación económica europea

0
1752

Las previsiones sobre la recuperación económica de la Unión europea se basan en una serie de hipótesis externas sobre los tipos de cambio, los tipos de interés y los precios de los productos básicos hasta la fecha límite de 1 de febrero de 2017. Las cifras utilizadas reflejan las expectativas de los mercados, basadas en los mercados de derivados en el momento de efectuar las previsiones. Por lo que respecta a los demás datos considerados, incluidas las hipótesis sobre políticas públicas, estas previsiones tienen en cuenta la información obtenida hasta el 1 de febrero de 2017 inclusive. Solo se incorporan al análisis las políticas anunciadas de forma creíble y especificadas con el debido detalle. Las proyecciones parten del supuesto de que esas políticas se mantendrán.

Tras haber demostrado su resiliencia frente a los desafíos globales del pasado año, se espera que el proceso de recuperación económica europea prosiga tanto este 2017  como el próximo 2018: se prevé que, por primera vez en casi una década, las economías de todos los Estados miembros de la UE crecerán a lo largo de todo el periodo de referencia: 2016, 2017 y 2018. No obstante, esta prospectiva está rodeada de un grado de incertidumbre superior al habitual.

El PIB real de la zona del euro ha crecido durante quince trimestres consecutivos, el empleo sigue aumentando a un ritmo sostenido y el desempleo, aunque se mantiene en niveles que superan los previos a la crisis, sigue disminuyendo. El consumo privado continúa siendo el motor de la recuperación. El crecimiento de la inversión prosigue, si bien de manera discreta.

En sus previsiones de invierno publicadas, la Comisión Europea pronostica un crecimiento del PIB en la zona del euro del 1,6% en 2017 y del 1,8% en 2018. Estas previsiones han sido revisadas ligeramente al alza con respecto a las de otoño 2017: 1,5%, 2018: 1,7%, a raíz de unos resultados mejores de lo esperado en la segunda mitad de 2016 y un inicio de 2017 relativamente vigoroso. El crecimiento del PIB en el conjunto de la UE debería seguir una pauta similar, por lo que se prevé alcance el 1,8% este año y el próximo.

Los riesgos que giran en torno a estas previsiones son excepcionalmente elevados y, si bien han aumentado tanto las posibilidades de evolución positiva como las de evolución negativa, el balance global sigue a la baja.

Pierre Moscovici
Pierre Moscovici

Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas, ha afirmado: «La economía europea se ha mostrado resiliente frente a las numerosas sacudidas recibidas el pasado año. El crecimiento consigue mantenerse y las tasas de desempleo y de déficit apuntan a la baja. No obstante, los altos niveles de incertidumbre nos exigen, más que nunca, utilizar todos los resortes de que disponemos para sustentar el crecimiento. Hemos de velar, ante todo, por que la recuperación se deje sentir en todos los rincones de la zona del euro y en todos los segmentos de la sociedad.»

Se espera que la recuperación mundial cobre impulso
Las perspectivas de crecimiento de las economías avanzadas externas a la UE han mejorado en los últimos meses, debido en gran parte a las expectativas generadas por las políticas de estímulo presupuestario en los Estados Unidos, que han dado lugar a un aumento de los tipos de interés a largo plazo y a una apreciación del dólar estadounidense. También está previsto que el crecimiento de las economías de los mercados emergentes se consolide de aquí a 2018, aunque en variable medida según los países y las regiones. De forma global, este fenómeno podría reactivar las exportaciones europeas de bienes y servicios, tras un 2016 un tanto flojo.

Se pronostica un repunte de la inflación
La inflación en la zona del euro ha repuntado recientemente tras el aumento de los precios de la energía, anteriormente en fase de descenso. Se prevé actualmente que, tras conocer tasas muy bajas en los dos últimos años, la inflación aumente este año y el próximo, aunque sin llegar a alcanzar los niveles de objetivo «inferiores pero próximos al 2% a medio plazo» con los que se define la estabilidad de los precios. Las previsiones relativas a la inflación subyacente, de la que se excluyen por su volatilidad los precios de la energía y los alimentos, solo indican un aumento gradual. En términos generales, se espera que la inflación en la zona del euro aumente del 0,2% de 2016 a un 1,7% en 2017 y un 1,4% en 2018. Los pronósticos relativos a la UE indican un aumento de la inflación hasta el 1,8% en 2017 y el 1,7% en 2018, a partir del 0,3% de 2016.

La demanda interna seguirá vertebrando el crecimiento económico
Se prevé que el consumo privado seguirá siendo el motor principal de crecimiento, apuntalado por las constantes mejoras en el empleo y el incremento de los salarios nominales. No obstante, la limitación del poder adquisitivo de los hogares impuesta por el aumento de la inflación ralentizará el crecimiento del consumo privado.

Pierre Moscovici
Pierre Moscovici

Las previsiones indican que la inversión seguirá creciendo, aunque solo de forma moderada, sostenida por una serie de factores tales como los escasos costes de financiación y la recuperación de la actividad mundial. A medida que vayan pasando de la fase de aprobación a la de ejecución, los proyectos financiados al amparo del Plan de Inversiones para Europa deberán apoyar cada vez más la inversión pública y privada. De forma global, se prevé que la inversión en la zona del euro aumente en un 2,9% este año y un 3,4% en 2018; un 2,9% y un 3,1% en la UE; el aumento registrado hasta ahora desde el inicio de la recuperación, a principios de 2013, es del 8,2%. No obstante, el peso de la inversión en el PIB es muy inferior al que suponía al principio del siglo, un 20% en 2016 frente a un 22% en el periodo 2000-2005. Esta persistente atonía de la inversión arroja dudas sobre la sostenibilidad de la recuperación y el crecimiento potencial de la economía.

El crecimiento sostenido del empleo contribuye a reducir el desempleo
La recuperación económica consiguiente a las amplias reformas estructurales acometidas por varios Estados miembros sigue teniendo marcados efectos positivos en los mercados de trabajo. Se prevé que el crecimiento del empleo se mantenga relativamente estable, aunque en 2017 y 2018 gozará de un dinamismo algo menor que el pasado año. Conforme a las previsiones, la tasa de desempleo en la zona del euro seguirá disminuyendo y pasará del 10% de 2016 al 9,6% este año y al 9,1% en 2018. Los pronósticos relativos a la UE en su conjunto apuntan a una disminución del desempleo al 8,1% este año y al 7,8% en 2018 a partir del 8,5% de 2016. Estas son las cifras de desempleo más bajas desde 2009, no obstante lo cual se mantienen en niveles superiores a los previos a la crisis.

Deuda soberana y disminución de los déficits públicos
Se espera que en 2017 y 2018 sigan reduciéndose tanto el déficit público agregado de la zona del euro como la deuda pública en porcentaje del PIB. Se prevé además que el déficit de las administraciones públicas de la zona del euro disminuya del 1,7% del PIB del pasado año al 1,4% tanto en 2017 como en 2018. Tal disminución refleja un menor gasto en intereses debido a los tipos excepcionalmente bajos de interés. También es atribuible a las continuas mejoras del mercado de trabajo merced a las cuales son más las personas que pagan impuestos y contribuciones y menos las beneficiarias de transferencias sociales. Se espera que la ratio deuda/PIB disminuya gradualmente del 91,5% de 2016 al 90,4% en 2017 y al 89,2% en 2018.

Las economías de todos los Estados miembros están en expansión
Por primera vez desde 2008, las previsiones de la Comisión apuntan a un crecimiento económico en todos los Estados miembros de la UE y a lo largo de todo el periodo cubierto por el pronóstico 2016, 2017, 2018. Se espera que incluso los Estados miembros más golpeados por la recesión hayan vuelto a la senda de crecimiento el pasado año. No obstante, los efectos de la apreciación del dólar estadounidense y el incremento de los tipos de interés a largo plazo podrían ampliar las diferencias entre las tasas de crecimiento de los distintos Estados miembros.

Hay riesgos excepcionales en torno a las previsiones de invierno
La incertidumbre particularmente acentuada que rodea a estas previsiones de invierno se debe a las intenciones aún por clarificar del nuevo Gobierno de los Estados Unidos en ámbitos clave de intervención, así como a las numerosas elecciones que han de celebrarse en Europa este año y a las próximas negociaciones del artículo 50 con el Reino Unido.

El balance de los riesgos se sigue inclinando a la baja, aunque han aumentado los riesgos tanto al alza como a la baja. A corto plazo, la adopción de medidas de estímulo presupuestario en los Estados Unidos podría tener un impacto mayor del previsto en el crecimiento. A medio plazo, los riesgos para las perspectivas de crecimiento se derivan de las secuelas de la reciente crisis; el voto del Reino Unido para salir de la Unión Europea; posibles perturbaciones del comercio; un endurecimiento más rápido de la política monetaria de los Estados Unidos, que podría tener una influencia negativa en las economías de mercado emergentes, y las consecuencias potenciales del elevado y creciente endeudamiento de China.

schermata-2017-02-13-alle-20-12-17

schermata-2017-02-13-alle-20-09-51

schermata-2017-02-13-alle-20-14-35

schermata-2017-02-13-alle-20-16-58

schermata-2017-02-13-alle-20-05-37

schermata-2017-02-13-alle-20-05-21